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25 DICIEMBRE. NDLeón


25 DICIEMBRE. NDLeón



25 DICIEMBRE
Amorcito
Buenos días
El desayuno listo está.
Tienes chocolate, café,
Té, anís y pan.
Pan con pavo, pan con chancho.
Enrollado de carnes, filetes y alitas crujientes
Cóctel de frutas, uvas y tamal.
Mermelada, aceitunas, queso y paté.
Todo pa’ti.
Por mí no preocupéis, yo
voy a cortarla con un par
de chelas bien heladas.
¡Salud!
NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS
Lima, diciembre, 2018

SOLLOZO SUSPIRO. NDLeón


SOLLOZO SUSPIRO. NDLeón

Abajo el Puente, el río y la alameda.

SOLLOZO SUSPIRO
Después de muchos años regresé a callejear por los empedrados de Abajo el Puente a los Amancaes. Recuerdo que al pasar por una antigua quinta vi a una señora delgada, bonita. Era la misma preciosura que dejé de ver cuando ella era colegial. Ahora con mis cabellos canos aquella muchacha me inspira como diosa en mis escritos y en mi escabrosa poesía mundana. Tiene novio, yo un dolor de rodilla. Ella camina por la vereda, mi corazón late de alegría. En una pollada del Santo Madero bailamos un vals criollo, hice malabares porque soy desorejado, pero me las ingenié para hablar lo necesario como para tomar un café en un rincón de la Alameda. Pasaron varios meses y la cita se dio. Yo comportándome educado no interpreté los silencios, dejé pasar la ocasión. Enamorado me quedé. Pensé caminar de la mano, del brazo, juntos y apretaditos. Me dijo, nada de compromiso, y nunca más me vio. Desapareció. Se alejó de mí sin dejar rastro electrónico, número celular, ni correo E-Mail.
Oh, lloré a mares, mis lágrimas me ahogaron.  Por qué su lejanía, sus vacíos, su indiferencia.
El tiempo pasó. Llegué al infierno con dudas, bronca y rabia. Fue muy gracioso porque el mismo Lucifer me atendió, me estrechó en sus brazos como íntimo amigo, me susurró al oído y con una mueca irónica, sabiendo mi respuesta, preguntó.
—¿Lloras por una mujer? —Con sollozo suspiro, contesté.
Sí. Tengo el alma maltratada... qué será de mí —compungido respondí.
Don Luci, todo histriónico lloró conmigo con cristalinas lágrimas de cocodrilo. Sabía de quién se trataba. Él también estuvo bailando al compás de la guitarra en la gran pollada del callejón. Me observó de pies a cabeza como recitaba poemas de amor a la bella flaquita bonita cual musa de mi inspiración.
—No te hagas problemas. En tu barrio puedes estar mejor.
—¡Ay Dios! No entiendes… por ella he perdido la razón.
NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS.
Lima, 2019.

PARTE Y REPARTE. NDLeón


PARTE Y REPARTE. NDLeón



PARTE Y REPARTE
¿Quién es más ladrón: el que asalta el banco o el que lo funda?
Bertolt Brecht.
Me encontraba en una agencia Western Union del barrunto con la intención de retirar dólares americanos vía California City, dinero limpio para diligencias legales en nuestro sacrosanto Palacio de Justicia. Me acomodé en la cola, no había ventanilla preferencial, tampoco había asientos, nada de comodidad para los guerreros de la tercera edad. Adelante mío, se encontraba una señorita despampanante con el bluyin rotoso, deshilachado, maltratado a la mala; los huecos dejaban ver sus prominentes y firmes carnes al libre albedrío. Ese caché le daba un aire de pobreza espiritual pituca. La joven guapachosa estaba nerviosa por la lentitud de la atención, golpeaba sus taquitos bonitos que hacían juego con su cabellera revuelta a la dios. Sus piernas atléticas y bien formadas apunte gimnasio de las once de la mañana, lo reafirmo, porque su carita reflejaba un sueño de ociosidad. En el silencio angustiante de la espera suena insistentemente el celular de la bella morocha, la dama saca de su bolso un cel carísimo. Contesta.
—Cinco minutos y ya tengo el dinero. Ven pronto. Te veo y salgo. Espero en la puerta.
En la ventanilla la atención es veloz. La chica guarda un buen fajo de billetes gringos. Guarda también el bonito móvil modelo última generación A1. Me toca a mí. El empleado me pide documentos y datos, me interroga con una sarta de preguntas. Me entrega los billetes al cambio en moneda nacional. Escucho una bocina atronadora con ritmo de reggaetón. Al instante un rugir del motor de una motocicleta. Un grito desgarrador. Un claxon ensordecedor. Otro grito agudo espeluznante que erizó los pelos al empleado y a mí.
—¡Rateros! ¡Hijo’eputas! ¡Concha’esumadre!
Aprieto mi dinero haciendo puño. Volteo al toque. Miró a la chica. Ella gime, llora, se retuerce en su impotencia, le da patatus, soponcio y chucaque visceral. Doy dos pasos para sapear mejor el panorama. Veo la moto en su huida suicida cruzando la berma central de la avenida contra todo pronóstico. El auto con reggaetón tiene pegado el claxon, con una maniobra temeraria logra salir del atolladero. Llega a la esquina del semáforo, contra el tránsito gira en u hacia la izquierda. Un policía PNP de los que hacen vigilancia en la puerta del banco de enfrente hace la alharaca de detener a los motociclistas. La moto pica con más agresividad, para mala suerte los delincuentes derrapan en la primera esquina por la arenilla de cascajos. Aparecen, como quien huevea, dos serenazgos del municipio, se dan cuenta del roche, aceleran el paso para enfrentarse a los forajidos. El piloto foraja levanta la moto, la empuja, se sube a la volada y la prende. No tiene espacio para girar, se va de frente, frena, mira a su compinche. Este último al verse perdido emprende la huida por otra bocacalle. Pierde el paso toma otro rumbo. Los serenazgos lo corretean marcialmente. Aparece la ley, un patrullero inteligente del Escuadrón de Emergencia Las Águilas Negras, el oficial pregunta el color de vestimenta de los maleantes. Los sapos respondieron.
—¡Cascos y casacas cremas!
El patrullero activa su bocina, luces y sirena. Emprende su accionar con decisión y orden. Monitorea por radio. En el cruce de una gran avenida de varios carriles el criminal afloja, le falta aire. Los serenazgos lo cercan. Llega el patrullero justiciero. Bajan dos efectivos con arma en mano. Le advierten aplicando la razón.
—¡Ya perdiste mierda! ¡Levanta los brazos! ¡El bolso carajo! ¡Abre las piernas! ¡Al suelo gallina hijo’eputa!
El policía más ranqueado arrancha la cartera al criminal urbano. Chequea el fajo de billetes, agarra el preciado celular de la dama y lo guarda en su bolsillo reglamentario derecho. A ojo de buen cubero reparte el botín, un par de billetes de propina con la cara de Benjamín Franklin para cada uno de los serenazgos. Inmediato, con precisión de relojero el tombo oficial con el grueso de la marmaja sube a su caña, corta toda comunicación con su central y con suma prisa a gran velocidad desaparece entre la polvareda. Los jóvenes del municipio se escabullen entre el laberinto de calles y pasajes de la urbanización. El choro se sube al primer microbús que ve pasar. Los chismosos del barrunto chismearon. Se hizo un silencio. Una frenada impactante con deslizamiento de la ruedas rompió la quietud. La victima dentro del auto con bocina reggaetón llegó a la esquina, bajó del vehículo, no encontró nada de nada. La exuberante joven mira de arriba abajo la gran avenida que irradia sosiego, husmea una soledad solitaria devastadora, cruel e indiferente.
En mi andar me cruzo con la víctima, sus ojos denuncian un vacío intenso, sigo mi camino paso a paso. Una banda de música corta mis inmaculados pensamientos. Platillos, bombardas, cohetones. Una marcha celestial acompaña a nuestra morenita linda, día de regocijo espiritual, Día de Nuestra Señora de Guadalupe. Los vecinos, buenos y malos y peores, se persignan y oran a su paso. El alcalde del distrito y varios regidores anticorrupción; el párroco de la Parroquia Santuario, el monseñor, sacerdotes, sahumadoras y cantoras; el comandante comisario y autoridades, y cientos de fieles acompañan la gran procesión con cánticos de fe y buena voluntad.
NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS
La Victoria, 2019.

¡AUTOELIMINENSE! NDLeón


¡AUTOELIMINENSE! NDLeón

Nicolás León, actor victoriano de La Victoria.

¡AUTOELIMINENSE!
Haciendo memoria, varios meses atrás, pedí a la gente tóxica, fanática, se AUTOELIMINEN de mi Muro por ser contrarios a los cánones y preceptos que delinean los ideales del libre pensador. No merezco perder el tiempo con gente obtusa. El arte requiere mi concentración al cien por ciento. Enfrascarse en una tontería es negativo para mí paz interior.
Tu credo, tu dios, tv eqvipo de fvtbol, tus cojudeces, tu mierda, es contrario a mi posición mundana.
"Ser o no ser" no hay medias tintas en el derrotero. Ahora, exijo, a los amigos del statu quo defensores de las manadas intolerantes y ciprianescas: “Con mis hijos no te metas”, “Sodalicio”, “Diálogos de Fe” y afines; se AUTOELIMINEN.
Igualmente, solicito, a los seguidores incondicionales de la sinvergüencería y corrupción, se AUTOELIMINEN.
Estamos a un mes de las Elecciones enero 2020, no quiero discutir, entablar diálogos insulsos con fanáticos, ciegos cerebrales de los partidos políticos coimeros, líderes rateros. ¡AUTOELIMINENSE!
Espero que antes que acabe el año 2019 todos los “Pro Delincuencia y Corrupción” hayan desaparecido de mi muro Facebook. ¡AUTOELIMINENSE!
Feliz Año Nuevo 2020.
NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS
Lima, 2019

TARDANZA de NDLeón


TARDANZA de NDLeón


El señor actor Nicolás Daniel León Cadenillas en Europa. Nk 


TARDANZA
Me encontraba en Europa viajando de sur al noreste en un tren de billete barato con pocas paradas. Este cruzaba cada pueblo, solo paraba en ciudades grandes. En el vagón todo el mundo viajaba con gran comodidad. Yo estaba sentado frente a un señor más o menos contemporáneo en años, nos separaba una mesita en el centro. Con el suave vaivén del tren las ideas escénicas me florecían, recreaba una conspiración en contra de un escritor urbano, su homicidio y sus secuelas, así como su lugar de desarrollo: El distrito La Victoria y de yapa hojeaba el libro El retorno de la barbarie: la matanza en los penales de Lima en 1986. Todos los asientos del vagón estaban copados. Algunos jóvenes universitarios o empleados hacían sus labores en sus computadoras, la mayoría leía un libro. Otros se entretenían con sus MP3. Uno que otro tomaba su café. Yo en ese momento hablaba un alemán pésimo. Terrible. Con el tiempo lo hablé peor, pero entendía lo suficiente para darme cuenta de lo que pasaba a mis alrededores. No me perdía. El tren seguía su marcha a una velocidad moderada, los postes pasaban a gran velocidad. El tiempo era benigno. Suave, sin lluvias, ni fríos. De un momento a otro, muy repentino, de sorpresa, el tren hace un movimiento brusco, un serio crujir, chillido; un rechinar de fierros, silbato del tren, bulla y gritos. El tren paró. Los empleados corrieron a las puertas. Pregunté en alemán. No había otra forma. —¿Qué pasó? — Un joven respondió —Un suicida —. Pensé en todos los estresados como yo. Mi compañero de asiento dio un leve suspiro, se acomodó los lentes, pronunció una línea con un fraseo teatral. —Un muerto. Ahora voy a llegar tarde a mi trabajo —. Seguidamente se recostó en el respaldar del asiento mirando el techo. Yo seguí leyendo, la matanza en los penales de Lima, en silencio.
NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS
Lima, 2019.

PROFESIÓN DECENTE de NDLeón


PROFESIÓN DECENTE de NDLeón

Nicolás León, Plaza Manco Cápac, Distrito La Victoria.

PROFESIÓN DECENTE
Terminé de interpretar la última frase de mi contestataria obra de teatro; un silencio sepulcral se esparció en la platea, de repente el público ensimismado con el arte popular, despertó. Nos aplaudió con un entusiasmo que me paralizó el corazón. El maestro músico de la guitarra, charango y quena al compás de los aplausos interpretó, como despedida, la canción El Pueblo Unido Jamás Será Vencido de Quilapayún. Agradecimos los aplausos, fueron varias veces que el lindo público dio muestras de su cariño. Tomé mi sombrero, bajé del escenario, me dirigí a la puerta y pasé sombrero. Salida Solidaria. Nadie se escapaba, todos y cada uno de los presentes colaboraban. Buen público. Monedas, billetes, sencillo y ripios. Sombrero va, sombrero viene. Un extraño de sonrisa hipocritona con varias monedas en su mano me cuchicheo. —Mejor hubieras estudiado una profesión decente y no estarías limosneando —. Lo miré, le tomé foto, esa cara la había visto en calendarios de bolsillo y cajitas de fósforos. Con una sonrisa irónica, aprendida en la escuela de teatro, le respondí. —El arte se paga. Suelta tu sencillo. Somos aves de paso. Vamos a estirar la pata en cualquier momento. Y no te vas a llevar nada corrupto de mierda. Apoya el arte. ¿Pensaste estar de camarón? —El delincuente soltó cuatro monedas de sol, me desafió y emprendió la retirada.
Pasaron dos semanas. La foto del susodicho estaba en la portada de los diarios junto a los corruptos de la organización criminal “Los Intocables Ediles”.
Dos semanas más, preparé mi mochila. Trastos, libreto y vestuario. Salí de gira fuera de Lima Metropolitana.
NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS
Lima, 2019.

LA PAZ — BOLIVIA. NDLeón


LA PAZ — BOLIVIA
(Fragmento de mi crónica inédita <<De la Parroquia Nuestra Señora de las Victorias hasta el Santuario de las Aguas Grandes. Lima — Iguazú>>. NDLeón

Teleférico Azul  Municipio El Alto

La Paz oficialmente Nuestra Señora de La Paz. Es una ciudad ubicada a 3650 msnm, multicultural donde conviven tanto aimaras, quechuas, mestizos y extranjeros de diferentes latitudes del mundo.
Después de caminar por el centro de la ciudad me puse las pilas con dirección al Teleférico Rojo. En los últimos años la ciudad de La Paz ha dado un vuelco tremendo solucionando gran parte el sistema de transporte masivo con estupendos buses que cubren seis rutas. Pero, lo más alucinante fue encontrar teleféricos en el embudo del mundo andino. Gran avance tecnológico, futurista, de transporte masivo, ejemplo que deben emular las ciudades con problemas de tráfico vial, tugurizadas por su parque automotriz. Los teleféricos están distribuidos en cinco líneas (roja, amarilla, verde, azul y naranja) que unen la ciudad de La Paz con el municipio El Alto. En la actualidad es considerado el teleférico más largo, más moderno y de mayor altura del mundo.
Paseé en la Línea Roja y Azul. Aproveché para conversar con los usuarios. Lo anecdótico fue cuando conversé con un señor autóctono, muy elegante con un traje sastre clásico con chaleco. Impecable. Cadenita de reloj de bolsillo, prendedor de corbata y sortija, de oro. Zapatos de cuero legítimo bien lustrados. Dueño de una excelente oratoria, aimara y quechua hablante, ex profesor universitario y gallo viejo como yo; me expuso su punto de vista sociopolítico. Él no estaba de acuerdo con ningún gobierno boliviano. Ni con la derecha, cavernaria, bruta y achorada. Ni con la izquierda, absurda, revisionista y totalitaria. Me reveló que era hincha, fan y gran admirador de Adolfo Hitler y del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán. Que detenidamente, paso a paso, había leído Mi Lucha. Al escuchar tremenda revelación se me erizaron los trinches de mi hermosa cabellera, se me crisparon los vellos de mi atlética humanidad. Las peores imágenes de la segunda guerra mundial se me graficaron en el seso con una nitidez asombrosa. Increíble, hablar con un fanático nazi en estos tiempos, en pleno siglo XXI, era de temer y de antología. —“La solución para que Bolivia se haga respetar y prospere en su economía es hacer la guerra a los países limítrofes, a Chile primero, recuperar lo que nos han robado, liquidar a los enemigos de Bolivia. A los traidores. Desaparecer a la gente que no sirve, que no produce nada, que solo es gasto para las arcas del tesoro público nacional” —afirmó con una gélida convicción que me quedé atónito. Suerte que bajó en la Estación siguiente porque con lo dicho me quedé mudo, pensativo, medio cojudo.
De pronto, el cielo se nubló como un manto gris agobiante. Mis lentes se empañaron. La visibilidad se perdió. El firmamento lloró a goterones, fue como el llanto desconsolado de un niño engreído de mamá.
NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS
La Paz, noviembre, 2017

PLUMAS EN CORRAL AJENO. NDLeón


PLUMAS EN CORRAL AJENO. NDLeón

Plumas en corral ajeno. NDLeón
Fotografía de Google

PLUMAS EN CORRAL AJENO
<<Yo tengo fe qve Alianza va a ganar. / Yo solo se qve tengo qve alentar. / Y todos jvntos la vvelta vamos a dar. / Vamos ALianza Lima qve tenemos qve ganar>> COMANDO SVR

En la esquina de La Oficina se hablaba de futbol, los tres grandes del futbol peruano se atropellaban en la tabla de posiciones. Faltaban cuatro fechas para que termine el campeonato. Los hinchas de las barras bravas estaban endemoniados, exacerbados. Peleaban la punta a tropezones, los clubes: Alianza Lima, Cristal y Universitario. Los de Trinchera Norte se portaban en forma delincuencial. Extremo Celeste imitaba el comportamiento del otro corral. “Comando Svr” cantaba ¡¡Corazón Alianza Lima, corazón para ganar, A la victoria volveremos para verte campeonar!!
Terminaba octubre portentoso. Era la última fecha que los íntimos jugaban con la milagrosa camiseta morada. Comando Svr y la hinchada confiaban en su equipo y en los dones del Señor de los Milagros.
El barrio era silencio. Algunos grupos preparaban seviche, parihuelas, pistolas y chicharras. Compraban licores de acuerdo a la chancha. Por mayoría decidían donde ver el encuentro. Algunos iban a la cantina, otros al bar restaurant. Los de siempre se acomodaron en los muritos de la esquina de La Oficina con trago barato, puchos y mucho blablablá.
Ramón Marqués Perón alias Cabezón se puso de acuerdo por WhatsApp con José María Sardoni alias El Gayina para ver el partido en su departamento sin pasar la voz a la muchachada. A la hora del encuentro era un soltero más. Cabezón era hincha acérrimo de Cristal y El Gayina feroz fanático de la Crema. Ambos unirán fuerzas por una causa común, arengar contra los potrillos victorianos.
La mujercita del Cabezón por asuntos estrictamente laborales tenía la obligación de viajar a Cajamarca el mismo día y a la misma hora del Alianza vs Cristal. Su misión consistía llevar merca; hierbas, comestibles, alucinógenas y medicinales; marimba moño rojo, skunk, de Matute Block; pacos, quetes y clavos de olor para una reconocida cocina artesanal. El trueque estaba pactado en verde$, comisión y buena atención. Cabezón llevó a su ñori al Aeropuerto Coco Chávez, la dejó en la entrada del Salón VIP Interprovincial. Le dio las últimas indicaciones.
Cualquier cosa me llamas. No te van a revisar. Pasa tranquila. Todo va a salir bien. Ora en el vuelo a San Judas él te protegerá La burrier pasó el control sin objeciones, lanzó un besito volado y desapareció de los mirones.




Ramón regresó a casa con una amplia sonrisa, lo esperaba su amiguito de correrías don José María Sardoni. Este había prometido un botellón de Whisky Chivas Regal 12 Años para brindar por los años de leal amistad. Whisky comprado de bajada en altas horas de la noche con su rico falso de vuelto. Además, llevaría habanos cubanos, king sizes, caramelitos de menta, chizitos, papitas y manicitos. Se encontraron a la hora pactada en la reja del edificio, un apretón de manos, una palmada en la espalda fue el saludo del encuentro. Subiendo las escaleras Ramón Cabezón se sacó la casaca varonil de media estación, lució su camiseta celeste, gastada y desteñida, beso la insignia que se leía La Raza Celeste. En el departamento prendieron la teve de la sala, organizaron el bar y dieron curso al whisky escocés, brindaron con un largo sorbo. Tragos van, tragos vienen. Diez minutos de juego, no se habían acomodado y Cristal ganaba por un gol a cero. Brindaron por el rotundo triunfo. Cabezón siempre vanidoso prendió su nueva adquisición, un televisor digital de sesenta y cinco pulgadas que se encontraba colgado en el techo de su dormitorio. Invitó al invitado ver el partido de futbol más acomodado. Trasladaron los tragos, la vainilla y las golosinas al dormitorio en una mesita con rueditas. Los amiguitos se instalaron patas arriba en la cama matrimonial, aplausos a rabiar en cada jugada del equipo celestón. Aplaudían sin pudor. Bajó la temperatura, se acurrucaron sin zapatos bajo el edredón multicolor. El partido los excitaba, mentaban la madre en cada jugada fallada.
Mientras tanto en el Aeropuerto, por los parlantes, anunciaron que el vuelo a Cajamarca por mal tiempo se había suspendido. Por internet se supo la verdad. El pueblo cajacho había declarado Paro General, Huelga y Marcha. Cajamarca con hidalguía protestaba contra los abusos, corrupción, reclamos no solucionados, pésima administración de los gobiernos de turno. Contra Yanacocha. Contra la contaminación ambiental.
La esposa del Cabezón llamó varias veces. El marido muy entretenido no escuchó el timbre del celular. Tomó un Taxi Online, las calles se encontraban vacías, llegó al distrito blanquiazul en un santiamén.
Terminó el primer tiempo. Otra nueva sarta de sorbos de licor. Los minutos pasaban, Alianza flaqueaba. Otro contragolpe fulminante en la pantalla gigante. Dos pases. Cristal da la estocada, mete gol. Dos a cero. Los amigos saltaron hasta el techo, se abrazaron, festejaron como dos tías con cariño whiskero, los hielitos se derritieron. Gritaron el gol desde el balcón como palomillas de ventana y tres veces tres les latía el corazón. El gol significa la sublimación de la emoción. Sorbos de licor y tiros a granel. Nuevamente abrigaditos en el tálamo nupcial seguían muy atentos las jugadas.
Con este triunfo gano la Lotería, tenemos para comprar aditivos y pollito a la brasa.
La pareja gozaba de la barra Celestial. Faul. Penal. El centro delantero falló. Se abrazaron de cólera. Requintaron. Se miraban con tiernas miradas. No se dieron cuenta que la puerta del departamento se abría en silencio sepulcral. La señora de Ramón Cabezón Marqués había llegado. Dio los pasos necesarios para detenerse en medio de la sala, se sorprendió, quedó petrificada, fría como un témpano. Se ganó con un monumental espectáculo de aves de corral en su lecho nupcial. Los amiguitos abrazaditos mirando con desdén al cuadro de Villanueva, Alejandro. El crema muy sorprendido, in fraganti, saltó de un brinco al piso. Chancleteó sus mocasines. Quiso dar una explicación.
Hola, Cristal va ganando dos a…
¡Calla mierda! ¡Concha’etumadre! ¡Están en mi cama matrimonial! ¡Miserables! ¡Basuras hijo’eputas!
Se armó el tole tole, el celeste celestón estaba trabado por la rica cochinada. Mientras el trio discutía en forma acalorada Alianza Lima a ritmo de barrio y picardía le clavaba un golazo a los celestosos. El ambiente de las calles se contagiaba de euforia, de chelas y tabaco. La mujer, despechada, amenazó al marido, juró ante el santo madero que se levantará al compadre, al peluquero y al pulpero. Picoteará a los tres pájaros de un solo tiro.
 José María Sardoni, el crema, tartamudeando trató de explicar la situación con voz ronca, potente, afectada e impostada. Atinó a decir.
Amiguita… con tu marido nuestra amistad es pura y sincera. No pienses cojudeces. Estás pensando mal. Yo tengo esposa e hijos. Tu marido es mi amigo de la chiquititud… desde cuando éramos boyescout… no pienses mal… nos conocemos de chiquitos…
—¡Chiquito… rosquete de mierda! ¡Ay, qué asco! —Mirando al marido chilló —¡Tú eres el padre de mi hijo! ¡Qué ejemplo dios mío! ¡Tus nietos! ¡Por último se hubieran ido a un hotelucho! ¡Malnacidos! ¡Los odio… los odio con todito mi corazón! ¡Quiero vomitar! ¡Lárguense de mi casa! —De pura rabia a la ñori no le salía ni una lágrima.
Mientras la mujer gritaba y gritaba. El marido graznaba, no sabía que decir. De su cabezota no fluían las mentiras, ni los engaños. Estaba totalmente bloqueado. Repetía lo mismo como disco rayado.
No puedes pensar mal de mí. Toda la vida yo soy Cristal. Extremo Celeste. ¡Soy un varón! ¡Solo estamos viendo el partido! ¡Cristal va a campeonar!
¡Festejas en mi cama! ¡Maricón! ¡Televisores por toda la casa! ¡En mi cama! —Gemía indignada la dama.
El amigo cloqueaba dando lástima. Sabía lo que se le venía. El viperino chisme de su reputación de hombrón se caía. Se tambaleaba su imagen de viajero mujeriego.
-¡Gayina maldito! ¡Haz destruido mi casa mi hogar! ¡Le voy a contar a tu esposa! ¡Enfermos de mierda!
Se escuchó un gol. Por el estruendo y sacudón del edificio era gol de Alianza Lima Corazón.
¡Gol de Alianza Lima… dos a dos! Se escuchó en la tele ¡Apaga esa mierda Gritó Ramón Cabezón Marqués Perón.
¡No apagues nada! Ordenó la dama Cada quien explicaba su punto de vista sufriendo sus martirios, nadie escuchaba a nadie. La casa era un caos. Afuera en las calles era fiesta, algarabía. Alianza Lima guapeaba por el desempate. El hincha de la u logró escaparse. Bajó a grandes zancadas los tres pisos. En el último escalón escuchó a todo pulmón el tercer gol de Alianza.
¡Goool de Alianza Lima Corazón! ¡Acabó el partido señores y señoras! ¡Minuto 95” triunfo de un grande… de La Victoria corazón! ¡Alianza Lima líder absoluto del Descentralizado! El crema Gayina se desplumó de cólera.
La doña seguía juzgando la reputación de los amiguitos.
 Carajo, tantos viajes al Caribe, Curazao, Ipanema. ¿Viajes de trabajo? ¡Su madre le va a creer! Ahora entiendo tantos regalos, paseos, tragos y comida. ¡Diez Mil Dólares prestados! ¡Par de cabros!
La mujer se acercó a la baranda del balcón. Las piernas se le doblaban. Escuchó a un borracho reír: ¡Sí se avienta la gorda esta revienta como un globo con agua… puta sería la cagada! Los sapos se reían, los chismosos ya sabían lo que sucedía. El chisme apoteósico los llenaba de alegría. Los vecinos inquilinos del tercer piso vía WhatsApp enviaban los audios y estos se reenviaban en serie a los guaraperos de la esquina de La Oficina.



NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS
Lima, 2019.  

PAVO A LA OLLA. NDLeón


PAVO A LA OLLA. NDLeón

El Chef Nicolás León del Rico Dasso

PAVO A LA OLLA
Cuando dije que iba a preparar un pavo, la gente de mi entorno del taller polifuncional donde trabajo dio el grito al cielo. Me preguntaron ¿Por qué pavo en octubre? Octubre es Turrón de Doña Pepa. Respondí al toque Quiero celebrar los cumpleaños de mi nieta Mariajosé y de mi hijita Alejandra María; el 74° Aniversario del Sindicato de Artistas Intérpretes del Perú, el Día de Canción Criolla, y sobretodo… el impoluto día de mí nacimiento.
Como yo celebro todas las festividades paganas, católicas, dionisiacas, anárquicas, aproveché en sacrificar el pavo como los antiguos cristianos y meterle diente con mis allegados de los rincones mundanos.
En la mano tenía el billete para el canje de un pavo de seis kilos. Recogí el ave recontra congelado. Igual que en otras oportunidades cuando he tenido que recoger un pavo de ocho, nueve o diez kilos, nunca me entregaron uno con el peso acordado, siempre fue de mayor peso. Me movilicé por un pavo de seis kilos. Me entregaron uno de siete kilos. Cuando se descongeló el pavito pesó un kilo menos. Exactamente lo que marcaba el billete. La diferencia, un kilo de agua, cuesta al cliente Doce Soles. Joder. Un robo descarado aceptado por INDECOPI.
Para estar en paz y armonía con mí blanquiazul aureola compré por adelantado las dos cervecitas negras sin helar. Me serví un vaso profesional para alegrar el corazón y ahuyentar los espíritus malvados. Trocé el pavo apunte machete en presas medianas. Para templar los nervios y empezar mi labor de chef campeador me soplé un segundo vaso de cerveza. Acudieron a mí los duendes del arte culinario. En una olla mediana preparé una rica sopa con la menudencia, cebolla y fideos gruesos.
Con puño y letra anoté la relación franciscana de los comensales. No invité a mí gentita que se golpea el pecho y los buenos tragos lo consideran pecado mortal. En facebook publiqué un pensamiento tibetano. "Si alguien necesita de religión para ser bueno, entonces esa persona no es buena, es como un perro amaestrado". Varios contactos me eliminaron. Tampoco invité a mis colegas de juergas y jaranas porque la reunión fue de las doce horas meridiano a cuatro de la tarde. Tengo que respetar el sueño ajeno. No invité a mis vecinos del chilinge. Ni a mis íntimos porque de acá a una buena parte del camino estos muchachones de antaño están en constante chequeo médico o con un súper control conyugal. Los que llegaron fueron mis carretas, los viudos y divorciados, libres de control y sin horarios en el calendario. No tomé fotos porque varios de ellos tienen RQ de requisitoriados en el programa de recompensas por presuntos delitos prestados.
Para empezar con la maceración y la lluvia de buenas vibras, me serví el tercer vaso de la espumante cervecita, brindé por las almas en pena, el amor no correspondido y por los años recorridos. Comencé con el sagrado rito de la elevada gastronomía orgiástica palermitana. En una sartén freí el pavo trozado, en una olla sancoché la papa y en otra olla inicié la magia de los maestros de la cocina victoriana. Y colorín colorado… como prometí a mis allegados, les regalo mi receta para que pueda ser distribuida y copiada. Muchas gracias por la atención prestada. Nk

Chagdud Tulku Rinpochedud (1930–2002) fue un maestro tibetano de la escuela Nyingma del budismo tibetano Vajrayana.

Pavo a la olla victoriano. Nk

PAVO A LA OLLA VICTORIANO. INGREDIENTES:
Un pavo mediano // ½ kg ají panca molido // 02 cucharas ajo molido // ¼ taza orégano // 02 cucharas ají no moto // 02 tazas (500 ml) chicha de jora // 02 botellas cerveza negra 620 ml c/u // 2 ½ kg papa huayro o rosada.
Preparación                                                  
Lo primero, freír la carne trozada. Aparte sancochar la papa. Cuando estén listas retirar las papas. Guardar el agua. Calentar la olla con aceite y soasar el ají panca, ajo, media cucharita de pimienta, media cucharita de comino, ají no moto, orégano. Freír unos minutos. Verter la chicha de jora. Más dos tazas del agua de la papa. Hervir todo el contenido. Luego echar la carne, sancocharla unos 30 minutos, siempre probando. Bajar a fuego lento. Agregar un vaso con yapa de cerveza negra y echar las papas cortadas en dos. Esperar 10 minutos, final feliz.
Se acompaña con arroz blanco graneado o con puré de manzana o puré de camote.

NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS
Lima, octubre, 2019.