SOLLOZO
SUSPIRO. NDLeón
Abajo el Puente, el río y la alameda. |
SOLLOZO SUSPIRO
Después
de muchos años regresé a callejear por los empedrados de Abajo el Puente a los
Amancaes. Recuerdo que al pasar por una antigua quinta vi a una señora delgada, bonita. Era la misma preciosura que dejé de ver cuando ella era colegial. Ahora con
mis cabellos canos aquella muchacha me inspira como diosa en mis escritos y en
mi escabrosa poesía mundana. Tiene novio, yo un dolor de rodilla. Ella camina
por la vereda, mi corazón late de alegría. En una pollada del Santo Madero bailamos
un vals criollo, hice malabares porque soy desorejado, pero me las ingenié para
hablar lo necesario como para tomar un café en un rincón de la Alameda. Pasaron
varios meses y la cita se dio. Yo comportándome educado no interpreté los
silencios, dejé pasar la ocasión. Enamorado me quedé. Pensé caminar de la mano,
del brazo, juntos y apretaditos. Me dijo, nada de compromiso, y nunca más me
vio. Desapareció. Se alejó de mí sin dejar rastro electrónico, número celular,
ni correo E-Mail.
Oh,
lloré a mares, mis lágrimas me ahogaron. Por qué su lejanía, sus vacíos, su
indiferencia.
El
tiempo pasó. Llegué al infierno con dudas, bronca y rabia. Fue muy gracioso
porque el mismo Lucifer me atendió, me estrechó en sus brazos como íntimo
amigo, me susurró al oído y con una mueca irónica, sabiendo mi respuesta,
preguntó.
—¿Lloras
por una mujer? —Con sollozo suspiro, contesté.
—Sí. Tengo el alma maltratada... qué será de mí —compungido
respondí.
Don
Luci, todo histriónico lloró conmigo con cristalinas lágrimas de cocodrilo. Sabía
de quién se trataba. Él también estuvo bailando al compás de la guitarra en la gran
pollada del callejón. Me observó de pies a cabeza como recitaba poemas de amor
a la bella flaquita bonita cual musa de mi inspiración.
—No te
hagas problemas. En tu barrio puedes estar mejor.
—¡Ay
Dios! No entiendes… por ella he perdido la razón.
NICOLÁS
DANIEL LEÓN CADENILLAS.
Lima,
2019.
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