XV MUESTRA REGIÓN ORIENTE. LABERINTO DE SOMBRAS

MIÉRCOLES 25 DE OCTUBRE DE 2023

GRUPO: LABERINTO DE SOMBRAS

OBRA: “EL PERÚ UNA MIXTURA CULTURAL”

DIRECCIÓN: MARÍA VILMA QUISPE CAYAO

   

               

Buenos días. Mi nombre es Nicolás León. Para vuestra información en el mundillo teatral de Lima y en algunas ciudades de nuestro Perú, el actor es director, dramaturgo, docente, escenógrafo, luminotécnico, utilero, limpia, barre el escenario, hace caja. Volviendo a las palabras del profesor Róger Rumrrill sobre la comida, efectivamente, la comida es un cordón umbilical por excelencia, único. En una oportunidad fui invitado a un evento organizado por el Círculo Andino de Escritores. El tema: La poesía urbana en Lima. Éramos como treinta poetas, y el único poeta urbano, era yo. ¿Cómo así? Respondo. Actualmente “los limeños” somos hijos de provincianos con raíces andinas. Tengo raíces cajamarquinas. De Celendín, shilico. Tengo de negro, Chincha, tierra de campeones. Pero, en casa seguimos la  idiosincrasia familiar por la comida, porque por más que viva en los desiertos, cerros o en el centro de Lima; el cordón umbilical de mamita nos tiene atrapados. Poetas de mi edad, vecinos de los distritos de San Juan de Lurigancho, Villa El Salvador, San Genaro de Chorrillos, etc. Siempre escriben del verdor de sus cerros, del río cristalino, el cielo azul, el aire puro; la lluvia, los rayos con sus relámpagos y truenos; del rancho con chuño, queso y canchita; del ganadito, de las aves de corral. Pero la triste realidad, pisando tierra firme, están viviendo en la Lima gris, desértica, caótica, corrupta. Por lo tanto, la comida materna  es la guía de estos vates. En mi caso yo tuve la valentía de cortar el cordón umbilical. Me costó un poquito. Por ser artista mi papá me botó de la casa.

Grupo, Laberinto de Sombras. Alumnos del colegio I.E.P.E “Mons. Atanasio Jáuregui Goiri”. Conozco vuestro colegio, el año pasado los visité. Les cuento, yo salí de las canteras del club de teatro de mi Gran Unidad Escolar “Alfonso Ugarte” de San Isidro, Lima. En secundaria era integrante de la selección de atletismo; lanzador de bala, disco; salto triple, alto, largo. Llegó un mandato del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada​​ (1968) suspendió el campeonato inter escolar. Mi collera se metió al club de teatro y yo para no quedarme solo, triste y abandonado, de sapo, me metí también. Presentamos la obra “La Alondra” de Jean Anouilh, representé al oficial Robert de Baudricourt. 

Los felicito, me gustó el trabajo. Ustedes cantan, bailan, recitan los textos. Les recomiendo practicar vocalización, se nota algunos problemas de dicción. Lo importante es ser escuchado y entendido. No se monten, es decir, tienen que  esperar que el actor termine de hablar para responder. También tienen que tener cuidado en el escenario, no quedarse en línea, hacer triangulaciones. Interesante el punto contestatario: “Antes había agua, puquios, ríos; sembríos, verdor; actualmente lo estamos perdiendo todo por las minas, agroindustrias. Hay que luchar”. Ustedes tienen los dones de los dioses de las artes. El teatro se vitaliza con la constancia. Hacer teatro en el colegio no es para que salgan artistas, actores. “El arte hace a los niños mejores estudiantes y mejores personas”. Personas con valores, ética, moral, decencia. Los escogidos para ser artistas, lo sabremos con el tiempo. Nunca es tarde para seguir haciendo teatro, pueden tener su carrera profesional, un oficio, y pueden regresar al teatro con todas las condiciones que tienen, les va ir muy bien. Eso es todo. Muchas gracias.

NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS. Mesa de Crítica.