Llegamos antes del medio día a Huacho, ciudad ubicada en el norte chico, a 130 Km de Lima, famosa por sus brujos, embrujos y curanderos; y por su rica comida (salchichas, tamales, seco y sopa a la huachana); la combi asesina nos dejó en la puerta del Teatro; el más agilito de nosotros trepó a la parrilla del auto y alcanzó las maletas y el par de baúles de los trastos. La troupe y el personal técnico éramos nosotros mismos. El teatro era una antigua mole, pesado, impresionante; se le veía en un estado calamitoso, agonizando; sus paredes con carteles de películas porno para los fines de semana. La platea se veía más o menos, más menos que más. El baño despedía un fuerte olor a berrinche y creso. El escenario completamente lleno de polvo, el piso con escreciones de murciélagos. Apunte agua y escoba rascamos el piso y lo dejamos chillando, más no se pudo hacer; el telón de boca y el bambalinón nos dijeron, mírennos pero no nos toquen; nos pusimos las pilas y en menos que canta un gallo, las luces, decorados y la escenografía estaban instaladas, probamos los efectos técnicos, todo ok. Pausa y salimos a comer un delicioso almuerzo huachano. La función estaba programada para las cuatro de la tarde. Teníamos tiempo de sobra para saborear las exquisiteces, y hacer sobre mesa.
Después del suculento papeo, caminamos por la Plaza de Armas y paseamos por algunas avenidas. Regresamos al teatro repitiendo nuestros textos. Subimos al escenario y nos dimos con una sorpresota. Habían trapeado el escenario con petróleo, nos miramos incrédulos, yo grité al cielo.
- ¿Quién michi a trapeado el escenario con petróleo?
De la caseta de donde pasan los rollos de las películas, salió una vocecita feliz.
- Yo señor, buenas tardes, Don Vidal me pidió que limpiara el escenario porque lo iban a utilizar ahora en la tarde.
- ¿Pero con petróleo? ¡No! ¡Eso no se hace! Con petróleo no …
- ¿Y con qué lo iba a limpiar? Yo no soy brujo para saber como limpian ustedes, acá limpiamos con petróleo ... y sí no limpio me botan del trabajo.
El protagonista, la estrella, el super star, dio su opinión.
- Con un poco de cuidado no hay problema. Hay que agradecer la buena voluntad, en otros sitios nadie se preocupa de nada y todo es un basural. ¡Gracias señor! ¡Muy amable!
- Otro día no me des la contra delante de extraños, vas a terminar flagelado como tu personaje, te voy a meter los cuarenta latigazos sin compasión, ¡Idiotón!
Llegó la hora acordada y como bandadas de aves de rapiña llegaron los alumnos de los colegios nacionales; varones y mujeres; levantaron todo el polvo de la platea, gritaron de la A hasta la Zeta innumerables lisurotas; tercer campanazo; apagamos las luces y empezó el espectáculo. Increiblemente, increible, silencio total como para no creerlo, los jóvenes estaban atentos, ningún cuchicheo, y nosotros que habíamos pensado lo peor; los jovencitos super atentos y concentrados tenían unos papelitos entre sus manos y tomaban notas; ahí estaba el truco para tenerlo ocupados. Todo marchaba excelente, sólo faltaba la entrada triunfal del protagonista; fanfarrea, aplausos, éxtasis; la estrella entra a paso ligero como Super Star y cuando quiso detenerse en el centro del escenario como estaba marcado, se siguió de largo con su expresión musical, se metió una resbalosa con filigranas, cayendo de potosí, deslizándose directamente hacia el proscenio y llevándose de encuentro las candilejas y terminando con un doble salto mortal sin red al vacio foro; sacándose espectacularmente la madre; todos los actores hicímos doble concentración para no matarnos de la risa delante del respetable público, algunos nos fuímos a los bastidores y bambalinas, otros se quedaron dando la espalda en los laterales, nos reímos, carcajemos a lo mudo; el Super Star no podía salir del foro. El actorazo estaba bien magullado, super chancado, pero la función debía continuar y continuó. Los estudiantes gritaban que repitieran la escena, bulla general, seguimos actuando, con señas nos pusimos de acuerdo y le metimos tijera a la función, terminamos una hora antes del final y mucho antes de la salida escolar.
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