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NO SE ESCRIBE ASÍ de NDLeón

NO SE ESCRIBE ASÍ de NDLeón

«Nadie se da cuenta al tener un libro en las manos, el esfuerzo, el dolor, la vigilia, la sangre que ha costado» Federico García Lorca

Nicolás León en el Parque Almendares, La Habana, Cuba.


NO SE ESCRIBE ASÍ

Después de leer varios mensajes de la bandeja entré a Facebook, curioseando llegué a un muro donde habían pegado un poema, entre los comentarios leí uno muy especial de un técnico erudito de lenguaje, lengua y literatura que corregía de mala fe al dueño de los versos. Humillándolo a vista y paciencia de una sarta de lectores. Solo uno de los variados comentarios defendía al novel vate. Para mí lo interesante es que este joven poeta escribe; con errores, con fallas ortográficas; pero escribe. Conozco a varios «genios, críticos, cerebros» de la poesía y narrativa que hasta el momento no han publicado nada porque siguen «corrigiendo sus obras de arte». Los he visto leyendo en los círculos literarios unos simplones poemas escritos en unas hojitas sueltas o en libretitas ajadas.

Errar de vez en cuando no es pecado, ayuda a aprender. Cualquiera que se atreva a escribir tiene que tener la libertad de hacerlo como le dé la gana, de soltar sus miedos. Ahora tenemos corrector ortográfico y diccionario en el ordenador, fácil buscamos el significado de cada palabra. Pero, no todos tenemos una computadora a la mano.

Así como uno empieza hablar con balbuceos, trabas y frenos, corrido y cantando, así es el arte de escribir. En un escrito relaté que de niño seseaba, tartamudeaba, que tenía problemas con la r, s, z; que no podía pronunciar palabras simples como: Pedro, Clara, Claudio, Azucena, Rosa, ferrocarril, etc. De yapa soy disléxico. De adolescente, después de la secundaria aprendí a hablar con propiedad, con fonética y buena dicción. Impostación. Ahora me doy el lujo de recitar, declamar, de hacer teatro con diálogos, unipersonal o grupal donde la estrella indiscutible es la palabra oral. Solo sé que se batalla duro para seguir adelante.

Volviendo al tema del escribidor, sumando todos los conocimientos de síntesis, sintaxis, semántica, pragmática y ortográfica, soy una desgracia andante. Tengo problemas para escribir una narrativa, peor si se trata de un verso. Pero ahí estoy, dale que te dale, tecleando la máquina o garabateando con lápiz y papel.

¿Por qué cortar las alas a quien escribe? ¿Por qué privar la dicha de volar? Cada uno tiene un mundo real o imaginario y un ángel a quien contarle una historia. En la bodega del barrio conversando con un vecino me enteré por sus propias palabras que tiene una novela escrita, casi lista, lo que le demora es la corrección, le da miedo presentarla con «equivocaciones». El nobel colombiano de literatura Gabriel García Márquez en una oportunidad dio un discurso* frente a un grupo de académicos y lingüísticas de la Real Academia Española RAE y pidió que jubilaran las reglas ortográficas. Dijo: «Nuestra contribución no debería ser la de meterla en cintura (a la lengua), sino al contrario, liberarla de sus fierros normativos (…) En ese sentido me atrevería a sugerir ante esta sabia audiencia que simplifiquemos la gramática antes de que la gramática termine por simplificarnos a nosotros».

Asimismo, leí una columna en el blog del maestro Eduardo González Viaña** sobre el libro «Voces y lágrimas de ultramar» de Róger Li Mau, «tusán» de Chepén del valle de Jequetepeque. Gonzáles Viaña, dice: «Li Mau, no es un escritor profesional ni lo pretende. Su vida ha transcurrido entre la agricultura y el comercio». Y aún así Li Mau ha conseguido graficar con sus palabras; recuerdos, guerras, catástrofes, vivencias vitales de sus ancestros; con textos dramáticos el encuentro de nuestra América con la civilización China.

Muchos escritores dejaron grabados para la posteridad, sus sueños, experiencias, metas, frustraciones en un único libro que fueron escritas, muchas veces, en condiciones adversas, y cada uno de ellos representa una lección de sacrificio.

Pienso que a muchos conocedores y estudiosos de la RAE les falta vocación de educador, solidaridad con el colega. Solo se preocupan de lucirse con una crítica mordaz e hiriente para levantar su alicaído ego.

Aplaudo a los jóvenes de espíritu que empiezan esta linda aventura de escribir. Paso a paso labrarán la magia de juntaletras, aprenderán las reglas del juego, del laberinto de los signos, de las comas y del punto final. No debemos olvidar que para escribir se tiene que leer, y bastante. Incentivemos la lectura a los niños y jóvenes. Tener en cuenta la frase de Borges: «La lectura debe ser una forma de la felicidad». Y si hacemos las cosas correctas llevaremos felicidad a nuestros lectores.

*Discurso titulado «Botella de mar para el Dios de las palabras» de Gabriel García Márquez en el Congreso Internacional de la Lengua en Zacatecas, México, en 1997.

**Eduardo González Viaña (Chepén, 1941) es un escritor, catedrático y periodista peruano, autor de novelas, cuentos y artículos periodísticos. «El correo de Salem» blog de González Viaña aparece simultáneamente en la cadena de "La Nueva España", y en decenas de diarios de nuestra América.

NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS

Lima, febrero, 2021.

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