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SURQUI’O De M de NDLEÓN


SURQUI’O De M de NDLEÓN



SURQUI’O De M
Llegué a la Estación Ricardo Palma, sito entre Surquillo y Miraflores, tempranito. Me detuve, a unos metros del Mercado de Abasto N° 1 de Surquillo, en una carretilla para dar curso a un rico desayuno con su maca de yapa. En la esquina apareció un bailarín de Huaylarsh de Huancayo, con dos puntas que le marcaban el compás con violín y zampoña, eran tres serranos bien agarrados con pinta de barrio. Pasaban el sombrero a tutilimundi. A unos metros de distancia una niña de unos trece, catorce, años de edad esperaba su turno con su viola y partituras en mano. El danzante huanca demostraba su vital talento y después de cinco minutos de faena hacía su reglamentaria pausa. La niña de la viola empezó con un solo <<Fantasía>>, escribo el título porque lo leí de la partitura. Los serenos de Surquillo con su pan de carretilla en mano habían escuchado el Huaylarsh y con la boca abierta escuchaban a esta niña prodigio. El sombrero de la niña rápidamente se llenó de monedas de colores. La ejecutante hizo una pausa, todo el público en general le pidió que continúe con el recital. Un par de turistas la grababan embobados. Hasta el bailarín huanca y compañía se sentaron en la vereda para escucharla. Los serenos después de tragar su desayuno, recibieron órdenes, de improviso saltaron como hienas en el corredor y pidieron al bailarín y troupe que se retiren, estos incontrastables huancaínos pecharon, se enfrentaron a los serenos, mandándolos a rodar, se metieron al mercado y desaparecieron. En el mismo instante un par de serenos forcejearon con la niña tratando de arrebatarle su viola, la chica hizo fuerza y llenó el espacio de gritos y llanto, un sereno le arranchó el sombrero como un vulgar ladrón de mierda, los otros hijos de puta en complicidad amenazaron a los transeúntes que defendían a la artista. A ojo de buen cubero el sombrero tenía aproximadamente unos cien soles. Este es el trabajo de los serenos. Estas son las ordenes de los superiores y del señor alcalde.
Estas acciones de los serenos de Surquillo y de los otros de los diferentes distritos deja mucho que desear. Algunos dirán, reciben órdenes. Claro que reciben órdenes y se aprovechan. <<Actuando con impunidad en detrimento de los más desvalidos de la sociedad que luchan por conseguir con su trabajo lo que el Estado les niega como ciudadanos... >>. Estos señores se levantan todo lo humanamente posible sin contemplaciones de ninguna clase.
Yo digo, en un país informal de utilería donde los grandes monopolios y transnacionales no pagan ningún impuesto, donde la SUNAT condena al pequeño comerciante. Los serenos municipales, apalean, arrebatan, asaltan, al heladero, panadero, verdulero, a los pobres micros ambulantes. ¿Cuándo llegará la espada de la justicia divina y terrenal? ¡Viva el Perú!
NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS
Surquillo, 2020.  

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