Para Elisabeth Ermel, por su fina, bonita y franca amistad.
Un viaje de aventura en
quietud y silencios.
Yo aprendí que uno nace,
crece, se reproduce y muere. Pero no todo es malo en esta ciencia
ficción que llamamos vida, estoy consciente de ello, pero... Tayta
Diosito es grande. Mientras tanto jugaré a los dados eternos.
De la noche a la mañana
detecté un objeto no identificado -OBNI- en el cuello. Un primer
chequeo médico; segundo y tercer chequeo con especialistas. No
diagnosticaron el mal. Mi médico de cabecera me derivó a la Clínica
Filder.
Die Filderklinik –
Krebsvorsorge.
La Filderklinik de Baden-Wurtemberg es
uno de los tres hospitales con orientación antroposofía en
Alemania. El Hospital atiende pacientes
hospitalizados y en forma ambulatoria. La primera fase principal de
la construcción del Hospital fue diseñado por el arquitecto
Christoph Klein y el artista Wilfried Ogilvie.
- ¡Qué sea lo que Dios
quiera!- pensé-. ¡Pichón!- volví a pensar ipso facto.
Lunes 11
Puntualmente -10 de la
mañana- me santigüé en la recepción de la Clínica Filder, me
enviaron al Departamento Ambulatorio. Inmediatamente me sacaron
muestras de sangre, me chequearon el corazón. Un enfermero me llevó
a mi cuarto.
- No hay de que
preocuparse. Cuatro días a lo mucho-. Me dijo.
El cuarto para dos
personas. En la otra cama el paciente esperaba el certificado de
alta. Nos presentamos y el colega se puso a hablar de su país,
Hungría, y de sus treinta y más años maravillosos en Alemania.
- Me voy a casa. Ya la
ciencia me ha desahuciado. Tengo cirrosis terminal, me dijeron que es
consecuencia del abuso de alcohol. Yo nunca he tomado licor alguno.
Bueno, ya pasó. Estoy repasando mi vida con tranquilidad. Adiós,
suerte.
- Adiós-. Contesté.
Llegó las 7 de la noche.
Una enfermera entró al cuarto, apagó las luces.
- Buenas noches-. Cerró la puerta.
Martes 12
Fue una noche sumamente
tranquila, silenciosa y larga. Doce horas de quietud. 7 de la mañana
entró la primera enfermera para el control de rutina. Todo normal.
Me alcanzó una botella de agua de 1.5 litro.
- Tiene que tomar todo en menos de una
hora.
- ¡Salud!
Tocaron la puerta a las 10
de la mañana. Llegó la hora de la Tomografía Computarizada,
también denominada escáner (CT). Chequeo general en toda mi
atlética humanidad.
El Centro de Oncología Integrativa en la Filderklinik es otro mundo dentro de un mundo diferente, ofrece una medicina holística integral para las personas que sufren de cáncer.Regreso al cuarto. Tengo un nuevo vecino de cama. Está ido, meditabundo, desmejorado, sumido en sus reflexiones. Me mira y no me ve.
En todo el Hospital se
siente un aire puro lejos del nefasto electrosmog (no televisión,
nada de laptop ni computadoras). Sólo periódicos, revistas y
libros. La Clínica está ubicada en un hermoso lugar, con lindo
paisajes a los alrededores, tranquilo, lejos del mundanal ruido.
Después de un montón de
tiempo mi vecino de cuarto repara en mí. Nos saludamos.
- Hola, me llamo
Nicolás León.
- Hola, yo soy
Herbert. León ist Löwe?-. El amigo sonrió por primera vez.
- Si, Löwe es León.
Llegó la hora de la
cena, 5 de la tarde, nos acomodamos en silencio en la mesita. Cada
uno hizo su ritual personal en completo silencio. No rezamos de
frente le metímos diente a las frutas. Silencio.
- ¿Cuánto tiempo
llevas enfermo?-. Silencio.
- Desde
septiembre... ¿y tú?- me preguntó.
- En noviembre sentí
una bola en el cuello ahora tengo varias pelotitas y no saben si es
maligno o benigno, bueno o malo, rojiblanco o blanquiazul, cangrejo o
escorpión.
- No te preocupes
esta Clínica es muy buena... yo sé lo que tengo-. Largo silencio
nuevamente. Nos dedicamos a escoger la comida con la punta de los
tenedores pensando en nuestros males.
- ¿Qué profesión
tienes?-. Pregunté. Silencio.
- Soy cantante de
opera... Tenor... -. Me contestó.
- Interesante. Eres un
hombre de arte-. Silencio.
- ¿Y tú, qué profesión
tienes?
- En mi país soy
actor.
- Somos colegas-.
Sonreímos. Silencio. Terminé mi taza de té y me serví otra taza
pero esta vez de café.
- ¿De dónde eres?
- De Perú. De
Lima-Perú.
- Cultura Inca de Yma
Sumac.
- Ya, Yma Sumac, Juan
Diego Florez, Luis Alva.
- Luigi Alva. Yo conocí a
Luigi Alva. El vive en Italia. En la Scala de Milán con Rossini, con
Verdi...
- Con el Barbero de
Sevilla, con Aída...
Seguimos hablando
sobre la cultura quechua, aymara, azteca, maya; del ballet de Cuba de
Alicia Alonso; del Teatro Colón de Buenos Aires. Hablamos del
folklore peruano, del folklore del norte argentino; del folklore
cubano, boliviano, brasileño.
- Son pueblos que tienen
el baile y el canto en la sangre-. Afirmó.
También hablamos de
Berlín, del Berliner Ensemble, de la ópera de tres centavos, de
Mackie Messer. Él habló del folklore ruso del Ballet Nacional del
Cáucaso, Los Cosacos del Cáucaso. De la danza originaria de
Ucrania, el Kazachok. Nuevamente hicimos un largo silencio.
- En el Perú ustedes tienen
"Medizinmann?"
- Medizinmann?... ¿Chamán? ¡Chamanes!
Si. Bastantes.
Miramos nuestros platos
vacios. Nos miramos. Llegaron un par de enfermeras le suministraron
pastillas, jarabes y otros medicamentos. Yo mientras tanto salí a
dar varias vueltas por el piso. El doctor jefe de turno me comunicó
que mi mal está localizado en un sólo lugar. - No hay de qué
preocuparse. El tumor puede ser bueno o malo. Es curable-. Me
confirmó con una sonrisa de oreja a oreja.
Miércoles 13
Después de 12 horas en el
limbo. 7 de la mañana abrimos los ojitos, Herbert y yo.
- Buenos días. Tenemos
que hacer de cada día un buen día.
- ¿Ahora,
qué vas hacer?
- Me
toca punción. La biopsia -le dije- nada de desayuno únicamente
agüita.
Llegó el chequeo de
rutina. Para mi sosiego en el pasadizo de la biblioteca rompí las
reglas del Hospital, escuché radio por mi celular, un concierto de
J.S.Bach. Comencé a dar vueltas por todo el piso, por el cuarto;
subí y bajé por todo el Hospital. Encontré
abierto de par en par las puertas de terapia y rehabilitación con
arte; miré los cuadros y los programas culturales de pintura,
dibujo; música, coro, conciertos; cerámica, escultura, etc.
Una doctora con
papeles en mano me encontró en uno de los corredores a las 4 de la
tarde. Me comunicó que no hay necesidad de hacerme la punción, que
mi tratamiento puede continuar con mi médico en Karlsruhe.
- Mañana se puede ir a su
casa.
Nos tocó la hora de la
cena. Después de cenar no sabía que hacer, di varias vueltas por el
cuarto. Frente al gran ventanal me quedé mirando el paisaje
pensativo, suspiré.
- Ayayay...
- "Ay ay
ayayay... lloraba... ayay ay ay ay... cantaba... de pasión mortal...
moría... Dicen que por las noches nomás se le iba en puro llorar.
Cómo lloró por ella que hasta en su muerte la fue llamando. Cuentan
que esa paloma no es otra cosa más que su alma... Cucurrucucúuu...
paloma, cucurrucucúuu... no llores..."- cantó el tenor. Yo
reí- "La cucaracha... la cucaracha...
- ... Ya no puede caminar
/ Porque le falta porque no tiene / La patita principal / La
cucaracha, la cucaracha / Ya no puede caminar / Aunque le falta una
pata / Nunca deja de bailar /..."-. Canté yo. Ese momento fue
la última sonrisa que compartimos. Silencio general en todo el
Hospital.
Jueves 14
Igual que todos los días,
siete de la mañana nos visitó la enfermera. Yo estaba listo
esperándola.
- Tenga- me dio una
jeringa con mi nombre- vaya a Ambulatorio Oncológico necesitamos una
muestra más de sangre.
- ¿Dónde espero los documentos de
alta?
- Aquí.
Regresé después de
media hora, se llevaban a mi colega de cuarto al quirófano, lo
alcancé con la mirada y nos dimos el último adiosito agitando los
dedos. Once y once de la mañana, me visitaron dos doctores y una
enfermera, me dieron la última chequeada de despedida. Me entregaron
las constancias, documentos, datos y un par de CéDés de las fotos
del CT. Agradecí. Recogí mis enseres y me dirigí a la puerta
principal. Salí de la nave espacial, me mezclé con los mortales con
muchísima razón pues soy uno de ellos.
St. Vincentius-Kliniken
gAG Karlsruhe
Mi doctor de cabecera como buen intermediario en esta oportunidad me
designó el Hospital San Vicente de Karlsruhe. El
martes 19 fui al chequeo ambulatorio, me atendió un doctor que
conoció Cusco, Puno y Bolivia en viaje de aventura y extrema
juventud. Me dio la mano para que me inscriban lo antes posible en la
lista de espera del cronograma de internados y operaciones. Se
fijó el día jueves.
- Sehr gut! Ahora todo lo
que has respondido en alemán dímelo en spanisch.
- No tengo alergias, estoy
bien de la sangre, me funciona bien el estomago, el hígado, no tengo
problemas con mis demás organos vitales. No hay problema con la
anestesia.
- Bravo. Mucho bueno. Nos
vemos el jueves a las 8 de la mañana en punto. Tú no preocupar
cáncer ser eliminado. Chao muchacho.
Dos días después, jueves 21, 8 de la mañana,
me interné. Viernes a primera hora me operaron del tumor en los
ganglios linfáticos (cuello). Siguió una serie de chequeos durante
una semana, exámenes de sangre, orina, jugo gástrico, vista,
etcétera, en las matinales mañanitas, mediodías, vespertinas
tardes y noches nocturnas.
Los
resultados demostraron que no tengo cáncer pero sí un mal dormido
que recrudeció después de muchísimos años. Estoy cargando los
estragos de una inquieta e indisciplinada juventud con nebulosas
anochecidas, parrandas, amanecidas y perdidas. Ahora la dolencia será
combatida con paciencia y cócteles de antibióticos por seis meses
consecutivos.
Y como dijo el filósofo
huancavelicano Arcostóteles: "Está bien, después de lo bailado a estas alturas del
partido no nos queda otra. Total, ya la vivimos, vamos para el
segundo tiempo y para los descuentos que también suman".
Gracias
a la ciencia de Filderklinik, St. Vincentius-Kliniken, y la venia de
Papalindo, sigo en la canchita de la vida para pichanguear un tercer
tiempo suplementario.
Salí
caminando a casita.
NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS
BW. 2013.
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