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Yo soy el Internazionale del billar. NDLeón.

YO SOY EL INTERNAZIONALE DEL BILLAR. NDLeón
Dedicado a mis recordados amigos. Algunos ya se fueron al cielo. Otros retornaron a la tierra donde nacieron o se refugiaron en el incontrastable, extraño y lejano Valle de Dios.
  
Llegó el verano ardiente de febrero, las calles y avenidas llenas de gente están y por el aire resuena una música retro chicha celestial, chicos y chicas cheleando una helada y una sin helar; los mayores timbeando con cubiletes bien sentaditos a la manera de retrete en el murito del jardincito, los más viejitos con naipes en mano y de vez en cuando definiendo la partida con papel, piedra o tijera, con trampas y jan ken pon. Bajando los nervios con copitas de aguardiente o de pisco, fumando dañinos cigarrillos zanahorias en la alegre esquina denominada, por propios y extraños, como La Oficina.

Todos llenos de felicidad, tarareando el antiguo exitazo de los "Earth, Wind & Fire" conocidos en el barrunto como los "EWF", silbando el pegajoso tema "Después de que el amor se ha ido"… "Algo sucedió en el camino, lo que solía ser feliz era triste. Algo sucedió en el camino y ayer fue todo lo que tuvimos".

Los ejemplares de papás modelos y algunos sacolargos haciendo cola para llegar a la caja de la panadería; la cola llegaba hasta la emolientera carretilla de la rosadita buenamoza cajacha Rosalía; los coleros lo primero que piden al cajero es el rico y calentito pan; huevos y mantequilla; para el desayuno de cada día. De yapa, unos tamalitos de chancho o de gallina, salchichas huachanas y paltas de La Parada para rellenar la barriga y aguantar hasta el medio día.

El rey del taco, capo de increíbles tiros de carambolas, el diestro triunfador indiscutible, "El Internazionale del billar francés", se entretuvo en la timba, cuando perdía todo el dineral que poseía con buenas copas de nasqueño aguardiente de caña, se arriesgó, jugó el desayuno, se armó de valor con la del estribo y sorprendiendo a sus vecinos sacó cinco ases y campeonó. Recuperó el desayuno, el almuerzo y el lonchecito.

Movido entre pisco y nazca se acercó a la cola del pan. Delante de él haciendo la colita se encontraba la hermosa y escultural fémina de Nuestra Señora de Las Victorias, "La Bella Dama", señora de acaramelados labios rojos y pelo negro como el ébano, hermosa dama victoriana por sus cuatro lindos costados, linda y dulce como Blancanieves versión Lima limón, tostadita por las brisas de las playas de Barranco, Agua Dulce y del Malecón.

"El Internazionale" no siempre prudente en sus acciones, se equivocó magnánimamente de cabo a rabo, decidió tener una aventura, y de la manera más vulgar y descarada propuso a "La Bella" que sea su enamorada. Coqueteó, sonrió, habló sandeces y estupideces, invitó cien gramos de jamonada y diez panes franceses. "La Bella" entre sorprendida y fastidiada, lo miró con destellos de fuego al insolente, le dio a entender una feroz granputeada con repetidas mentadas de madre. Buscó desesperada ayuda, para sorpresa suya más atrasito tomando su emolientito, se encontraba su esposito, conocido como "El Manosanta del Park", se había ganado con todito el disfuerzo y atrevimiento del atrevido "El Internazionale". Como buen esposo éste le guiñó el ojo a su bella mujercita y sonrió.

-¿Cuándo nos vamos a la playa mamacita rica? Yo pago todo, no te preocupes.
-Mi esposo es muy celoso, señor. Nos ve y nos mata a los dos a cuchilladas.
-¡Yo soy, el Internazionale! ¡Conmigo, no pasa nada!

"Manosanta" se acercó pausadamente como un semipesado ropero de cuatro cuerpos con ruedas hidráulicas, se puso entre los dos. Entre el irrespetuoso galán y su bella esposa.

-¿Te gusta enamorar mujer ajena? ¡Enamora a la madre de tus hijos! ¡Infeliz!
- ¡Cuidadito con lo que dices! ¡Yo soy, el Internazionale!


"El Internazionale" se salió de la fila, dio pasitos a lo Cassius Clay, levantó los brazos haciendo punche, su bestial musculatura se marcó como un sólido portón de pipas de roble. Movió los brazos como aspas de molino haciendo olas y remolinos. Levantó las piernas a lo Jean Claude Van Damme. Menospreció a su rival. Hizo cinco planchas con una mano. Abdominales, saltitos de rana. Saltó con giros de 180º como La Mole. Entró furibundo a dar pelea en el hall de la panadería, se cuadró como un avezado Samurái asesino a sueldo frente al fiel y protector esposo. Levantó su poderoso brazo derecho como Popeye el marino. "Manosanta" miró el cielo azul emulando al hermano Francisco de Asís frente a los lobos, y en una fracción de milésima de segundo metió un rapidísimo y seco recto de derecha al mentón del gran mechador callejero, experto en full contact, taekwondo, karate, honorable maestro del sagrado templo Shaolin de la Rica Vicky. "El Internazionale" fue doblado, salió despedido en cámara lenta dando tumbos para la derecha e izquierda, arriba y abajo, se aguevó todito, retrocedió como doce pasos con los ojos desorbitados como corderito degollado por Abraham en combi asesina, babeó, meneó los cachetes y se dejó caer pesadamente de rodillas en medio de la transitada avenida principal. El maestro Shaolin, experto en artes marciales, hincado y herido en su amor propio hizo puños, se golpeó el amplio pecho robusto como Tarzán frente a los monos, apretó los dientes como Comando de Fuerzas Especiales, respiró como Bombero sin paga, gritó como Gallina culeca, se levantó enérgicamente como un descerebrado Búfalo abusivo y maleducado, embistió como un tren sin frenos… "Manosanta" el angelical esposo lo esperó tranquilo y paciente, y milimétricamente le conectó un sófero gancho de izquierda que lo despegó de la ardiente pista. "El Internazionale"  rebotó dos veces en el pavimento, del abotonado bolsillo de la camisa salió disparado su Carpenter Pencil Nº 2 rojo sangre. También volaron por los aires sus lapiceros, cigarrillos, la cajita de fósforos. De sus pantalones despedidos fueron varios objetos; la billetera llena de papelitos, fotos, recibo de luz y tarjetas de visita, su peine, sus lentes de sol, un ripio de sencillo; boletos de microbús. De sus zapatos atropellados y desparramados por un lado cayeron diminutas virutas y montoncitos de aserrín aserrán de los maderos de San Juan.

"Manosanta" el gladiador bueno, miró alrededor suyo, miró a los de La Oficina, retó a los timberos y traferos, retó a todos en general, a los jóvenes peloteros, a los sapos, culebrinas y escorpiones.

-¿Alguien saca cara por este Interbolas?

Nadie respondió, todos miramos las nubes que pasaban, las moscas que volaban.

Contamos hasta treinta, "El Internazionale" no reaccionaba, lo ayudé para que no lo atropelle un auto. Estaba frío e idiotizado. Bien noqueado. Nunca lo habíamos visto en ese vergonzoso y calamitoso estado.

-¡Escribidor! ¿Escribidor, por qué me has abandonado? ¡Cobarde de mierda! ¡Güevón!
-Oe, te he librado, ón… qué más quieres, te he sacado de la pista para que no manches de sangre ningún carro.

NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS
Lima, 2013.

Túpac Amaru y la rebelión. NDLeón.

TÚPAC AMARU Y LA REBELIÓN. NDLeón.

«Para Vidal Luna Coraquillo, artífice de muchos sueños» Nk
El grupo Mesa de Teatro de Lima se encontraba en las postrimerías de su gran gira a nivel nacional con el drama sociopolítico «El Huancapetí está negreando» de Áureo Sotelo. Para el siguiente año barajaron nuevos nombres. Me llamaron, reemplacé a un gran actor y amigo, se dio tiempo para asesorarme en el estudio del personaje. Después que me vieron donde las papas queman me contrataron para el siguiente montaje que ya contaba con un cronograma anual copado que consistía en presentaciones en Lima Metropolitana y alrededores, gira por el norte andino y costeño, y varias presentaciones en la provincia de El Oro, Ecuador. La obra a tratar era de carácter histórico-social de tres actos «Túpac Amaru» de Oswaldo Dragún, dramaturgo argentino.

Pensando en la gira, pueblo por pueblo, tuvimos dolores de cabeza con el decorado, lo simplifiqué con tres cortinas de época, una mesa y un gran sillón rococó. Acepté nueva responsabilidad, fui contratado como escenógrafo jefe. Éramos doce actores y dos actrices; el director asumía funciones de actor, productor, prestidigitador, encantador de serpientes, logístico, contratista y maestro de ceremonia. Dos o tres actores me asistían con la realización, armado y desarmado de la escenografía; otros grupitos se encargaban de la iluminación; vestuario; despejar y limpiar el escenario, etc.


Después de varios meses de trajinar, pueblo por pueblo, llegamos al departamento de Cajamarca, hasta ese momento todo había funcionado como reloj inglés, exacto. La primera función en tierras cajamarquinas estaba programada en un pueblito muy lindo a veinte minutos de la ciudad de Cajamarca. De un momento a otro, saltó del anonimato nuestro polifacético actor Ravines-Ravines, sacó pecho, pidió hacer el perifoneo. Sus motivos fueron explícitos; sus raíces, sus ancestros, sus bisabuelos, abuelos fueron cajamarquezazos; sus padres cajachos shilicos chotanos. El director aprobó el pedido.
Desde la antigua casona del Palacio Municipal, una empleadita de la sección caprichos burocráticos nos guio hasta el local multifuncional; salón comunal, salón de actos y auditórium; cuando quitaron la tranca del portón nos llevaríamos una linda sorpresa; el local estaba convertido en depósito de todo lo inservible; abandonado, descuidado, cochino; era el fiel reflejo de la desidia de sus depredadoras autoridades. Inmediatamente nos pusimos manos a la obra, con ayuda de dos empleados, sacamos del basurero los cachivaches a la calle para que otros empleados lo desaparezcan, todos colaboramos, menos el Super Star, Ravines-Ravines.
El estropeado escenario solo contaba con una pequeña puerta en el lado contrario a nuestras marcaciones, teníamos que girar a 180° lo ensayado. Nos convertimos en magos y trapecistas de alto riesgo para instalar la escenografía; el enorme telón de fondo sirvió para cubrir las paredes laterales y con un par de descosidas por ambos lados solucionamos la entrada y salida; para caminar entre la pared y el telón de fondo obligado tenía que ser de costadito como buenos bailarines de ballet. De puntitas. Quince minutos antes de la función, nos reunimos en círculo y nos dimos las últimas sugerencias e instrucciones. Todos, menos el actor Ravines-Ravines, sabíamos cómo caminar en el escenario. Ravines-Ravines utilizó hasta los últimos minutos en mirarse en su fashion espejo de mano, maquillarse, acicalarse y arreglar su vestuario, y su caracterización. El actor en el primer acto interpretaba a un viejo terrateniente que las huestes de Túpac Amaru lo habían atacado, incendiando sus pertenencias, perseguido por el valle para eliminarlo.
La función empezó media hora más tarde por culpa del alcalde y su banda. El local lleno de bandera, no entraba ni un alfiler más. Como no había timbre ni campana, se dio la señal con el tambor; primer, segundo y tercer tamborazo.


En orden de aparición, demostramos nuestra valía; primero, el director-actor, como el visitador Don José Antonio de Areche; segundo, mi entrañable colega del
«Rico/Rico-Ron y Tabaco» como el Obispo del Cuzco señor doctor Don Juan Manuel Moscoso y Peralta; y el tercero en aparecer era yo, interpretando un excelente personaje, el mariscal de campo Don José del Valle y Torres; los tres personajes representaban los poderes de la opresión española: poder político, poder militar y poder religioso. Escena tras escena, funcionó lo acordado; los tres experimentados jugábamos estratégicamente en triangulaciones, paredes, quimba y gambetas; dejando en el centro el suficiente metro cuadrado, espacio libre, para que los actores de reparto se lucieran con sus personajes. El señor actor super estrella Ravines-Ravines cerraba el primer acto. Fanfarria y bulla, redoble de tambores, la grabadora con el volumen alto. En off, gritos —¡Alto! ¡Deténgase o disparo! —. Ravines-Ravines, brillaba por su ausencia, horrores demoraba, lo esperábamos mirando la puerta izquierda; «Areche» improvisó, gritó: —¡Déjenlo pasar! —. El actor Ravines- Ravines no encontraba la «puerta», se había hecho un nudo en una esquina del estrechísimo pasadizo con todos los adornos y utilería que llevaba encima. E inesperadamente se levantó el telón de fondo, y el actorazo ingresó por la «pared» del estudio del visitador. Nosotros seguimos actuando normalmente, el actor de carácter no respetó el espacio, atravesó las "paredes», caminó por el "gran ventanal de fondo", salió por una «pared», regresó por la «ventana lateral», avanzó hasta el proscenio, se tiró abajo la cuarta pared, y de la corbata bajó dos escalones llegando a la platea. Su espectacular demostración actoral necesitó muchos metros cuadrados más, se salió de los parámetros restringidos; mandó las marcaciones al tacho; hizo lo que le vino en gana, espectacularmente. Terminó su gran faena y salió por cualquier sitio, salió por la «gran ventana central», levantó nuevamente el telón de fondo y desapareció del escenario. En nuestro concepto escenográfico «la gran ventana central» era la gran «ventana» de un segundo piso por donde Areche observaría la ejecución de Tupac Amaru. Cuando terminó el espectáculo, recibimos los saludos del alcalde a nombre de todo el pueblo, grandes aplausos y fin. Al gran actor Ravines-Ravines le brillaban los ojos de contento, estaba feliz como una lombriz, su euforia delante de sus coterráneos nos había revelado el lado oscuro de su personalidad. Nadie le dijo nada. Fue el peor castigo a su egoísmo, vanidad y narcisismo. La llamada de atención fue en otra ciudad, muy lejos de Cajamarca.

WIKIPEDIA: Túpac Amaru no es solamente la historia de la famosa rebelión inca del año 1780. Es la eterna lucha de dos mundos que se combaten, empleando para ello todas las armas a su alcance. Areche, el Visitador español, el último de los conquistadores, puesta toda su inteligencia al servicio de su concepción del mundo, frente al inca Tupac Amaru, hombre sencillo convertido en héroe por su pueblo, y principalmente por sus propios enemigos.
NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS
Stutensee, 2012.

Ciao fratello! De Nicolás León

CIAO FRATELLO! de NICOLÁS LEÓN
Para Juan Arcos, mi amigo.
La vida no es nada sin amistad. Cicerón
Después de seis meses de gira artística por el interior del país, haciendo teatro, actuando pueblo por pueblo, ganando mis chivilines honradamente, realizando funciones para escolares y público en general, tuve que regresar a casita. Una Huelga del SUTEP (Sindicato Único de Trabajadores de la Educación Peruana) reclamando con justa razón por las mecidas del Ministro y por la inoperancia del Gobierno Central, por la falta de infraestructura y materiales en los colegios, por las promesas incumplidas... nos cortó la racha escénica.
Con el dolor de mi corazón me vi obligado a maniobrar un aterrizaje forzoso en casa de mis papás.
Apoyado por mamita, pernoctaba y recibía mi rancho. Para ganarme los frejoles era el encargado de hacer las labores domésticas, compras y limpieza de todo el edificio. Mi señor padre no me aceptaba en casa ni en su trabajo, según él, yo era mal ejemplo para mis hermanos menores, no aceptaba mi chamba de actor, para él eso no era trabajo ni profesión, ni nada. Quería meterme al Ejército, al Cuartel, para que me haga hombrecito y me olvide de cojudeces aprendiendo un oficio decente.
En una de esas tardes de ocio, dando vueltas como trompo en la cocina, no sabía que hacer. Ya había probado suerte en la calle pero la competencia era abrumadora. El hambre nos tenía jodido a todos los Cachueleros Profesionales que esperábamos una chambita para salvar el menú del día.
En un momento de incertidumbre, de duda sobre mi porvenir, escuché el ruido de un motor hasta el perno de un carro viejo Volkswagen VW que se apagó cascabeleando frente a la puerta de la casa, escucho el crujir de la puerta al abrir y cerrar, escucho los pasos dirigiéndose a mi casa... me pregunto ¿será un cobrador?... tocan el timbre... pausadamente deslizo el cerrojo de la ventanilla y abriendo lentamente sin hacer ruido, me doy con la sorpresa que es mi amigo El Mimo. Nos saludamos con apretones de manos y abrazos efusivos. Mientras tomábamos unas tacitas de café aguado con galletitas «Chaplin» me explica que hay una chambita para mí, salto de alegría y lo invito a salir de la cocina con dirección a la calle para que nadie escuche la buena nueva.


Nicolás León y Juan Arcos

Le pido permiso para subir a su carcocha con letrerito de Taxi, una vez en el carro me cuenta que un actor lo había plantado faltando escasos quince días para el estreno y necesitaba un actor, le pregunté incrédulo:
¿Y ya lo encontraste?
No, por eso estoy hablando contigo.
Pero loco, faltan quince días para el estreno, yo no puedo, muy poco tiempo para mí. Yo pensé en realizar la escenografía, luces, pero... ¿actuar?
No, quince no, no quince, ahora faltan diez días y si te demoras en decidirte estamos jodidos.
¿Quién te ha plantado?
¡No interesa! Necesito que me ayudes, sí o sí, tú eres mi amigo por eso vengo a pedirte este favor. Ahora es el momento que demuestres lo que has aprendido con tus giras, tantos viajes por el extranjero por todo el Perú, ahora pues demuestra que eres un actor para que te respeten y se olviden de tus malcriadeces de hijito de mamá.
¿Cuánto pagan?- pregunté herido en mi amor propio, en mi YO.
Mira, no es mucho pero tampoco es poco. ¡Ah! lleva papel y lápiz para que escribas tu libreto.
¿Cómo, no tienen ni para sacar fotocopias? ¡Me estás llevando al ensarte! Por ti, acepto. Ahora dime de que trata la obra.
Es una adaptación de una versión de una obra sobre Cristóbal Colón del Grupo Cátaro de Alberto Miralles, empleo el Método Coringa.
¿Español de España, no? Digo... de Barcelona ¿no?
Después seguimos cholito, mañana te espero temprano cinco de la tarde en punto en el Coco de Audoda... ahora ayúdame a prender el carro para que arranque, la batería está fallando...
¡Ja! Todo el carro esta fallando compadre —. Lo dije a manera de piropo. 
Me bajé del carro, empujé unos quince metros y arrancó con la ayuda de Dios.
Con la ayuda de Dios y del esfuerzo de los integrantes del Grupo no nos fue tan mal, después de la última función, nos reunimos y nos despedimos... Nos vemos con Los Panchos nos dijimos adiós, chao —.
Con mi amigo, el director, profesor, taxista, karateca, mimo... nos perdimos de vista en el tiempo y espacio.
Pasaba el tiempo y siempre ocurrían anécdotas teatrales: Había una vez en mi barrio una linda morena de ojos almendrados, piel canela oscura con cabello ensortijado, toda una belleza, con salero y picardía de limeña mazamorrera, yo todo coquetón y advertido, con mis ahorritos en el bolsillo listo para dar el zarpazo donjuanesco, la invito a una función de teatro que estaban brindando mis amigos de la Escuela Nacional de Arte Dramático. El diálogo se desenvolvió más o menos así.
Negrita te invito a una función de teatro y de ahí nos vamos a comer unos anticuchitos.
¿Teatro? ¿Tú que me has creído? ¿Estás loco? ¡Ay, nooo! ¡Horrible, oye! ¿Qué aburrido debe ser eso, no? Oye ¡qué anticuado eres! Yo no te creía así? ¿Parecías mosca? ¿Tienes fiebre?
¿Qué... nunca has ido a un teatro a ver una obra?
¡Dios me libre! No, no he ido. ¿Por qué tendría que ir?... ¿Estás enfermo?
Bueno, te invito un anticucho.
Mira, ¿por qué no nos vamos al Kímbara, conoces, no?
Si, acá México con Paseo de la República ¿Quién no conoce?
Ya, nos empilamos con unas chelas ¿sabes bailar salsa?
Me defiendo.
Y después ya se verá. ¿Qué dices? ¿O'tás misio?
Sanseacabó el encanto, no dije nada, metí mis manos a los bolsillos, acaricié mis billetitos y me fui silbando muy tranquilito a casa a tomar un café calentito. Era una tarde de agosto insoportable con mucha garúa y hacia frío.
Habían pasado muchos años, todo había cambiado, yo estaba casado pero sin esposa a la vista, ella había salido a comprar yuquitas y jugo surtido de frutas para los ñaños al Mercado de un país vecino. Todo había cambiado menos mi situación como actor, otra vez sin trabajo, sobreviviendo pero curtido de los altibajos de mi querida profesión.
Me encontraba gorreando casa y acatando las órdenes de mamita, atendiendo a mis dos hijitos, realizando los quehaceres domésticos. Mi papá estaba dialécticamente discutiendo con San Pedro y mis hermanos se habían mudado a sus departamentos.
Cumplía unas vacaciones forzadas, meses sabáticos. Para entretenerme en lo mío había pegado en la pared de la cocina las hojas de un libreto que me habían enviado. Con el poco tiempo que disponía por los ajetreos en la casa no podía darme el lujo de aceptar un personaje de largo aliento, menos un protagónico, me conformaba con un personaje chiquito, bonito.
En plena faena doméstica escuché estacionarse un automóvil frente a la puerta de mi casa. Al minuto tocaron el timbre. Mi hijito voló hacia la puerta y abrió sin mirar por la rendija, podía ser un cobrador.
¡No me gusta qué abras sin mirar, primero se mira! le dije secamente ¿Quién es? pregunté mortificado.
Se hizo un gran silencio. Mi hijito miraba hacia afuera con dirección al cielo como embobado, se me acercó y empinándose a manera de secreto pero con el volumen alto, exclamó:
¡Papá! ¡Es un señor flaaaco, chinito y graaaanndaaazo! Solté una risotada, era la descripción exacta de mi amigo... El Mimo. Grité:
¡Andiamo, pasa flacuchento disgraziato, canaglia! ¡Ja ja jajaja! Mi extrañable amigo con su alegría de siempre interrumpió:
Mai brodercito!... Jaguar yú?... Wod ar yú dúen maibroder? Le contesté con gran júbilo:
Ciao! Buongiorno! Caro amico mio! Primo un bacio e abbraccio! Come stai! Che sucede? Parla súbito! Vení andiamo! Éramos dos huachafos bilingües, era una gran sorpresa, demasiada sorpresa, para salir de dudas, le pregunté:
¿Qué quieres huevogrande? Algo te traes en mente porque así nomás no vienes. ¡Te has perdido buen tiempo!
Hermanito ¿Qué tal? ¿Cómo estás? ¿Qué haces? volvió a preguntar en cristiano.
Acá leyendo una obra que es una mazamorra. Teatralmente no pasa nada. Espero que acepten uno de mis dos presupuestos por la realización de la escenografía o por la impresión de los trípticos del programa. Si aceptan los dos me doblo.
El flaco haciendo un ademán de alegría con el rostro y manos, y con los brazos abiertos como queriendo abrazar un tronco, completó la expresión hablando:
Justo hermanito tengo un trabajito para ti, me falta un actorazo. ¡Urgente! Ahora mismo ¡ya! He pensado en ti. Yo sé que lo puedes hacer, si te disciplinas y lo estudias a conciencia, suficiente. Es poco ¡ya verás!
Mis hijitos hacían tanta bulla con sus juegos que para meditar y reflexionar lo mejor posible la propuesta, invité a mi colega a conversar afuera de la casa. Salimos, frente a la puerta estaba cuadrado un hermoso auto antiguo muy bien conservado, muy bonito. Miré al flaco afirmativamente y me dirigí al carro, le pregunté si podíamos subir al carro, levantó los hombros como diciendo: Me es igual pensé que era lo mejor y lo invité a subir Entremos al coche para seguir conversando—.
Yo me instalé en el asiento del chofer, el flaco en el asiento posterior de atrás. Hice la rutina como quien prende y maneja el carro, con la mirada inspeccioné la consola, prendí la radio, abrí la guantera saqué un chocolate y una cajetilla de cigarrillos. Le ofrecí un cigarro al flaco, él todo gestual me mostró su palma derecha a manera de Pare y con un mínimo movimiento de su índice de izquierda a derecha y viceversa me dio a entender un rotundo ¡No! Guardé la cajetilla y muy cómodamente hablamos todo lo concerniente al escenario, vestuario y maquillaje, después de media hora de palabreo por parte del Señor Director, acordamos el pago y acepté el trabajo. Como buenos caballeros sellamos el contrato con un fuerte apretón de manos. Recién en ese momento le pregunté de qué trataba la obrita, me dijo que era una creación suya a base de Arias y Lieder de los grandes maestros de la música universal. Qué solo éramos tres en el escenario, una cantante, un pianista y un actor. El actor era yo, y de yapa tenía que escribir mi letra con sus sugerencias, como él no había tenido tiempo no había escrito nada. Remató diciéndome que dentro de dos días era el estreno y teníamos que ensayar las cuarenta y ocho horas que faltaban. Quise llorar por la sorpresa, pero mi otro YO aceptó el reto. El local era nuevamente el Cocolido, Centro de Arte. Me recalcó seriamente:
Mañana a las ocho de la mañana... mañana, tarde y noche, dos días, pide permiso a tu mamá y que alguien te ayude con tus hijos, con tu letra aprendida por favor, con lo que vas a decir... de memoria, nada de improvisar... ¿Ok?
¿Tiene nombre la obrita?
Sí, El Correpetidor.
¿Qué, qué es eso?
Mañana te explico... es el pianista... de los tres el único que habla, escucha, el único que tiene parlamento eres tú, aprovecha para que te luzcas... mañana puntual ¿Ok?
Bajamos del lujoso y conservado carro y yo agradecido palmeándolo en la espalda con mucho cariño le dije:
Te felicito flaco. ¡Quién como tú!... ¡Estás bien, carajo!
Con cara de sorpresa, muy sorprendido el flaco levantó los hombros, los ojos, las pestañas y las cejas, meneó la cabeza y en mimo me preguntó:
¿Por qué?
¿Cómo que por qué? ¡Por el carro! ¿Cuánto te costó? pregunté en voz alta.
¿Qué car… ? habló.
¡El carro! ¡Por esto! Esto es un carro ¿no?
¿Mi carro?... ¿Cómo, no es tuyo? repreguntó.
¡No! ¿No has venido en carro?
No, hombre, hace un par de años que vendí mi carrandanga. Era muy tragón el condenado, ya estaba viejito...
¡Quéee? ¡Síii?
En ese preciso momento de admiraciones, la puerta de la vecina se abrió, salió una espectacular señora con pinta de Sargento y cara de pocos amigos, se subió al hermoso auto y velozmente se marchó. El flaco y yo nos quedamos fríos como helados en invierno, reímos nerviosamente sin soltar la risa. Nos abrazamos, nos dimos la mano y él muy elegantemente con una gran sonrisa se despidió a lo mudo, diciendo mudamente:
Good bye my brother! ¡Nos vemos mañana!
Lo imité y le respondí igual sin palabras,
Ciao! Domani per la matina!
Lo seguí con la mirada, cuando se perdía a lo lejos en una esquina de mi barrio, no pude con mi genio y figura, tomando aire disimuladamente como en el escenario, con la mejor técnica de impostación, grité con toda mi alma para que escuche:
Ciao fratello! Molto grazie!
Lo que sucedió después es historia, funciones, críticas en los periódicos, viajes, más cachuelos, trabajos, pleitos, amistes... divorcios, viajes, estudios...
Reflexión: Los años pasan, seguirán pasando, los amigos, los verdaderos amigos siguen presentes, ellos no pasan.
NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS
Copenhague, 2008.

El Correpetidor. NDLeón

El Correpetidor. 
De Nicolás León.

Mi amigo El Mimo llamó repetidas veces al teléfono fijo de mamita hasta que por cansancio me ubicó, luego me encontró. Urgentemente me necesitaba para que lo salve de un peligroso e inminente naufragio. A escasas horas del estreno le faltaba un experimentado tragicómico y sin tener idea de nada, el predestinado actor que le faltaba era yo. Punto aparte, fue un magnánimo gracioso gesto para alcanzar la ansiada inmortalidad, yo mismo tenía que escribir mis líneas en el cuasi libreto. Aproveché las circunstancias y armé mi parlamento a mi medida, a mis prioridades físicas e intelectuales, incluso le puse canto y tarareo, todo valía, yo era el señor actor y autor del libreto, por antigüedad y clase sabía como hacerlo. Repetí una vez más el anónimo refrán: -Más sabe el diablo por viejo que por diablo.

En el escenario compartíamos talento con la bella cantante y el joven pianista. En dos días armamos el espectáculo, los dos jóvenes eran muy profesionales, disciplinados, virtuosos.

En los ensayos, a la hora que me tocaba cantar lo hacía como trovador guarapero callejero, siempre desentonado, ni me pulía para que salga bien. En primaria, secundaria, en el pasado y en el presente, mi talón de Aquiles siempre fue y es el Bel Canto, por ese motivo la desafinada lo tomaba muy normal. El jefe de escena y los dos colegas nunca dijeron nada, si el canto estaba bien o estaba mal. El director desde la platea veía todo en conjunto, su preocupación era la unidad de las artes escénicas, artísticas y musicales. Él muy confiado de nuestra valía nos decía lindo piropos cuando se presentaba una breve pausa: -¡Excelente! ¡Muy bien! ¡Fantástico!

Llegó el estreno, canté como un eximio juglar trovador trasnochador. El público vibró de emoción, nosotros nos contagiamos de la buenas vibras, cada uno de nosotros aportó lo mejor de su repertorio, sin mezquindad, con magia, glamour, elegancia y clase. Quedamos satisfechos y muy felices de nuestra gran presentación. Pero era sólo el comienzo, faltaba mucho pan por rebanar.

Faltando tres funciones para que termine la temporada por poco mando todo por la borda. Casi malogro el contenido, el fondo y la forma, la temática y el mensaje subliminal de la obra.

Siguiendo mis movimientos y jugando lo mejor posible, toqué otras teclas del piano de cola que dieron -lógicamente- otras notas muy diferentes a lo habitual y cuando canté me aproximé a la nota ideal, sentí en mi pecho un caluroso y espléndido Sol Mayor, indudablemente, canté mucho mejor. Canté como debía cantar desde el principio como un verdadero tenor al mejor estilo del maestro Plácido Domingo, eso es lo que yo creí. Cuando terminó la función el director se acercó a mi esquina y frente al iluminado espejo del camarín, en el preciso momento que cerraba los ojos para limpiarme el rostro caracterizado en sublime alegría de agonía, me invitó a una sencilla y amical plática humanística.

- Terminas de cambiarte, te acercas al grupo ¡Quiero hablar contigo!

Después de unos minutos me reuní en el círculo donde me esperaban los colegas con tacitas de café y bocanadas de humo denso blanco de buen tabaco cubano. Pedí mi cafecito bien cargado y retomé el hilo de la conversación.

- ¿Qué tal, les gustó mi canto?- pregunté muy risueño, esperando un halago.
- Justo de eso quiero hablar- las palabras del director como un brillante sable de luz cortó el perfumado aire caribeño- ¡Claro que no me gusto, hermanito! ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué has cantado bien? Como lo estabas haciendo está perfecto... no puedes cambiar nada sin procesar la idea... si cantas bien estás dando otro mensaje. ¿Entiendes?
- ¡Entendí!

Con un largo sorbo, cerrando los ojos nuevamente miré para adentro de mi alma maltratada. Procesar la idea -me pregunté, me dije, me respondí- si canto como en la ducha como si fuera cualquier día y fiesta de guardar todo el mundo me dice que canto feo, que canto mal, desafinado, que soy desorejado. Ahora canté bien y está mal. Que no sirve, que doy otro mensaje. ¿Quién está en el lugar equivocado? Las miradas inquisidoras me respondieron con una sonrisa paternal de padre putativo. Para mi fue frustrante y desde ese momento no canto ni “Arroz con leche”.

- ¿Pero quién entiende a los directores hoy en día?

Nicolás D. León Cadenillas.
Karlsruhe, 2009.





EL CORREPETIDOR

Juan Arcos creó "El Correpetidor" seleccionando Arias y Lieder de los grandes maestros de la música universal (Mozart, Verdi, Gounod, Wolf, entre otros) y dirigió la inédita experiencia de espectáculo lírico teatral.

Obra en mi poder la carta de J. Arcos de su puño y letra, donde me explica el argumento de la obra, lo transcribo fielmente:

"Una soprano ensaya con su maestro de correpetición. No sabemos si sólo es alumna, exnovia o un amor platónico del correpetidor. El correpetidor es un artista 'frustrado', a él le gustaría ser un gran pianista pero no lo es. Para ganarse la vida debe animar fiestas, para ésta tarea cuenta con un agente que le consigue los cachuelos. La pieza termina cuando la soprano se va o se 'desvanece' de su recuerdo - nunca sabemos si realmente estuvo ahí o sólo en los sueños del pianista - entonces, él comienza a tomar unos tranquilizantes pero, poco a poco, se toma todo el frasco. Entonces vuelve la soprano y le canta: Pobre amor no lo despierten que se ha quedado dormido... y sale".

Como anécdota, una vez terminado los ensayos concernientes a la parte musical; me sugirió que yo mismo me escriba mi parlamento para finiquitar el libreto y la obra. Con sus sugerencias creé mi personaje en base a mis propias experiencias como vecino de barrio popular, así di forma: Al recursero de esquina; recordado personaje que le guardo mucho cariño. Compartimos tablas tres virtuosos de diferentes escuelas y manifestaciones artísticas:

- Humberto Barrantes, joven músico - pianista, El Correpetidor.
- Elleen Burhum, excelente cantante lírica caracterizó La Musa.
- Nicolás León, el señor actor, El Representante del músico.

La obra se estrenó en el mes Junio de 1991 en el Centro de Arte, Cocolido. Miraflores (Lima 18).

(Parlamento creado, escrito y recreado por el primerísimo gran actor de radioteatro y varietés de fama local, nacional e internacional, el Excelentísimo Señor Don Nicolás León).

- Hey, qué te pasa?... e'tás loco. Así no trabajo contigo, compadre. Cuando vengo a buscarte no te encuentro y cuando hablamos por teléfono me cuelgas. Ahora me has colgado dos veces. !Así yo no trabajo, compadre!

Hufff, hace un frio de los mil demonios. (SE SIRVE UN CAFE). Salió un chivo. Un cafecito. ¿Tíenes un cigarro? Ah, verdad, tu no fumas, no tomas, no ... nada. Bueno, salió un chivo. Un quinceañero, le metí un palabreo a la señora, ya no ya. Me paso cualquiera la cantidad. Ya no ya. Me paso cualquier cantidad.

Vengo de la casa de mi madre. Le he gorreado un arroz con pato de la pu ... pitri mitra. Creo que el plato era para mi hermano, ahora que se fria un huevo. (DEJA LA TAZA DE CAFE, SE DIRIGE AL PIANO, GOLPEA UNA TECLA, ENTONA) Mi mi mi mi ...

“Madre, esas arrugas se formaron pensando / ¿Dónde estará mi hijo? ¿Porqué no llegará? / y por más que las bese no las podré borrar / Madre, tus manos tristes como aves moribundas / déjame que las bese tanto, tanto han rezado / por mis locos errores y mis vanas pasiones / y por último madre ... ”.

A propósito, sabes el chiste de Jaimito? Su mamá le dice a Jaimito:

- “Jaimito, Jaimito te frío un huevo”. Y Jaimito le contesta:

- “Y tu porque no te fríes una teta ... (se ríe a carcajadas).

Ese Jaimito ... una verídica, mi mamá me ha contado una verídica. Mi mamá dice que mi hermano Yuri dijo:

- "¡Má, ahora tengo un déficit de $100 dolares!". Y la esposa de Yuri, contestó:
- “Y con ese déficit por qué no me compras un par de botas blancas”.

Ellos son conocidos como “El Bello y la Bestia” ... ¿Hoy estás mongo?... Bien, al grano, la fiesta queda en la Av. Aviación, cuarta cuadra, conoces? Conoces el Cine Grau? ... Por ahí no queda ... No te preocupes que yo te llevo. Te vengo a buscar mañana a las Diez de la noche (MIRA EL RELOJ, LA HORA. CANTA, SE DIRIGE AL TELEFONO). “Este secreto que tienes conmigo nadie lo sabrá ... Este secreto q ...”.

- Alo? ... Tu Nait Kin Cole ...(MIRANDO AL MUSICO) ... Préstame el teléfono ... Sí mi amor ... tu esposo llego de viaje? ... ¿Cómo te fue en la pollada? ... mi cholita linda, bella, encantadora ... bien, bueno, vamos a una peña a bailar. Lleva tu libreta electoral. Ponte esa faldita apretadita. Un beso.

¡Aaahh, Ta ta TA TA taaa! Para el próximo sábado tenemos un matrimonio. Ya hable con los novios. La novia tiene un puesto de comida en el mercado, también su “Carpa de Caldo de Gallina”, ya no ya, full billete. Va estar bien bacán el matri. Harta chelas, costillitas. Mi compadre va a tomar las fotos!. Ese es mas borracho que una botella de aguardiente. (TARAREA UNA CHICHA).

¿Qué estás estudiando? A ver, a ver, a ver. Qué? ... Chopín, Bach. ¿Tú estás loco o estas comiendo moco? Esto es una sola vez al año, ya pasó la temporada. Ahora tienes que estar al día ... pónte en honda, mira, escucha, ¡Culturízate! Toca la Bilirrubina, Sopita de Caracol, La Chica Ye Ye (BAILA) Olvídate. Por algo hemos estudiado música para ganar nuestro billete. (SACA UN SOBRE CON BILLETES) ¡Qué rico, rico, rico!. Esta es la mia. Y lo tuyo. Mañana pagas el taxi. Y no te pongas ese terno negro “de concertista” que pareces que vas a cargar un muerto. Esto no es un velorio. Ponte bien bacan ... (MODELA)como “Yonipacheco”. Parezco modelo de televisión.

!Sí te e'tás quedando dormido ponte pijama, medias de lana, chullo! ¡No se te ocurra enfermarte! ... ¡Me voy! ... mi costillita me está esperando ... Ciao ... (CANTA, CIERRA LA PUERTE, SE VA CANTANDO).

“La otra noche te tomé / y tan bueno me supió / que estaría todo el día / que estaría todo el día / tomando-té, tomando-té”. Chao ... ciao ... bambino, arrivederci di Roma ... .

* "Madre" del compositor peruano Manuel Acosta Ojeda.

Nicolás D. León Cadenillas.
Lima, Junio, 1991.

XII Encuentro Nacional de Escritores – Tarma. NDLeón

XII Encuentro Nacional de Escritores – Tarma.

Tarma, "La Perla de los Andes", es una ciudad del centro del Perú, capital de la homónima provincia andino-amazónica en el departamento de Junín.   

Como quien no quiere la cosa de purita casualidad me enteré de la existencia del Gremio de Escritores del Perú. Jironeaba por el frontis de la Asociación Guadalupana de la avenida Alfonso Ugarte con la avenida España. Un bonito y colorido cartel llamó mi atención, leí el programa impreso "VII Aniversario"; leí la fecha y hora, "Miércoles, 16 de Octubre. 7:00 p.m." "Entrada Libre"; revisé mi calendario virtual en mi movil. Conclusión, faltaba un minuto para que se de inicio la programación.



Sin duda ni pestañeo, entré. Me atendió una simpatiquísima señora, super atenta y muy servicial. Después de una hora de presentaciones, lecturas de cartas y saludos, habló el carismático Presidente del Gremio, Don Juan Federico García Hurtado. En su exposición mencionó a grandes autores cusqueños, pensé en la ciudad imperial y en lo que es la vida, los escritores mencionados eran antiguos amigos míos.

Viendo la hora avanzada, me despedí de la buena dama, intercambiamos correos electrónicos. Hice hincapié que soy un modesto aficionado en el amplio y complejo mundo de las letras, que tenía en mi haber un libro de cuentos y unos doscientos – entre buenos, malos y peores – cuentitos de barrio en mi página blog. Que visito facebook con frecuencia y escribo con paciencia, errores y borrones.

La dama, señora Lucía Lulli Escobar, me animó a seguir en contacto con el Gremio. Faltando poquísimos días para el Encuentro en Tarma, Jorge Luis Roncal Rodríguez me envió la ficha virtual. Lucía Lulli me explicó los pasos a seguir para desenvolverme lo mejor posible y participar correctamente en el Encuentro de Escritores.

El 20 de noviembre a las 7:00 PM nos reunimos en la Asociación Guadalupana para viajar como en familia. Todos loreaban con el mejor estilo inconfundible de escritores de buena lid. Yo me limité a escuchar y captar las sabias enseñanzas.



En Tarma nos hospedamos en la hermosa, acogedora y moderna Villa Deportiva. La sede del XII Encuentro Nacional de Escritores "Manuel Jesús Baquerizo" fue el Auditorio "Fortunato Cárdenas" de la Municipalidad de Tarma, moderno también y espéctacular, situado a dos cuadras de la Plaza de Armas.

No pienso hablar, ni escribir como se desarrolló el Encuentro en Tarma. Sólo diré que para mí fue estupendo, fantástico, excelente. No me siento defraudado. Aprendí y colaboré con mi granito de arena para hacer amena la performance. He conocido gente maravillosa, simpática, y de los otros también. Como debe de ser y se dio.

Tres días de compartir conocimientos y aprender sabidurías. En una charla de café con nuestro querido Fico García, hablamos de su linda tierra de Calca, pueblo a una hora y quince minutos de Cusco; del fundo Manzanares, de Juki y del abuelo querendón Eufracio Hurtado; de sus películas y de los amigos comunes; Hugo Bonet Rodriguez, Aurora Colina Pareja, César Aguilar Peña "Chillico"; entre otros. Pilar Roca Palacio, su pareja, mujer brillante, inteligente, con una madurez que dan los años de rigor en el arduo trabajo científico y en la fragua del constante estudio. Cada opinión de parte de ella fue para mí una clase maestra.

En tertulia y ágape, en el descanso nocturno en la Villa Deportiva leímos nuestros poemas, cuentos, crónicas, versos, estudios y tratados; también cantamos en concordia y rapeamos con guitarra. Yo leí tres variados cuentos de mi página Leonadas.blog y anotaba las ocurrencias de los respetados dicharacheros del rico agucho del agustino.

Y en el tercer día, en el Auditorio Principal "Fortunato Cárdenas" me tocó exponer, presentar y leer mi libro "Cuentos breves para mi nieto". Como novicio en la materia traté de concentrarme lo mejor que pude. Leí, improvisé, volví a leer con mis dotes de actor profesional. Mejor escribo más o menos lo que dije en la mesa de exposiciones:

Nicolás León y Armando Arteaga, escritor y periodista peruano.

"Buenas tardes. Mi nombre es, Nicolás León. Soy actor y director de teatro. Exactamente: Teatrólogo con intención de llegar a ser escribidor. Lo primero que puedo decir es, que mi libro "Mi Nieto" tiene su anécdota."

"La idea principal que me llevó a escribir fue rescatar la idiosincrasia del chismoso de la esquina de mi barrio, la urbanización Balconcillo del distrito de La Victoria." "La Rica Vicky".

"En el 2008 comencé a corregir los borradores que tenía archivado desde hace cuarenta, treinta, veinte años de antigüedad y conforme avanzaba el trabajo los pegaba en mi página blog, obsequio de mi colega y gran amigo, Juan Arcos."

"En Alemania, en la ciudad de Karlsruhe, escribí el borrador de mi cuento Mi Nieto, lo envié a Lima para que lo revisen, le den una chequeada, corrección de estilo y de las innumerables faltas de ortografía. Mientras yo esperaba los datos para una posible impresión. La responsable de las averiguaciones fue mi hermana Vikita. Ella al ver la premura del tiempo, dio el pase, el V.B. para que lo editen. Y así el borrador pasó a ser un machote y de machote paso a ser un libro sin corrección de ninguna clase."


"Cuentos breves para Mi Nieto" es la recopilación de treinta y cinco cuentos...

"Cuentos breves para Mi Nieto" es la recopilación de treinta y cinco cuentos donde se entreteje la vida, pasión y resurrección de un victoriano de corazón. La temática es simple pero bastante arraigada a la idiosincrasia del vecino del blanquiazul barrio popular. Entre cuento y cuento se descubre el lento caminar, la vida y las costumbres de nuestro héroe. Desde su nacimiento hasta el momento que lo convierten en abuelo para dicha y tranquilidad del protagonista. El autor."

"El primer comentario profesional fue de mi gran amiga, Sara Joffré. Los integrantes del Gremio de Escritores conocen a Sara Joffré, ella es colega consagrada, dramaturga, actriz, directora y crítica de teatro."

"Sara Joffré me hizo saber que se divirtió horrores leyendo los cuentos. Sinceramente la meta del libro es entretener. Con permiso de Sarita transcribo textualmente su comentario:"

"Reseña cuentos breves para mi nieto". "Nicolás León Cadenillas, hace su primera aventura en la faceta cuentos, con este libro dedicado a su nieto. Ternura, grosería, desenfado y un contagioso deseo de resaltar que se viva lo que se viva, vivir es justamente eso. Tal es el contenido al que nos enfrentamos. Por mi parte encuentro tan divertida y sencilla la manera de narrar de Nicolás, Nikki como es su nombre de cariño, que paso rápido sobre algunas evidentes incorrecciones gramaticales, casi imperdonables en otro tipo de literatura que no fuese esta coloquial confidencia. Realmente el libro está dedicado a toda su familia en primera instancia. Pero es indudable que un poco más un poco menos nos encontramos reflejados en algunos pasajes. Y gozamos en todos. En un formato no precisamente bello, con un costo para la venta de 10 soles, vale la pena correr el riesgo de conocer a este autor que se enorgullece en ser aliancista, del barrunto de La Victoria, y otras cositas más muy interesantes y que ya las conocerán al leer el libro". (16/abril/2011).

Dos horas más tarde de mi exposición me doy con la sorpresa que se levantaron uno de mis libros de la mesa donde se exhibían las obras de cada maestro, mis libros estaban apilados uno sobre otro, seis en total. Al menor descuido desapareció de mi vista. Pregunté a mi colega de la derecha, nada; pregunté al politólogo de la izquierda, nada; al historiador, nada; al cuarto hombre que estaba al frente mio, el poeta del clavel rojo y cabello plateado. Meneó la cabeza negativamente. Nadie había visto nada. Indagué, miré, observé, saqué la raíz cuadrada. Sospeché de mi sombra, nada. Hice un gesto de fastidio, no estaba preparado para esa clase de bromas. Recé: - "La sombra de la duda oscurece el día más bueno de la razón."

El poeta de cabello plateado me miró con una dulce sonrisa y palmeándome el hombro me felicitó.

- Mirado por el lado positivo.

- Claro, busca el lado bueno – opinó el tenaz crítico y profesor – al único que le pusieron la puntería fue a tí. Date por bien servido. Se han interesado por tu trabajo. ¿Qué más quieres?

- Te has consagrado, vos seréis pirateado. Fama y fortuna. Felicitaciones, maestro-. Milagros Sefair, la brillante poetisa y escritora argentina del Mar de Plata, me levantó la alicaída moral.

A las 10 PM empacamos y nos dirigimos a la Plaza de Armas, esperamos los dos ómnibuses interprovinciales que nos retornarían a Lima. Llegué a mi barrunto cargado de experiencias nuevas y buenas. Con nuevos amigos. Espero una nueva invitación para el siguiente Encuentro para seguir intercambiando ideas con mis hermanos de letras, temática y de literarias pasiones.

Nicolás D. León Cadenillas.
Teatrólogo.
Lima, Nov, 2013.

Al Este del Edén Sanisidrino. N.D.León

Al Este del Edén Sanisidrino
Autor: Nicolás Daniel León Cadenillas.
G.U.E "Alfonso Ugarte". Mes de Junio: Día del Colegio, Día de la Bandera, Aniversario de la Batalla de Arica, Honores Cívico Escolar a la gesta del Coronel Alfonso Ugarte, Día del Padre, Día del Campesino, Día de los Santos Pedro y Pablo.

Leyendo los anuarios, los periódicos y las revistas de antaño, festejábamos cada comentario cuando reconocíamos a uno de nuestros condiscípulos de la promoción. Algunas fotografías lucían amarillas otras se conservaban en perfecto blanco y negro. Hicimos grupo y nos tomamos unas fotos con la Bandera de la Asociación de Ex-Alumnos Ugartinos, abrimos un par de botellas de champán y brindamos por Dios, por Ugarte y la Patria que amamos, "Voluntad, Disciplina y Acción".

Cuando retomamos la conversación recordé con alegría mi chiquititú, en segundos recorrí mis pasos de primaria hasta quinto de secundaria. Pregunté, -¿Se acuerdan de aquel maravilloso centroforward de Primaria? En Secundaria colgó los chimpunes se metió al Arte, Dibujo y Pintura-. Hice silencio y me reí con sorna de mí mismo. Abrí mis ojazos, limpié los vidrios empavonadas de mis gafas e hice memoria, vino a mi mente imágenes de aquella vez cuando los tres Quintos de Primaria hicimos una excursiòn al Este del Edén por Cieneguilla, Huarochirí o por ahí.

Nitidamente traje a mi memoria el tercer día lunes de junio de 1963. Las dos primeras semanas habíamos celebrado la gesta heroica de nuestros héroes patrios en el Morro de Arica con altos honores, bombos y platillos; el Día Central se rindió tributo a nuestro Patrono Coronel Alfonso Ugarte. En el ínterin de la fiesta patriótica visitamos el Mausoleo del Coronel Alfonso Ugarte Vernal y la Cripta de los Héroes de la Guerra del Pacífico en el Cementerio General "Presbítero Matías Maestro". Otro día nos llevaron marchando al Centro de Estudios Históricos Militares del Perú y de ahí pasamos a dejar las ofrendas florales a los Monumentos del Almirante Miguel Grau Seminario y del Coronel Francisco Bolognesi Cervantes. Con los suboficiales Instructores del Curso de Instrucción Pre-Militar -IPM- salimos de Lima con dirección del Puente a la Alameda, Cuartel General del Ejército Peruano en el Distrito del Rímac. Terminamos el periplo en la Fortaleza del Real Felipe y Museo del Ejército del Perú sito en la Provincia Constitucional del Callao. Más no recuerdo.

Después de tantos ajetreos, charlas, conferencias patrióticas cívico-militar escolar, nuestros excelentes profesores de quinto de primaria tuvieron una estupenda y gran idea, de relax y esparcimiento, planearon un día de paseo y excursión. Eligieron el día viernes y nos regalaron otro día de fiesta. ¡Sábado asueto!.

Ese viernes como nunca todiditos los alumnos de quinto de primaria estuvimos antes de las ocho de la mañana. En la puerta principal nos cuadramos en batallones frente a los cuatro ómnibuses y en fila india subimos al bus según orden de lista. Adentro nos acomodamos haciendo grupitos con nuestra mancha. Nuestro bus partió primero tomando la dirección rumbo a Lima y en el paradero de tranvía de la Avenida Paseo de la República con Javier Prado Este hizo una quimba y volteó a la derecha. Uno de los alumnos empezó a cantar la Marcha Ugartina, lo seguimos todos, y así cantando todas las canciones del repertorio de nuestro Coro Mixto Perú nos olvidamos del viajecito.

Después de más de dos horas de viaje llegamos a un pueblito semi abandonado de la sierra de Lima, bajamos en tropel, y en pequeños grupos y a la rápida lo recorrímos en menos de lo que canta un gallo. Recuerdo que en la composición para El Periodico Mural del Pabellón muchos escribieron que habíamos paseado por Etiopía, el Director hecho un pichín eliminó esos dibujos, sólo exhibieron lo que estaba correctamente escrito: Antioquía. Yo me acuerdé del nombre porque terminaba en 'quía' como el chaplín del auxiliar de quinto de secundaria, "Mantequía".

Cementerio de Antioquía.

Al toque de un vistazo miramos la Capillita, un anciano lugareño la llamó Iglesia Mayor; chequeamos la pampa de fútbol y nos reímos del cartel oficial que decía: Estadio Municipal; el Cementerio General estaba vacío, no había muertos, una que otra cruz adornaban el Campo Santo; regresamos a la Plazuelita de Armas... y acabó todo. Los profesores señalaron el camino y nos dirigimos al monte donde acampamos. No había nada, sólo el valle, el río y a lo lejos la carretera. Era una hermosa y bonita vista hacia el infinito. Sentímos el aire fresco y puro, y también sentimos suavemente la altura, nos encontrábamos a más 1500 msnm. Ese dato nos lo dijeron los profesores.

Lo mejor que recuerdo y muy bien de ese día fue, cuando llegó la hora del almuerzo, todos teníamos una que otra merienda o algunas frutas en nuestros maletines deportivos. En cambio nuestro peculiar "Centroforward" tenía una mochila de campaña llena de comida como para viajar hasta al poto del mundo a pie. Nos quedamos boquiabiertos mirando como comía, como saboreaba, sin cubiertos. Como aferraba con sus deditos -indice y pulgar- los huesitos del pollito. Nos dijo que su mamá le había dado todo ese rancho como castigo. El güevofrito ese día no comió. -¡Tragó como una bestia!- y le sobró richi. Cuando terminó la hora del bitute preguntó si alguien tenía hambre. Nadie le respondió. De asáo llamó a los perros que merodeaban por ahí. Les dio la comida a los perritos, felices le movieron la colita. Sólo yo sabía que no podía regresar con comida a casa porque su linda mamita se le iba a engorilar terriblemente. Había jodido hasta el cansancio a su santa madrecita para que le prepare su fiambre de mochilero. ¡No podía regresar con rancho! Eso significaba recibir una severa y ejemplar granputeada.

Vista de la carretera y del valle de Antioquía.

Después del bitute, el sol quemaba como cancha, no había nada que hacer allí, nada, ni mierda, no había nada de nada, nos mirábamos las caras... y para no seguir en ese aburrimiento letal nos pusímos de acuerdo hacer un Campeonato Relámpago Inter-Salones. Cada profesor de aula se convirtió en Director Técnico de su salón. Fue un triangular. Nos jugamos tres partidazos de Final de Copa al hilo, todos contra todos, con árbitro y entretiempo. Jugando los primeros minutos del partido definitorio, dos pitazos recontrafuertes ipso pucho detuvo el juego, seguimos la mirada del profesor-árbitro. Dos de nuestros profesores auxiliares llegaron con otros profesores de un colegio de la zona. Uno de los señores tomó la palabra y nos invitaron a un encuentro de camaradería. Mejor dicho, nos retaron a un partido en su Estadio. Aceptamos el reto. En prima bajamos en procesión al pampón Deportivo Municipal. Nuestros contrincantes nos esperaban uniformados, la selección de ese colegio, a la legua, se notaba que eran patas de tercero o cuarto de media por sus tamañazos, contexturas, edad; y para concha los amautas lugareños nos los presentaron como si fueran primariosos. Nosotros formamos una Selección Ideal, un Once de Ensueño con nuestros cracks donde brillaba con luz propia nuestra estrella el Centroforward de nuestro salón, que conjuntamente con Cajañaupa, Alcalde, los Cucos Rodriguez, Pinillos, Albarracín, eran los delanteros y la línea volante. A los treinta minutos de juego ya se notaba los estragos del campeonato anterior inter salones. La Seleccion del Ugarte no jalaba estaba hasta el queque. En una de esas Jesús "Cuco" Rodriguez salió de atrás, le dio un pasezazo a nuestro crack, este hizo la finta, corrió con su clásico estilo pero a cinco kilómetros por hora, no llegó a ninguna parte, se ahogó en el área rival, se quedó parado mirando el cielo con los brazos en jarra. Fue el principio de la calamidad. Nuestro goleador estuvo en nada, nada de reflejos, nada de picardía, ni potencia menos gambeta ni el pique que nos tenía acostumbrado venciendo a todo rival con el lema: ¡Primaria debe ganar! ¡Alfonso Ugarte debe Campeonar!. Nos metieron una goleada de padre y señor mío, cuatro a uno. 

-¡Si nos hubieran encontrado fresquitos! ¡Su mamá que nos ganan!- nos levantó la moral el brigadier del salón.

Retornando a Lima recontratrapos con las caras largas de aburrimiento, fastidio o que sé yo... no me sorprendí ver a nuestro carismático centroforward con una sonrisa especial que lo distinguía de los demás. No le interaba nada, ni se daba por aludido del raje a sus espaldas por haber jugado tan mal. Se le notaba una satisfacción personal insospechada, que sólo él lo sabía y su querida mamá lo iba a confirmar. El bebito había comido toda su papita que mamita le había preparado. ¡Qué alivio para el hijito regresar sin combo ni rache! ¡El grandísimo hijo... engreídito de mamá! 

Fue el último paseo que hicimos en primaria al Este del Edén sanisidrino. Nos demoramos otras dos horas y media para llegar a Lima. Cada vez que recuerdo la excursión pienso. -Si nuestro Centroforward no se hubiera dado ese atracón otro hubiera sido el cantar. Por lo menos hubiéramos sacado un honroso empate. Pero así es el fútbol nacional, recontra gitano y malagüero.

Lima, 2013.

Nicolas D. León Cadenillas 
G.U.E "Alfonso Ugarte. 
Promoción 1969.