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Al Este del Edén Sanisidrino. N.D.León

Al Este del Edén Sanisidrino
Autor: Nicolás Daniel León Cadenillas.
G.U.E "Alfonso Ugarte". Mes de Junio: Día del Colegio, Día de la Bandera, Aniversario de la Batalla de Arica, Honores Cívico Escolar a la gesta del Coronel Alfonso Ugarte, Día del Padre, Día del Campesino, Día de los Santos Pedro y Pablo.

Leyendo los anuarios, los periódicos y las revistas de antaño, festejábamos cada comentario cuando reconocíamos a uno de nuestros condiscípulos de la promoción. Algunas fotografías lucían amarillas otras se conservaban en perfecto blanco y negro. Hicimos grupo y nos tomamos unas fotos con la Bandera de la Asociación de Ex-Alumnos Ugartinos, abrimos un par de botellas de champán y brindamos por Dios, por Ugarte y la Patria que amamos, "Voluntad, Disciplina y Acción".

Cuando retomamos la conversación recordé con alegría mi chiquititú, en segundos recorrí mis pasos de primaria hasta quinto de secundaria. Pregunté, -¿Se acuerdan de aquel maravilloso centroforward de Primaria? En Secundaria colgó los chimpunes se metió al Arte, Dibujo y Pintura-. Hice silencio y me reí con sorna de mí mismo. Abrí mis ojazos, limpié los vidrios empavonadas de mis gafas e hice memoria, vino a mi mente imágenes de aquella vez cuando los tres Quintos de Primaria hicimos una excursiòn al Este del Edén por Cieneguilla, Huarochirí o por ahí.

Nitidamente traje a mi memoria el tercer día lunes de junio de 1963. Las dos primeras semanas habíamos celebrado la gesta heroica de nuestros héroes patrios en el Morro de Arica con altos honores, bombos y platillos; el Día Central se rindió tributo a nuestro Patrono Coronel Alfonso Ugarte. En el ínterin de la fiesta patriótica visitamos el Mausoleo del Coronel Alfonso Ugarte Vernal y la Cripta de los Héroes de la Guerra del Pacífico en el Cementerio General "Presbítero Matías Maestro". Otro día nos llevaron marchando al Centro de Estudios Históricos Militares del Perú y de ahí pasamos a dejar las ofrendas florales a los Monumentos del Almirante Miguel Grau Seminario y del Coronel Francisco Bolognesi Cervantes. Con los suboficiales Instructores del Curso de Instrucción Pre-Militar -IPM- salimos de Lima con dirección del Puente a la Alameda, Cuartel General del Ejército Peruano en el Distrito del Rímac. Terminamos el periplo en la Fortaleza del Real Felipe y Museo del Ejército del Perú sito en la Provincia Constitucional del Callao. Más no recuerdo.

Después de tantos ajetreos, charlas, conferencias patrióticas cívico-militar escolar, nuestros excelentes profesores de quinto de primaria tuvieron una estupenda y gran idea, de relax y esparcimiento, planearon un día de paseo y excursión. Eligieron el día viernes y nos regalaron otro día de fiesta. ¡Sábado asueto!.

Ese viernes como nunca todiditos los alumnos de quinto de primaria estuvimos antes de las ocho de la mañana. En la puerta principal nos cuadramos en batallones frente a los cuatro ómnibuses y en fila india subimos al bus según orden de lista. Adentro nos acomodamos haciendo grupitos con nuestra mancha. Nuestro bus partió primero tomando la dirección rumbo a Lima y en el paradero de tranvía de la Avenida Paseo de la República con Javier Prado Este hizo una quimba y volteó a la derecha. Uno de los alumnos empezó a cantar la Marcha Ugartina, lo seguimos todos, y así cantando todas las canciones del repertorio de nuestro Coro Mixto Perú nos olvidamos del viajecito.

Después de más de dos horas de viaje llegamos a un pueblito semi abandonado de la sierra de Lima, bajamos en tropel, y en pequeños grupos y a la rápida lo recorrímos en menos de lo que canta un gallo. Recuerdo que en la composición para El Periodico Mural del Pabellón muchos escribieron que habíamos paseado por Etiopía, el Director hecho un pichín eliminó esos dibujos, sólo exhibieron lo que estaba correctamente escrito: Antioquía. Yo me acuerdé del nombre porque terminaba en 'quía' como el chaplín del auxiliar de quinto de secundaria, "Mantequía".

Cementerio de Antioquía.

Al toque de un vistazo miramos la Capillita, un anciano lugareño la llamó Iglesia Mayor; chequeamos la pampa de fútbol y nos reímos del cartel oficial que decía: Estadio Municipal; el Cementerio General estaba vacío, no había muertos, una que otra cruz adornaban el Campo Santo; regresamos a la Plazuelita de Armas... y acabó todo. Los profesores señalaron el camino y nos dirigimos al monte donde acampamos. No había nada, sólo el valle, el río y a lo lejos la carretera. Era una hermosa y bonita vista hacia el infinito. Sentímos el aire fresco y puro, y también sentimos suavemente la altura, nos encontrábamos a más 1500 msnm. Ese dato nos lo dijeron los profesores.

Lo mejor que recuerdo y muy bien de ese día fue, cuando llegó la hora del almuerzo, todos teníamos una que otra merienda o algunas frutas en nuestros maletines deportivos. En cambio nuestro peculiar "Centroforward" tenía una mochila de campaña llena de comida como para viajar hasta al poto del mundo a pie. Nos quedamos boquiabiertos mirando como comía, como saboreaba, sin cubiertos. Como aferraba con sus deditos -indice y pulgar- los huesitos del pollito. Nos dijo que su mamá le había dado todo ese rancho como castigo. El güevofrito ese día no comió. -¡Tragó como una bestia!- y le sobró richi. Cuando terminó la hora del bitute preguntó si alguien tenía hambre. Nadie le respondió. De asáo llamó a los perros que merodeaban por ahí. Les dio la comida a los perritos, felices le movieron la colita. Sólo yo sabía que no podía regresar con comida a casa porque su linda mamita se le iba a engorilar terriblemente. Había jodido hasta el cansancio a su santa madrecita para que le prepare su fiambre de mochilero. ¡No podía regresar con rancho! Eso significaba recibir una severa y ejemplar granputeada.

Vista de la carretera y del valle de Antioquía.

Después del bitute, el sol quemaba como cancha, no había nada que hacer allí, nada, ni mierda, no había nada de nada, nos mirábamos las caras... y para no seguir en ese aburrimiento letal nos pusímos de acuerdo hacer un Campeonato Relámpago Inter-Salones. Cada profesor de aula se convirtió en Director Técnico de su salón. Fue un triangular. Nos jugamos tres partidazos de Final de Copa al hilo, todos contra todos, con árbitro y entretiempo. Jugando los primeros minutos del partido definitorio, dos pitazos recontrafuertes ipso pucho detuvo el juego, seguimos la mirada del profesor-árbitro. Dos de nuestros profesores auxiliares llegaron con otros profesores de un colegio de la zona. Uno de los señores tomó la palabra y nos invitaron a un encuentro de camaradería. Mejor dicho, nos retaron a un partido en su Estadio. Aceptamos el reto. En prima bajamos en procesión al pampón Deportivo Municipal. Nuestros contrincantes nos esperaban uniformados, la selección de ese colegio, a la legua, se notaba que eran patas de tercero o cuarto de media por sus tamañazos, contexturas, edad; y para concha los amautas lugareños nos los presentaron como si fueran primariosos. Nosotros formamos una Selección Ideal, un Once de Ensueño con nuestros cracks donde brillaba con luz propia nuestra estrella el Centroforward de nuestro salón, que conjuntamente con Cajañaupa, Alcalde, los Cucos Rodriguez, Pinillos, Albarracín, eran los delanteros y la línea volante. A los treinta minutos de juego ya se notaba los estragos del campeonato anterior inter salones. La Seleccion del Ugarte no jalaba estaba hasta el queque. En una de esas Jesús "Cuco" Rodriguez salió de atrás, le dio un pasezazo a nuestro crack, este hizo la finta, corrió con su clásico estilo pero a cinco kilómetros por hora, no llegó a ninguna parte, se ahogó en el área rival, se quedó parado mirando el cielo con los brazos en jarra. Fue el principio de la calamidad. Nuestro goleador estuvo en nada, nada de reflejos, nada de picardía, ni potencia menos gambeta ni el pique que nos tenía acostumbrado venciendo a todo rival con el lema: ¡Primaria debe ganar! ¡Alfonso Ugarte debe Campeonar!. Nos metieron una goleada de padre y señor mío, cuatro a uno. 

-¡Si nos hubieran encontrado fresquitos! ¡Su mamá que nos ganan!- nos levantó la moral el brigadier del salón.

Retornando a Lima recontratrapos con las caras largas de aburrimiento, fastidio o que sé yo... no me sorprendí ver a nuestro carismático centroforward con una sonrisa especial que lo distinguía de los demás. No le interaba nada, ni se daba por aludido del raje a sus espaldas por haber jugado tan mal. Se le notaba una satisfacción personal insospechada, que sólo él lo sabía y su querida mamá lo iba a confirmar. El bebito había comido toda su papita que mamita le había preparado. ¡Qué alivio para el hijito regresar sin combo ni rache! ¡El grandísimo hijo... engreídito de mamá! 

Fue el último paseo que hicimos en primaria al Este del Edén sanisidrino. Nos demoramos otras dos horas y media para llegar a Lima. Cada vez que recuerdo la excursión pienso. -Si nuestro Centroforward no se hubiera dado ese atracón otro hubiera sido el cantar. Por lo menos hubiéramos sacado un honroso empate. Pero así es el fútbol nacional, recontra gitano y malagüero.

Lima, 2013.

Nicolas D. León Cadenillas 
G.U.E "Alfonso Ugarte. 
Promoción 1969.

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