TREN Y TRENES. NDLeón
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| Estação Ferroviária de Corumbá, Brasil |
TREN Y TRENES
Todos los medios hablan del tren donado por la empresa estadounidense ferroviaria Caltrain a la Municipalidad de Lima. Los contrarios al Municipio dicen a todo pulmón: —¡Es una Porkyría, una farsa, pura chatarra, obsoleto, contaminante! —los aliados a la corrupción, exclaman: —¡Es un gran salto a la modernidad!
Traté de dar mi sincera opinión. Me respondieron:
—¿Tú qué sabes de trenes? ¡Ningún comunista ha traído nada bueno para el Perú!
—Respeta. Yo colaboré con el doctor Alfonso Barrantes Lingán. El único alcalde honesto de la Municipalidad Metropolitana de Lima...
—¡Porky López Aliaga, presidente!
—¿Dime las diferencias entre un ferrocarril, un tren, una locomotora y vagones?
—Es lo mismo. ¡Porky presidente!
Mi quedé en silencio. No hay diálogo. Como explicar al vecino que sus gritos son manotazos de ahogado; que mis puntos socioeconómico políticos se orientan para esclarecer el proyecto ferroviario financieramente sospechoso de corrupción. La visión parametrada, sesgada, más los gritos, no dan la razón. El fanatismo ciega hasta a los más diplomados. Qué hacer ante tanta imbecilidad de mi colega máster y doctor universitario de Renovación Popular.
Con paciencia y buen humor demuestro que he viajado en trenes a lo largo y ancho de países hermanos de buena voluntad. Recopilaré la respuesta idónea para este marrano insolente que piensa que tiene la verdad. Cuando nací, 1951, hasta 1966, los limeños se movilizaban en tranvía. Y viajábamos a Huancayo en tren. Éramos felices. Después por capricho de nuestros políticos de turno eliminaron el servicio de tranvías, nos enfrascaron en un caos automotriz. También, se desentendieron de los trenes del territorio nacional.
En viajes aéreos, tengo ciento de horas de vuelo; también tengo horas de viajes en tren y por carretera, miles de horas. Viajar en tren es un fantástico espectáculo que me regocija. Conozco estaciones ferroviarias a lo largo y ancho del Perú y alrededores.
En junio de 1970, a bordo de Aerolíneas Peruanas S.A. (APSA) fui con mi señor padre a la ciudad de Cusco, paseamos y turisteamos por los parque arqueológicos de la zona (Sacsayhuaman, Pisac, Ollantaytambo, Chinchero, Tipón y Pikillaqta, etc). Visitamos Machu Picchu, un placentero viaje en tren desde Cusco hasta Ollantaytambo y luego a Aguas Calientes, ida y vuelta. Vimos en la explanada de Sacsayhuaman la escenificación del Inti Raymi y en el Hotel de Turistas, TeVe B/N, la definición del Campeonato FIFA México 70, Brasil 4—1 Italia. En esos años el servicio ferroviario cusqueño no era un asalto a mano armada como ocurre en la actualidad con la nueva gerencia de corruptela.
En 1973, en modo de mochilero cultural, haciendo "autostop", Lima —Arequipa. Desde la Ciudad Blanca hasta Puno en tren, doce horas de viaje, llegué congelado por el infernal frío de las ciudades del altiplano, Juliaca y Puno (3,830 msnm). Participé en encuentros culturales, bien abrigado. Desde La Paz tirando dedo hasta Cochabamba. Hice transbordo en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra con el Rápido Oriental, famoso tren boliviano que recorre 600 kilómetros bajo una temperatura promedio de 40°, más conocido como el Tren de la Muerte; famoso por su malos augurios y muertes; que une las ciudades bolivianas de Santa Cruz y Puerto Quijarro con la ciudad de Corumbá (Brasil). En la Estación Ferroviaria de Corumbá, haciendo hora, dormí encima de un vagón de carga lleno de costalillos de estiércol; fue un viajecito bastante largo con la Red Ferroviaria Federal S.A. (RFFSA) hasta São Paulo. Atravesé Mato Grosso Do Sul nos consumió una terrible humedad y un intenso calor. Llegando a la Estación da Luz, de ahí con mochila a la espalda llegué a la Praça da República, corazón de São Paulo donde me perdí en excesos de arte, música, teatro y cachaça. Viví un par de meses en la residencia de la Universidad de São Paulo —USP, ubicada en Butantã, en plena construcción de la línea del Metro: Jabaquara con Vila Mariana, hoy denominada Línea 1—Azul. En São Paulo conocí el Teatro de Arena, Teatro del Oprimido, de Augusto Boal; entre otras maravillas paulistas. Me la pasé mochileando por las ciudades de Río de Janeiro, Belo Horizonte, Ouro Pretto, Curitiva hasta Foz do Iguaçu pasé a Misiones (Argentina). En Posadas me regalaron un pasaje en autobús hasta Salta La Linda. Después de varias semanas entre San Miguel de Tucumán a Salta, opté por viajar de Salta hasta Antofagasta (Chile) en el Tren a la Nubes a 4.220 msnm, haciendo una parada forzada en la Estación Ferroviaria de Tolar Grande.
En 1974, como actor profesional, viajé en el Ferrocarril Central, Lima —Huancayo, desde la Estación Desamparados en el Cercado de Lima hasta la Estación Huancayo, 332 kilómetros de recorrido, alcanzando el punto más alto en el túnel Galera a 4.781 msnm. Doce horas de viaje. Me acuerdo de la gran bronca que tuve con unos profesores de artes marciales, me defendí con una banquita de madera a lo Jackie Chan y corrí hasta el hotel a cien por hora.
En 1977, con una beca bajo el brazo, viajé a Alemania, llegué al Aeropuerto de Fráncfort del Meno y no me quedó otro camino para llegar a mi destino que tomar tren hasta la Estación Jardín Zoológico de Berlín Oeste. Gasté el cincuenta por ciento de mi bolsa de viaje que solo consistía en setenta dólares. Después de mis estudios de Dirección Teatral para Teatro para Niños y Jóvenes en el Teatro de la Amistad y veedor del Berliner Ensemble en Berlín Este en la República Democrática Alemana, se presentó la oportunidad de viajar a diferentes ciudades de Alemania: Leipzig, Teatro Mundo Joven; Múnich, Museo Alemán; Reutlingen, Parque del Pueblo; Hannover; Augsburgo, casa de Bertolt Brecht; Friburgo; Bonn, casa de Ludwig van Beethoven; etc. Además a Países Bajos, Rotterdam, puerto comercial, crucé en barco el Mar del Norte hasta el puerto Harwich, Reino Unido, otra vez en tren a la Estación Liverpool, Londres, curso de iluminación teatral en The Strand Electric; Holanda, Festival de los Tontos; Utrecht. Italia, Bérgamo, Coloquio de Teatro del Tercer Mundo; Milán, encuentro con Dario Fo, Teatro de La Scala, Duomo; Verona, el balcón de Romeo y Julieta; Venecia, Plaza de San Marcos; Roma, encuentro con Julian Beck. El Vaticano, encuentro con el ecónomo franciscano Rubén Lobatón. Checoslovaquia, Praga, taller de títeres; Francia, París, la Cartoucherie, espacio cultural. Austria, Viena, visa para Varsovia. Polonia (De Viena a Varsovia viajé en el último tren de la noche para ir durmiendo. No dormí nada. Tuve de compañeros de recámara a unos jóvenes polacos que regresaban a sus pueblos. Conversaban, cantaban, silbaban entre copetines de vodka y cabanossi, Llegamos a nuestro destino a las 6:00 A.M. Desayuno obrero, una cerveza con un soberbio pan con salchicha Frankfurt. Curso Mimo de Calle). Dinamarca, Copenhague, la Sirenita, La Ópera, el barrio Christiania; Suecia, Estocolmo, obra de teatro Encuentro con los 4Tablas. Todo fue por tren y en algunos casos transbordadores (ferries).
Pasaron los años, regresé a Alemania (2003), seguí viajando por Europa en tren. De Karlsruhe a distintas ciudades alemanas, Berlín, Múnich, Núremberg, Stuttgart, Heildelberg, Hamburgo, entre otras. Viajé a Salzburgo (Ciudad natal de Wolfgang Amadeus Mozart; también, por los escenarios de la película La Novicia Rebelde (The Sound of Music) como el Castillo Leopoldskron y los Jardines de Mirabell. Hungría, de Budapest a la ciudad de Baja en el condado de Bács-Kiskun. Del Aeropuerto Palermo a la Estación de Palermo Central, en tren, dura una hora. Del Aeropuerto de Barcelona—El Prat a Barcelona ciudad uno lo puede hacer en el Metro. En Grecia con auto alquilado recorrimos los parques arqueológicos. Gracias a las extensas horas de viajes en los trenes terminé los borradores de mis dos primeros libros: Cuentos Breves para Mi Nieto y De Chorrillos hasta las Playas de Río. Toda esta experiencia europea fue hasta agosto 2013 que regresé a Lima. Perú.
En 2013, Huancavelica, del 19 al 29 de septiembre participé en la XXV Muestra Nacional de Teatro Peruano, llegué en bus, cuando terminó la Muestra esperé tres días para regresar a Huancayo con el “Tren Macho, sale cuando quiere y llega cuando puede”. Icono ferroviario con 99 años de historia.
En 2014, septiembre, subí por primera vez al tren eléctrico de Lima, Línea 1 del Metro de Lima, como un lindo paseo. De la Estación La Cultura (Av. Javier Prado) hasta Villa El Salvador, con retorno hasta Bayóvar, y de nuevo, Estación La Cultura. En resumen, una decepción a primera vista del caos inminente. No hay tramos de salida de emergencia para el tren, ni salidas de escape para el ciudadano. Se cae la energía eléctrica y todo queda en nada. Se nota a las leguas los tentáculos de la corrupción gubernamental.
En 2017, utilicé los servicios de los Teleféricos de La Paz y El Alto, Bolivia. Llegué en tren desde Uyuni a la Estación Central en Villazón (3400 msnm), frontera con La Quiaca, Argentina. "De la Estación de Villazón partió Ernesto Che Guevara hacia su camino revolucionario". El Tren Posadas—Encarnación, conocido como Tren Binacional, conecta las ciudades de Posadas (Arg) y Encarnación (Paraguay). En Valparaíso (Chile) entre murales y arte urbano recorríamos las calles en los buses eléctricos. En el Parque Nacional Iguazú, lado argentino, nos trasladaron en el "Tren Ecológico de la Selva".
En este año, hasta el momento, el último recorrido en ‘tren’ —en mi calidad de adulto mayor —lo realicé en el Parque de Las Leyendas —Sede Distrito San Miguel. Lima —Perú.
Y esto esto todo por hoy. Seguiré informando. Nk
*Fotografía: Estação Ferroviária de Corumbá, Brasil.
*Un ferrocarril es el sistema completo de vías, infraestructura y señalización que permite el transporte ferroviario. Un tren es el conjunto de vehículos, incluyendo locomotoras y vagones, que circulan sobre las vías del ferrocarril. Una locomotora es el vehículo motorizado que proporciona la fuerza para mover el tren. Los vagones son los coches que se acoplan a la locomotora para transportar pasajeros o mercancías.
NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS
Lima, agosto, 2025

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