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TEATRO /PUBLICO. Comento de NDLeón

TEATRO /PUBLICO. Comento de NDLeón

CIEN AÑOS DE TEATRO Y DE PÚBLICO EN EL PERU

Diciembre 2022 // Libro inédito de Alberto Mego

Alberto Mego, actor, escritor, director, editor, hombre de teatro, luchador social.



CIEN AÑOS DE TEATRO Y DE PÚBLICO EN EL PERU

Al leer las primeras páginas del trabajo de Alberto Mego, sentí como si me perteneciera, como si fuera algo mío. Leer lo que he estudiado en mis años mozos, releerlo desde el punto objetivo de Mego es otra cosa. Fue el detonante para sumergirme en la narrativa que tenía en mano, el libro inédito de un estudioso, colega y artista. Que agradable es desasnarse leyendo la veracidad de la historia desde el punto de vista social que en muchos casos no nos es contada, recibir respuestas a las preguntas que siempre flotaron en el ambiente y nadie las plasmó con precisión en su espacio y tiempo.

Leer sobre el teatro nacional entrelazado con nuestra historia «democrática», la que hace guiños a una sociedad banal en el quehacer político, es grato. El párrafo sobre César Vallejo, «El arte y la revolución», me gustó porque muchos en la actualidad desconocemos al Vallejo revolucionario, combatiente, claro está, eso no se enseña en los colegios, ni en las universidades. El capítulo que habla sobre EEUU después de la segunda guerra mundial es bastante significativo porque la gran mayoría sigue pensando que el «amigo del norte» Estados Unidos de América es el amigo bueno, el dadivoso, el democrático, y lo cierto es que es el ladrón malo de la película.

El lenguaje coloquial del libro, da como resultado una fácil lectura. Como diría mi mamá: —Como para brutos —. Con paciencia se puede leer todo el libro de un tirón.

Lo referente a los años sesenta lo escuché repetidas veces en las conversaciones de mi papá con sus camaradas y compañeros del sindicato textil; por las noticias de los periódicos El Comercio, La Prensa y Unidad. Por los arcaicos noticieros de la televisión. También por los quince minutos del avance Del Mundo al Día que se proyectaba en los cines donde satanizaban a nivel internacional a Cuba, a las revoluciones, al cambio socio-político. Todo era al compás de lo que dictaba Estados Unidos. Por lo tanto, la investigación de Mego es acertada, sincera y real.

Soy contemporáneo con el autor del libro, mi buen colega Alberto Mego. Somos de la generación de los setenta. Viví el entramado político del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada. Mego nos describe esta parte del camino con las olas culturales, con un estilo pedagógico y dialéctico. Y yo lo comparto, lo recomiendo. Disfruto lo leído porque es parte de mi vida. Cada línea es un repaso a la memoria de lo que hemos vivido y afrontado, es como volver a caminar sobre nuestros pasos perdidos. Recuerdo la crisis del artista y del ciudadano a pie, el toque de queda. Las jaranas “de toque a toque”, que como jóvenes aprovechamos con bailes y canciones el castigo del gobierno. Muchos puntos de los años ’70 los tengo presentes, pero estaban prendidos con alfileres. Cada línea es una afirmación a lo vivido. Se nota claramente el arduo trabajo de parte del autor de transcribir los hechos y experiencias.

«Una aureola romántica e idealista se parte en el aire y por adelantado también el vértigo dramático del devenir histórico» Alberto Mego

Los años ’70. Es mi generación, la que inició protestas y rompimiento del cordón umbilical con nuestras familias y con el statu quo que nos tenía amordazados. Estuve presente en el cambio como uno de sus protagonistas. En el ámbito cultural teatral vi la creación del Teatro Nacional Popular —TNP regentado por el gobierno. Vi nacer a grupos de Lima: Yego, Yuyachkani, Cuatrotablas. Viajé con el Grupo Mesa de Teatro de Lima, pueblo por pueblo, por la costa, sierra del norte peruano hasta el Sur de Ecuador. Hicimos patria por el teatro épico, histórico y cultural. El aprendizaje fue fuerte, difícil, con muchos sueños. Pero hicimos nuestra parte. Estoy anonadado de lo que estoy leyendo de los años ’70. Mientras yo veía el mundo a través del teatro y de las artes, Alberto Mego nos plasma un panorama amplio de todos los pormenores socio político artístico del momento en que se dieron los actos.

Por los paros y las huelgas que era el pan de cada día me atreví a viajar a San Pablo, Brasil. Crucé el sur peruano; pasé por los países hermanos de Bolivia y Brasil. El retorno por el norte argentino en la tercera semana de agosto (1973) en tren de Salta a Antofagasta, ahí me encontré con la gran huelga de los transportistas financiada por la CIA. Salí de Chile como pude. En Lima (11 /septiembre) me enteré del golpe militar de Augusto Pinochet y asesinato a Salvador Allende. La anécdota es que realicé el viaje en pleno Plan Operación Cóndor, que consistía en una terrible represión política y de terror a los opositores de los gobiernos de esta parte del continente. Egresé de la Escuela Nacional de Arte Dramático especialidad actuación. Trabajé con diferentes grupos culturales de Lima, como actor, director, titiritero, mimo. Fui actor y escenógrafo en el Teatro de la Universidad Católica TUC del jirón Camaná. Participé en las veladas culturales en el Bar Palermo de la avenida La Colmena, punto de encuentro de todas las artes. Al bar llegaban connotados artistas plásticos; literatos, músicos; hombres de teatro, radio, cine y televisión. Alumnos y profesores de la ENAD, TUC, Bellas Artes, Conservatorio, Club de Lima y otros. Se armaban lecturas, presentaciones de libros, cuadros y bosquejos; recitales con música, clásica y popular; poesía y declamaciones. Cada tramo de esta deliciosa lectura, tanto en lo político, artístico y social, me conmueve y reflexiono sobre nuestro quehacer teatral, no me trae nostalgia sino fuerza, porque participé poniendo cimientos en cada acción social y en cada encuentro cultural nacional.

En 1975 ingresé a las filas del grupo Homero Teatro de Grillos. Participé en la II Muestra de Teatro Peruano y en varias Muestras más.

Alberto Mego describe la efervescencia de Lima y provincias de los años setenta con escrupulosidad, el quehacer teatral y la agitada olla de grillos del ambiente nacional. Sus notas de esta parte del camino esta recreada con puntualidad.

Mego nos habla del método Grotowski que invadió esta parte del camino, se puso de moda en Lima y provincias; todos los grupos de teatreros se perfeccionaron en volantines, piruetas; saltos pa’tras y pa’lante; gestos, aullidos. Todo basado en las fotografías de los libros y revistas del autor del Teatro Pobre, que de pobre solo tenía el nombre, pues era subvencionado. En 1977 viajé becado a Europa, Berlín Este, a un curso de dirección teatral para teatro para niños y jóvenes. Además, fui invitado al Coloquio Tercer Teatro en Bérgamo dirigido por el italiano Eugenio Barba, director del Odin Teatret, agrupación teatral ubicada en Holstebro, Dinamarca. Uno de los maestros era Jerzy Grotowski, creador del Teatro Pobre. Yo representaba a los Grillos. Grotowski nos invitó a su Teatro Laboratorio en la ciudad de Wroclaw en Polonia. Vimos la preparación del actor y la obra «Apocalypsis cum figuris». No vi ningún volantín, parada de cabeza, saltos o malabares. En Lima di charlas de mi periplo por Europa. Expliqué, la errada “interpretación auténtica” de las ilustraciones fotográficas, y la gran diferencia entre el entrenamiento del actor grotowskiano y su trabajo de actor en el escenario.

Alberto Mego nos aclara el panorama cuando narra las experiencias en Lima y en Ayacucho del grupo danés Odin Teatret y de su director Eugenio Barba.

Las anotaciones de las Muestras de Teatro Peruano y de la creación del Motín de Alberto Mego, son clases modelos que siempre debemos tener presente. En la actualidad se está perdiendo la esencia de la Muestra. La interrelación, la ayuda mutua, fraterna y coloquial entre los grupos brilla por su ausencia. Tenemos que rescatar valores solidarios, si no lo hacemos nosotros quien lo va hacer. La muestra no es un festival, es un aula de aprendizaje y enseñanza. Los mayores tenemos que delegar funciones y cargos, y los jóvenes deben evitar la burocratización para que todo fluya con armonía. Desde la primera Muestra hasta la última ha corrido mucha agua bajo el puente. Debemos actualizarnos para bien. El calor humano es lo primero. Los sueños y las metas no se pueden quedar a mitad de camino en un recodo sin memoria. Transcribo una cita del investigador Christian Franco, nos dice: —«Si Cuatrotablas es una gran Mentira, Yuyachkani es la Traición» —. ¿Por qué lo dice? Tenemos que leer el libro de Mego.

Como la sociedad a la que corresponde continúa siendo un desafío para el futuro, cada uno de nosotros tenemos un papel estelar, protagónico o secundario, que nos regirá en nuestra utopía de alcanzar nuestras metas. Recomiendo este libro por su alcance social. Nos sirve para conocer el pasado y no cometer los mismos errores. En la actualidad estos altibajos sociales nos llevan a menos. Desde el punto de vista de la educación, arte y cultura, hemos retrocedido.

Gracias a mis múltiples facetas en el quehacer escénico, a mis experiencias laborales en el teatro peruano, este libro de Alberto Mego cala también en el quehacer social. El libro es un reencuentro con todo lo que hemos vivido en lo teatral y en social como ciudadanos, como hombres a pie, como artistas, cada página es una vitrina de experiencias del teatro peruano. Conoceremos respuestas cuando hayamos leído este libro del autor nacional Alberto Mego.

*Nicolás Daniel León Cadenillas. Actor y escritor peruano. Actual Secretario de Asuntos Interinstitucionales del Gremio de Escritores del Perú.

Lima, 28 de diciembre de 2022

HACIA UN TEATRO POBRE de NDLeón

 HACIA UN TEATRO POBRE de NDLeón

Dedicado a mi colega de carpeta teatral Malco Oliveros

 


HACIA UN TEATRO POBRE

La historia del teatro peruano está escrita con tinta indeleble. Tenemos grandes artistas que sacan la cara por lo nuestro; y algunos, muy lejos de las subvenciones estatales, siguen triunfando con nombre propio en el mundo entero. Me acuerdo de los famosos grupos que en un momento dado atravesaron nuestras fronteras y triunfaron en otros continentes; dictaron cátedra, y tuvieron seguidores por doquier. No quiero hablar de los grupos que fueron cobijados por un partido político mecenas; hubo grupos que no aportaron ni chicha ni limonada; y otros sin querer queriendo se convirtieron en fieles seguidores del «teatro pobre», «pobre» y «barato». Al final salió una gran generación de jóvenes «actores» que más parecían hombres—goma, pero en lo referente a actuar, actuar, dejaban mucho que desear. Me invitaron a un estreno por las afueras de Lima, al igual que a otros cuatro colegas que estaban cuadrados en el mismo paradero igual que yo; nos reunieron en un punto común y de ahí nos llevaron hasta el «local actoral». Los cinco veteranos éramos los expositores del Magnánimo Fórum Teatral después de la función.

En la fachada del local nuestra primera impresión fue primaveral. Luz, color, sencillez, limpio, juvenil. El grupo tenía más o menos trece meses de fundado. Era una fusión de varios grupitos de baile, música y teatro. Varios de los jóvenes integrantes se habían formado en los frecuentes Workcenter de teatro grotowskiano que dictó un célebre director y actor autodidacta en colaboración con famosos grupos internacionales de la ciudad capital. En las labores manuales, algunos jovencitos que se mantenían en el anonimato, colaboraban eficazmente, según ellos, no querían ser famosos. Cuando hizo su aparición el director general de la obra, nos explicó los alcances, los valores éticos del mensaje que quería dar. Su patrón de trabajo se basada en el Teatro Laboratorio, en la colección completa de los escritos teóricos, Hacia un teatro pobre, y en algunos testimonios de las conferencias del maestro polaco Jerzy Grotowski, destacada figura en el teatro vanguardista contemporáneo del siglo XX. La meta del joven director era conseguir la reencarnación y reformar la concepción del actor santo. Nos contó, además, que había visto un video de Eugenio Barba con el maestro director en el Coloquio Internacional de Teatro de Grupo en Bérgamo, en el norte italiano, donde Grotowski explicó su técnica mística. Nosotros, los encargados del Foro, nos mirábamos perplejos. Teníamos que ver la obra para entender todo el contenido literario conceptual del joven director. Su verbo era bastante altisonante, y hablando, y hablando, nos dimos cuenta que el joven director pasaba por alto, mejor dicho, obvió el tema cuando uno de nosotros repitió varias veces que el Teatro Laboratorio recibió subvenciones; recalcando que, con una caja chica de por medio cualquiera se dedica las veinticuatro horas diarias a investigar y entregarse en cuerpo entero a un fin. El director para tapar el hueco del tema, insistió que sus actores estaban preparados para seguir el apostolado y cumplir lo mejor posible con su misión mesiánica. Por fin llegó el momento de la acción, se acercaba la hora para que suene la tercera timbrada, y se dé inicio a la espectacular función; todos nos pusimos nerviosos; comenzaron a llegar los invitados, público en general y las autoridades de la localidad; el Alcalde no llegó pero mandó a su edecán y a sus asesores; llegaron los profesores vecinos como representantes del magisterio; los directivos de la Asociación de Propietarios; el Sargento Mayor Comisario de la Policía Nacional llegó, impecablemente uniformado, acompañado de dos guardias que tenían como lema: Participación con la ciudadanía y seguridad. Apagaron los dos focos de la entrada, nos quedamos a oscuras por unos minutos, al fondo en el escenario se veía una velita prendida, los actores comenzaron a encender más velas de diferentes tamaños. Escuchamos la voz del director.

—«Por favor, debemos despojarnos de nuestros zapatos, vamos a ingresar al recinto sagrado de los actores santos».

Cada uno de nosotros buscó la manera más apropiada para quitarse el calzado, acomodamos los zapatitos al costado de la entrada y en fila india ingresamos al recinto por un pasadizo de unos veinte metros de largo hermosamente decorado con una finísima alfombra pasionaria de aserrín y arena fina como las de Semana Santa; y a los costados adornada con piedritas chiquitas pintadas de blanco. Los actores nos esperaban inmóviles, con los torsos desnudos, sus largas cabelleras bien peinaditas, llevaban unos pantalones cortos pero anchotes y descalzos. El director a nosotros cinco nos acomodó en lugares estratégicos. Nos sentamos en unos cojines en el suelo. Un impactante tercer gong. Empezó la función. Un grito ululante de un actor que empezó a correr como loco por el escenario; lamentos, abrazos y volatines; actores parados de manos recitando algo indescifrable, otros parados de cabeza; de vez en cuando uno de ellos decía una frase, y zas, un salto mortal, para adelante y otro para atrás; yo no le encontraba el sentido; déjate llevar, pensé por un momentito. Desbordante energía plástica gimnástica y acrobática circense, todo junto. Llegó un instante que solo una vela quedó prendida en el centro del escenario; volvían a prender las velas con encendedores a bencina haciendo sonar las tapitas de los mismos como castañuelas. Yo me preguntaba ¿Dónde está Grotowski en todo esto? De tanto pensar y con un dolor de cabeza, entre alocadas pesadillas algo me acordé de las ilustraciones del libro; ajá, estos jovencitos están tratando de representar las ilustraciones del libro grotowskiano; eso fue lo que me percaté, sí la memoria no me fallaba, después de darle muchas vueltas al drill gimnástico que tenía delante... ¡Ay, de mí! Una hora intensa de recontrasuelazos, gritos, gemidos, acrobacia, muecas, gestos grotescos sin decir nada, por ahí una palabra que se entendía; a los artistas el sudor les brotaba como un manantial que regaba a los que estaban en las primeras filas; sudor, lágrimas, solo faltaba sangre en la arena. Cuando acabó el espectáculo, yo, también, terminé extremamente agotado. En líneas generales: No entendí nada. Nuevamente me hice otra pregunta ¿Ahora que voy a decir en el foro? Largos aplausos, seguimos aplaudiendo y no nos prendían la luz; el director general cruzó el escenario como un monje de monasterio en peregrinación, y con su fino dedito apretó el interruptor, y no prendió nada. Habían desaparecido los dos foquitos, al igual que los dos jovencitos guachimanes que se quedaron en la puerta; un actor santo nos acercó una vela prendida y nos dimos cuenta que, habían desaparecido las tres cuartas partes de pares de zapatos como por arte de luz, magia y color. Este es el mejor número de la noche; me dije para mí mismo refunfuñando.

—¿On’stán las tabas? —gritó un poblador angustiado.

—¿Qué pasa con los zapatos? —preguntó otro.

—¡Han desaparecido! —respondí.

—¿Estás seguro, no será parte del espectáculo?

—¡Por favor colega, no sea usted tan güe... nón!

El Comisario llamó la atención al director y lo puso en la lista de primer sospechoso del robo. Lo citó para el día siguiente. Pasaban los minutos. Unos vecinos muy buenitos fueron a sus casas a traer unas chancletas. A mí me tocó un par cuatro números menos de lo que calzo. Con los talones al aire caminamos como diez cuadras para llegar a la pista principal y tomar una combi. Regresamos en silencio. Para romper la tensión y nuestro fastidio, pregunté.

—¿Y ustedes que iban a decir en el Fórum?

—¿On’stán las tabas? ¡Señor expositor!

Y el silencio continuó.

*La Noche de las Velas de Pedraza

NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS

Karlsruhe, 2011

EXILIO / ASILO. NDLeón

EXILIO / ASILO. NDLeón



EXILIO/ASILO

—Luis Alberto: ¡Ese serrano, profesor, comunista, terrorista, bruto, debe de ir preso por corrupto, asesino, por su culpa cuatro panes por un sol!

Luis Alberto me extraña pero no me sorprenden tus escritos con pensamiento alanista; glorificando la masacre de Accomarca; la matanza en los penales; prisiones de San Juan de Lurigancho y el Frontón y cárcel de mujeres de Santa Bárbara, etc.)

Mi familia a pesar de flamear diferentes banderas políticas recuerda a los apristas muertos en las luchas contra las dictaduras; recuerda a los padres, abuelos; apristas, muertos, asesinados, por los dictadores de turno.

Los tiempos han cambiado y te ves levantando la bandera de los asesinos dictadores. Estas contento. No te cabe en tu pellejo tanta alegría esquizofrénica. Aplaudes los veinte y siete muertos en las protestas de Ayacucho, Apurímac, Cuzco, Junín, La Libertad, Arequipa.

Esperamos que la sombra de la muerte injusta no llegue a tu hogar.

“Entre 1932 y 1945 miles de líderes y militantes apristas sufrieron cárcel y destierro y cientos de ellos encontraron la muerte a manos de sucesivos gobiernos autoritarios. La historia oficial aprista se ha incorporado en su narrativa circunstancias estas dolorosas y las ha resaltado como hitos fundamentales no solo de la historia partidaria sino también de la historia peruana e incluso latinoamericana.” “Víctor Raúl Haya de la Torre, dirigente máximo e ideólogo del partido, vivió en el exilio en MÉXICO desde 1923, volvió al Perú en julio de 1931.” “Víctor Raúl estuvo exiliado en México gracias a la fraternidad de los países hermanos de Panamá, CUBA y México.” Otrosí: “El Caso Haya de la Torre o Caso del Asilo (Colombia contra Perú) fue un caso llevado a la Corte Internacional de Justicia, en el cual los gobiernos de Perú y Colombia resolvieron la controversia por el asilo político al líder aprista Víctor Raúl Haya de la Torre.” “Víctor Raúl estuvo asilado en la embajada de Colombia desde el 3 de enero de 1949 hasta el 6 de abril de 1954. Fue, como él decía, su asilo-prisión-diplomática.”

¿Luis Alberto te has olvidado las enseñanzas de VRHT y de la sangre derramada de los héroes apristas?

Gracias por dar a conocer tus principios, tu insensibilidad política.

¡Feliz Navidad!

NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS

Lima, 2022

AUTORES Y AUTORES DE NDLeón

AUTORES Y AUTORES DE NDLeón



AUTORES Y AUTORES

«Para escribir historia es necesario que no exista ninguna pasión, ninguna preferencia, ningún resentimiento, lo que es imposible evitar cuando a uno le afecta el acontecimiento. Creemos simplemente poder asegurar que para describir bien este acontecimiento o al menos para relatarlo justamente, es preciso estar algo lejos de él, es decir, a la distancia suficiente para estar a salvo de todas las mentiras con las que pueden rodearle la esperanza o el terror» MARQUÉS DE SADE, historia secreta de Isabel de Baviera, reina de Francia.

En estos momentos estamos viviendo un contra sentido, juzgamos graciosamente por el pasado, presente o futuro de las acciones de cada ser que decimos conocer pero no tenemos ni la remota idea del compromiso del vecino en cuestión.

*Héctor Béjar fue «juzgado y condenado» el pasado agosto del 2021 por pseudos políticos e intelectuales de tiendas opuestas; lo calificaron de «terrorista». Opinión idiota. Sí seguimos así tampoco se podrá mencionar a César Vallejo, vate universal; a José María Arguedas; José Carlos Mariátegui, y sigue una larga lista de pensadores, artistas populares, que están marcados por solo llevar esperanza, un libro, música, pan y vino al pobre de espíritu y del bolsillo.

En el transcurso de estos últimos años he tenido problemas laborales porque en mi curriculum vitae está escrito a cincel y martillo una beca de dirección teatral para obras de teatro para niños y jóvenes en Berlín Este en la República Democrática Alemana. Además, llevé unos cursos de títeres y mimo; en Praga y Varsovia; ciudades de la cortina de hierro. Para el intelecto que piensa de diferente manera «soy un comunista depredador, pezuñento». Adjetivos distantes de la realidad. «Soy libre pensador». Los fanáticos no dicen nada de mi estadía en Londres, Roma, París, Barcelona, Estocolmo, Amsterdam, Copenhague, etc. No. No dicen nada. Les altera una fotografía mía en las tumbas de Carlos Marx, César Vallejo, Fidel Castro, José Martí; en los monumentos de Bertolt Brecht, Salvador Allende, Ernesto Guevara. Pero no aplauden las fotos que estoy posando en el Partenón de Atenas, Corintos, Egeo; instantáneas en la ciudad del Vaticano, plaza San Pedro, museo, capilla Sixtina; canales de Venecias; castillos de Buckingham y de mi tocayo Nicolás Copérnico; el balcón de Romeo y Julieta; la plaza Güell, los canales de Venecia, sinagogas, mezquitas, templos luteranos, etc.

Desde mi butaca en el gran teatro de Dionisio, dios del vino, colaboro con los colegas jóvenes y sobretodo con mis íntimos colegas de antaño. Estoy leyendo un libro inédito sobre el teatro peruano en los últimos cien años, para mi sorpresa estoy encontrando respuestas a las muchas preguntas que nos hacíamos en la Escuela Nacional de Arte Dramático —ENAD. Genial, buen trabajo.

Dentro de nombres conocidos de algunos artistas hay varios que solo mencionarlos traen polémicas por la ignorancia o abuso de nuestras autoridades. Es tabú leerlos u opinar sobre ellos. No se pueden mencionar en los grupos whatsapp, pues, no pasan la censura burocrática, cibernética, por estrechez cultural o por intolerancia. Da temor intercambiar ideas. Está de moda «dime que lees y te diré quién eres». Leo a Jaime Bayly, súper. Leo a Magaly Medina, extraordinario. Pero si leo a un Dario Fo, Eduardo Galeano, Eduardo González Viaña, estoy en falta por alterar el orden público, castigo delito penal o según los indignos estoy haciendo apología y merezco mazmorra. Ay, Dios. Te quiero Perú.

Desde muchos almanaques apoyo la Constitución Política de 1979 que firmó el maestro y guía del Apra don Víctor Raúl Haya de la Torre, el medio día del 12 de julio de 1979, en Villa Mercedes, Ate Vitarte; por tal motivo soy un desadaptado social. La Constitución del ’79 defendía los derechos humanos, sociales, políticos, económicos y laborales de los ciudadanos peruanos. Los defensores de la Constitución /fujimorista/ 1993 me tildan de rojete, terruco; hasta los apristas me aborrecen. La Constitución Fujimori confeccionada tipo sastre, hecha a medida, moderna, neoliberal, desde mi punto de vista sirve para saquear.

Da la casualidad que estoy hojeando, es un decir, varios links sobre el «Teatro Campesino» de Víctor Zavala Cataño, que ha cumplido más de cincuenta años de recorrido por los escenarios nacionales. Compartí algunos vídeos del homenaje por los cuarenta años de la publicación del libro Teatro Campesino con comentos de grandes maestros de la escena nacional. Entre ellos: Don Oswaldo Reynoso, Áureo Sotelo, Rafael Hernández, César Vega Herrera, Reynaldo Arenas, Hernando Cortés, y otros. Y saltó la liebre, Ave María Purísima. Un estate quieto más peor que la inquisición del  ciprianesco Cipriani:

—Es increíble la capacidad que tenemos de sabotearnos, boicotearnos, echar abajo el trabajo laboratorio teatral. ¿Qué necesidad tienes de compartir videos de Víctor Zavala Cataño? ¿Cuál es el objetivo?? ¿Qué tiene que ver Zavala Cataño en las Muestras Nacionales de Teatro Peruano? Se va a perder la unidad monolítica unitaria del grupo. Hay jóvenes que no quieren saber nada de política en el teatro peruano. Para eso hay otras ventanas. En este grupo de teatro artístico de arte puro y entretenimiento para la familia, no puedes, no —.

Respuesta Nk.— Zavala Cataño es un referente del teatro a nivel nacional e internacional, es el creador y padre del Teatro Campesino. Conocí al profesor Víctor Zavala Cataño por los años setenta. Yo era alumno de la Escuela Nacional de Arte Dramático —ENAD. Las obras de Zavala Cataño eran representadas por estudiantes universitarios, grupos de barrios populares, pueblos jóvenes, comunidades campesinas; muchos de sus actores no eran académicos, eran obreros, vecinos, amas de casa, etc. En 1974 presencié en Cajamarca su obra «El Gallo» por el Teatro de la Universidad Técnica del Cajamarca. En 1976, III Muestra de Teatro Peruano —MTP. En el local de «Homero, Teatro de Grillos» (Callao), la Asociación Cultural Yawar bajo la dirección de Tomás Temoche presentó la obra «El Collar» de Zavala Cataño. En 1979, VI Muestra (Cajamarca), Zavala Cataño participó como dramaturgo y director. En 1980, VII Muestra (Iquitos), organizado por el grupo Urcututo, el grupo de teatro Los Grillos llevamos la obra «Que sucedió en Pasos» de César Vega Herrera. La obra de teatro campesino «La Gallina» de Zavala Cataño fue presentada por el Teatro de la Universidad de Cerro de Pasco. Zavala Cataño director del «Taller de Teatro Escena Contemporánea», defensor del teatro popular, colaboró en la Mesa de Crítica. En 1981, VIII Muestra (Cerro de Pasco) se concentraron connotados directores y dramaturgos: Víctor Zavala Cataño, Juan Rivera Saavedra, Áureo Sotelo Huerta, Jorge Chiarella Krüger, Fernando Fernández, Orlando Mendoza, Manuel Luna. En 1982, IX Muestra (Tacna), se formalizó los Talleres de Capacitación, el profesor Zavala Cataño desarrolló el tema «Introducción a la dramaturgia popular»; Rafael Hernández «Movimiento Teatral Peruano y el Teatro de Bertolt Brecht», etc.

Nota de Aclaración. —«Desde el punto de vista político, sociológico, dogmático, yo no comparto el ideario de profesor Víctor Zavala Cataño. Estoy muy lejos de pensamientos, consignas, sectas, templos y partidos políticos.  Solo me limito a aplaudir su ejemplo como hombre de teatro, su energía, creación, dedicación como artista peruano. NICOLÁS LEÓN».



«Víctor Zavala Cataño (Huamantanga, Canta, 1932 —Lima, 2022) fue un hombre de teatro, poeta, actor, músico, escritor, profesor universitario, director, dramaturgo y artista legendario. Considerado uno de los dramaturgos más importantes del siglo XX. Sus obras: El gallo, La gallina, El cargador, El collar, El turno, El arpista, La yunta, El despojo, entre otras. —EL GALLO –Obra escrita por Zavala Cataño en 1965, en Ayacucho, sobre la base del argumento de una película china. Premio Nacional de Obras en un Acto (1966). Estrenada en Lima por el Teatro Universitario de San Marcos y en Huánuco por el Teatro Experimental Universitario (1966). Repuesta por el Teatro de La Cantuta (1967), Teatro de la Universidad de Ingeniería (1968), Casa de la Cultura de Huancayo, Casa de La Cultura de Trujillo, Centro Universitario de Comas, Grupo Farol 20 de Huaraz, Grupo Hontanar de Puquio y muchas otras instituciones de los más variados lugares (San Pedro de Lloc, La Unión, Canta, Ayacucho, Jauja, etc.) y de las más variadas conformaciones (aficionados, profesionales, escolares de primaria, estudiantes de secundaria, etc.). Esta obra ha sobrado el millar de representaciones».

En estos momentos (diciembre/2022) de judas, caos, crisis política; de «vandalismo», «terrorismo», «neoliberalismo salvaje», represión, traición, acomodo; el pan de cada día debe ser la lectura social para entender la triste actual realidad peruana, leer a los ninguneados: José María Arguedas, «Yawar Fiesta»; Manuel Scorza, «Redoble por Rancas»; César Vallejo, «El Tungsteno», etc.

Leer al filósofo y teólogo Gustavo Gutiérrez Merino Díaz autor de la «Teología Latinoamericana de la Liberación». Sus propuestas teológicas se centran en la relación entre salvación, liberación y desarrollo; y en la opción preferencial por el pobre. «La pobreza es el resultado de estructuras injustas y pecaminosas. La pobreza no es una fatalidad, es una condición; no es un infortunio, es una injusticia. Es resultado de estructuras sociales y de categorías mentales y culturales, está ligada al modo como se ha construido la sociedad, en sus diversas manifestaciones». En ese sentido, las dos preguntas fundamentales de su pensamiento son: «(1) "¿existen dos órdenes paralelos —es decir, un fin autónomo y secular del ser humano, y una revelación sobrenatural—, de tal modo que el hombre se moverá en dos ámbitos del saber y de la vida completamente separados e independientes uno del otro? ¿O bien el ser humano, en su más profunda unidad como persona, es llamado por Dios a construir la vida individual y social religiosa y éticamente?”; y (2) "¿cómo decirle al pobre que Dios lo ama?”. ​ En ese marco, sus planteamientos siempre se han mantenido críticos contra las estructuras sociales injustas que perpetúan la pobreza en la América Latina y a las posturas clericalistas al interior de la Iglesia». GUSTAVO GUTIÉRREZ

Debemos seguir la prédica en defensa de los derechos humanos de Óscar Arnulfo Romero y Galdámez conocido como monseñor Romero, sacerdote salvadoreño asesinado: «[...] Las mayorías pobres de nuestro país son oprimidas y reprimidas cotidianamente por las estructuras económicas y políticas de nuestro país. Entre nosotros siguen siendo verdad las terribles palabras de los profetas de Israel. Existen entre nosotros los que venden al justo por dinero y al pobre por un par de sandalias; los que amontonan violencia y despojo en sus palacios; los que aplastan a los pobres; los que hacen que se acerque un reino de violencia, acostados en camas de marfil; los que juntan casa con casa y anexionan campo a campo hasta ocupar todo el sitio y quedarse solos en el país. [...] // El mundo de los pobres con características sociales y políticas bien concretas, nos enseña dónde debe encarnarse la Iglesia para evitar la falsa universalización que termina siempre en connivencia con los poderosos. El mundo de los pobres nos enseña cómo ha de ser el amor cristiano, que busca ciertamente la paz, pero desenmascara el falso pacifismo, la resignación y la inactividad; que debe ser ciertamente gratuito pero debe buscar la eficacia histórica. El mundo de los pobres nos enseña que la sublimidad del amor cristiano debe pasar por la imperante necesidad de la justicia para las mayorías y no debe rehuir la lucha honrada. El mundo de los pobres nos enseña que la liberación llegará no sólo cuando los pobres sean puros destinatarios de los beneficios de gobiernos o de la misma Iglesia, sino actores y protagonistas ellos mismos de su lucha y de su liberación desenmascarando así la raíz última de falsos paternalismos aun eclesiales. Y también el mundo real de los pobres nos enseña de qué se trata en la esperanza cristiana». ÓSCAR ROMERO

**Fotografía: XXIII MUESTRA NACIONAL DE TEATRO PERUANO —MNTP. 

*HÉCTOR BÉJAR RIVERA (Huarochirí, 2 de septiembre de 1935) es un escritor, sociólogo, artista plástico y abogado peruano; catedrático de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y la Pontificia Universidad Católica del Perú. Fue guerrillero del Ejército de Liberación Nacional en los años 1960 junto a Javier Heraud.

https://www.youtube.com/watch?v=YD5odIgbLM8&t=360s

https://www.youtube.com/watch?v=MU0dIbI0e-4

https://www.youtube.com/watch?v=EhSqAkka45o

NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS

Lima, 2022

COMUNISMO PERUANO QUITA de NDLeón

COMUNISMO PERUANO QUITA de NDLeón

Archivo General de la Nación (@AGNArgentina) / Color: César Jara (@csrjara)


COMUNISMO PERUANO QUITA
¿Qué te ha quitado el comunismo peruano?
Eruditos de la huevadita: Mañana, 2 de octubre, se realizarán las elecciones regionales y municipales. Todo esto en un marco democrático por el Perú y por sus laureles deportivos gastronómicos, las mismas serán como siempre, OBLIGATORIAS, con penas, castigos y multas.
Solo me queda responder a los maestros de la huevadita; lumpenescos de derecha; achorarados, malcriados, resistencia fujimorista, niños de acción popular, cuellos blanco, sabelotodo:
No soy comunista, por mil razones. Estoy en la línea de libre pensador, anarquista, artista.
Recordaris. Perdí mi negocio con el gobierno corrupto, desastroso y miserable de Alan García Pérez. Perdí mi casa con el gobierno, igual de corrupto, del pseudo samurái Alberto Fujimori.
Ahora bien. Responde con seriedad:
¿Qué has perdido, que te ha quitado el comunismo peruano?

**En mi mente quedará por siempre grabada esta frase que me enseñó la pandemia: —«Yo pensé que los pobres saldrían a asaltar y robar los mercados por hambre. Pero fueron los políticos quienes salieron a robar el dinero de los pobres».
**«Todo lo que temíamos acerca del comunismo —que perderíamos nuestras casa y nuestros ahorros y nos obligarían a trabajar eternamente por escasos salarios y sin tener voz en el sistema —se ha convertido en realidad bajo el capitalismo» Jeff Sparrow
**«El opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los propios oprimidos» Simone de Beauvoir
NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS, vecino de la urbanización Balconcillo, distrito de La Victoria.
Lima, 01° octubre 2022
**Foto: Archivo General de la Nación (@AGNArgentina) / Color: César Jara (@csrjara)