NO LOS PERDONES, SEÑOR. NDLeón
Ilustración: "El Mal Ladrón Malo y las Cortesanas. La Sor Magalli y la Cruel Gitana".
Ilustración: "El Mal Ladrón Malo y las Cortesanas. La Sor Magalli y la Cruel Gitana".
El que quiera ser águila que vuele,
el que quiera ser gusano que se arrastre
pero que no grite cuando lo pisen.
Emiliano Zapata
El mundo gira y gira, da vueltas insospechadas, volviéndonos a
la realidad de cara.
Fotografía del artista plástico Jan Saudek (n. Praga, 1935). |
Nuevamente
otra Semana Santa que nos llevó a una seria reflexión, a recuerdos de sucesos
nada fraternos menos católico, apostólico, ni victoriano. Hechos que ocurrieron
frente al madero de la Santísima Corona de Espinas del jirón Los Diamantes con
La Oficina.
- Jueves Santo y Viernes Santo, son días propicios para la lectura,
reflexión, meditación, recogimiento profundo... pero en el barrio no fue así.
Hubo gentita que hizo bulla, festejaron fiestas paganas, polladas bailables,
celebraron cumpleaños, grescas y broncas de tirios y troyanos, y cuando parecía
que las aguas se tranquilizaban para esperar el silencioso Sábado Santo, dos
angelitos divinamente bellos de cabellos negros y lacios llegaron- en una 4X4
Ford Ranger- con espadas flameantes, empuñando la justicia, pronunciaron divinas palabras.
-
Sábado Santo: Llegó el día que sonaron las trompetas, el tambor, las maracas y
el acordeón, y con música tropical bailable, a la siniestra y cruel Gitana un
par de bellísimos y justicieros ángeles terrenales le cantaron con sonidos
celestiales toditas sus verdades; le enrostraron sus mentiras, juegos falsos,
promiscuidad, al compás de castañuelas, guitarras y cajón; dando inicio al
Santísimo Sábado de Gloria. La Gitana, la farsante, inigualable cómplice de las
malas artes, ligera pecadora, dramatizó su llanto delante de todos los
invitados, se desplomó como un pesado puente malhecho en el delicado sillón de
ébano decapado, rió como hiena degollada, lloró con lágrimas de cocodrilo,
bramó entrecortada de rabia y de cólera y de tanta furia contenida descargó
abundante moco como la otrora Magalli Magdalena -fémina imperdonable por sus
ataques y chismes a traición y exóticos y repetidos excesos-. Esto ocasionó la
risa de sus incondicionales mutantes y su soberbio talante quedó hecho trizas,
patas arriba, de ahí para adelante. En ese mismo instante a la cruel Gitana sus
fieles seguidores le dijeron adiós... adiós, adiós.
-
Domingo de Resurrección: El Hipocritón ente conocido como “El Consorte de la
Gitana”, vecino que no respeta a los muertos, ni a los ancianos, menos los
bolsillos ajenos, mucho menos los bolsillos extraños. Armó un delincuencial
altercado con todos los pecados en Domingo de Resurrección, amenazó a sus
amigos, tiró barro y blasfemias a sus modestos vecinos que se ganan la vida con
honrados, humildes y chuecos oficios, agredió al callejón que le dio de beber, que le dio pan y pescado; faltó a la Virgencita de las Mercedes, Patrona del llonja y
de los reclusos. El Hipocritón arremetió con violencia, insultó a su gente como si él fuera el
iluminado, el puro, el honrado, el trigo limpio del parque de los agachados. El
tiempo dio la razón a los humillados; un agente fiscal con la policía nacional,
policía militar, policía tributaria, serenazgo municipal, vigilantes
particulares y guachimanes ecológicos; detuvieron, arrestaron y enmarrocaron al
hipócrita Hipocritón, lo trasladaron a la carceleta judicial y en veinte y
cuatro horas lo pasaron a la prisión de máxima seguridad por su cuasi sensacional hurto agravado.
Solo
nos queda rezar en el Sermón Victoriano:
¡Dios Mío, No los perdones!
¡Estos reverendos Judas, Si saben lo que
hacen!
NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS
Lima,
Abril, 2017
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