Para Martín y Jorge Luís, mis amigos.
En estos momentos estoy respondiendo los saludos de un antiquísimo condíscipulo de pupitre, aula y colegio. Más de cuarenta años que no sabíamos nada de nuestro vivir pero gracias a la magia de las redes sociales de Internet nos hemos localizado. Estamos en contacto y en contacto con la promoción escolar. Eso es lo bonito del software social aunque hay que reconocer que tiene sus lados malos y tétricos. Yo trato de aprovechar lo mejor, lo bueno y sano y multicultural de la era computarizada.
Me acuerdo el día que llevé a un diario, un sobre con un artículo de tres hojas a doble espacio para su publicación. El guachimán a secas me dio la voz de alarma.
- Señor, tiene que enviarlo por correo electrónico.
- ¿Qué?
- ¡Por Email señor! Hace tiempo que recepción no recibe nada en físico. Colaboraciones y todo lo demás por computadora, internet, por E-Mail.
Me hice varias preguntas a la vez. -¿Y ahora?- me respondí. Para completar el cuadro tragicómico, regresando a casa, derrotado y desmotivado, en un semáforo en ámbar una combi asesina se sobreparó a mi costado y del interior me saludaron con un grito.
- ¡Hey, señorino, a tí hace un güevo que te estoy buscando. Rápido, tus datos!
- Mi teléfono... de la casa de mi mamá...
- ¡Tú E-Mail! ¡Correo electrónico! Your address on facebook?
- Eeeh,... más bien... tú dame... una tarj...
- En face me ubicas, chao, por inbox mandas tus datos, scanea una foto actual, la mandas al toque. Es para un casting… no demorar… ¡Tienes que ser violento! Speedy!!
-¿Facebook, inbox, scanner, speedi... ¿qué xuxa significa todo eso, carijo?-. Me pregunté mirando el cielo gris de Lima. Definitivamente estaba en la época de la carreta. En un abrir y cerrar de ojos, en un pestañeo, la invasión tecnológica me traqueteó los sesos. La cibernética llegó al barrio de sopetón, y yo seguía en cero. Celulares, Internet, Googles. Los tíos nos quedamos más que perdidos, desconcetados. Toda comunicación era por correo electrónico. Mensajes, contactos, fotos, grupos, etc. Nos hablaban de banda ancha y de la red. De la multiculturalidad postmoderno. Para nosotros los mayorcitos nacidos a mediados del siglo pasado era como escuchar sánscrito. Todo se nos complicó.
A la antigua, por un correo sin estampilla, nos enteramos que en la Parroquia Guadalupana ofrecían un curso básico de Internet para jubilados. De todos los abuelitos del barrio sólo uno se interesó, yo.
- ¡Actualízate hombre! Serás viejo cronológicamente pero sé joven en conocimiento. En el Centro de Computo Juan Diego están dando Cursos de Internet y de Microsoft Office Word Online. Para comenzar está perfecto.
Centro de Computo Juan Diego - Cursos de Internet. Foto: Rodrigo León Palma. |
Pensar en el curso cibernético se me atragantó la saliva, no tenía ni idea de lo que se trataba. Lo pensé varias veces, los pro y contras. Afiebrado entre pesadillas se me apareció Juan Diego -¡Desásnate ahora, ya! ¡Ordénate! ¡Ordena tu vida con un ordenador!- sentí una voz en las profundidades de los sueños que me recalcó -¡Tú si puedes!-. Al día siguiente me decidí. Me matriculé. Chapaleé con las teclas, con las letritas en inglés, con los botones con dibujitos. En la tercera clase ya tenía mi correo electrónico.
- "Bienvenido al mundo de los E-Mails, los mejores correos de su clase, con noticias de última hora locales, nacionales e internacionales, finanzas, deportes, música, películas y mucho más. Sacarás más partido a la web... y a la vida".
Ese día llegué contento al barrio, los tíos ni me empelotaron, me dijeron que estaba perdiendo mi valioso tiempo. Para no perder el paso de lo aprendido, hice horas extras en el Café Internet dejando de lado las reuniones con los viejitos. Practica que te practica. En casa pedí ayuda, mis engreídos no tenían metodología, al vuelo no captaba ninguna explicación. Después de dos semanas terminó el curso, parecíamos niños terminando primaria. Salí transformado en un cibernético-nauta.
- ¡Bienvenido a la modernidad!- me felicitó el joven profesor. Pensé decir algo, como por ejemplo. -Extraño el calor humano, el abrazo, el apretón de manos, la risa y la carcajada, el chismoseo de frente y frontal. No hay nada como mirar una sonrisa irónica y soltar el maleteo…- sonreí. Me mordí la lengua para no decir una tontería. Sólo agradecí. -Muchas gracias profesor-.
- Señor cuando necesite ayuda pregunte con confianza. Inmediatamente le envío un enlace explicativo.
- Por quien pregunto.
- Por: jorgeluis "anderlain" tizonalvarez "arroba" balconcillo "punto" com...
- ¿Qué es tuyo Martín Alvarez Guzmán? Más conocido como Heidelberger Druckmaschinen AG.
- Es mi tío.
- Tu abuelito, el señor Alvarez, fue gran íntimo amigo de mi papá. Saluda a tu tío Martín, es mi pata, saludos para tu abuelita de parte de la familia León Cadenillas de los papeles y cartones.
- Ya sé, la familia León del Parque Dasso. Rodrigo y Alejandra León Palma son mis amigos...
- ¡Son mis hijos! Carijo, somos barrio. Abrazos y saludos para la familia.
Esta demás decir que el joven profesor pertenece a una de las más honorables familias del vecindario. Después de cerrar con broche de oro la última clase de computación no volví a ver al profesor, toda comunicación fue por vía internet, por Facebook que ayuda a comunicarse y compartir con las personas que forman parte de tu vida, y es gratis.
Con mis ahorritos y propinas hice mi chancha para comprar mi celular.
- Señorita que modelito de celular me recomienda...
- Déjeme ver... este es muy bueno. Tiene Bluetooth, woofle, brufle, trifle, banda larga, teclado touchpad, cámara fotográfica, flash, vídeo, radio AM/FM, TV digital... también puede enviar y recibir e-mail, torpedo direccional, micro-ondas y conexión wireless... humm, no le convence, tenemos otro modelito de "movile phone" un "Smartphone" de última generación...
- Gracias... regreso otro día.
No me quedó más remedio que molestar a mi profesor.
- ¿Profe, qué celular me recomienda?
- ¿Eso depende para que lo quiere?
- Para hablar.
En el camino aprendí los nombres de varios aparatitos. Laptop, iPAD, Tablet, MP3, Notebook, Smartphones BlackBerry, Software, etc. Con signos de interrogación en la cabeza me dije:
Enterado estoy que gracias al Centro de Computo Juan Diego, al Internet, a Facebook y a las redes sociales, el reverendísimo padre cura Párroco se entera de los pecados y pecadores de la Comunidad de la Parroquía, en fotos y videos observa a sus ovejas negras y descarriadas; analiza los comentarios de sus feligreses buenos y no tan buenos; se entera de los avatares de sus parroquianos guadalupanos. Amén.
Niky León K'Dnias.
Karlsruhe, 2013.
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