La opción de opinar
La vida hasta el momento me trata con sus altibajos y achaques, es decir, normalazo; puedo sufrir, saltar, llorar, morir de amor; pero de vez en cuando bailo con ella antes que reaccione y me lleve derechito al Averno.
Con un pocotón de experiencia en mi haber, más experiencia por viejo que por diablo; terminé mi última charla de teatro para empezar con los ensayos de un par de mis cuentitos de barrio teatralizados; tres principiantes me hicieron cargamontón dialéctico, les volví a explicar de la A hasta la Z de mis intenciones. Muy sabios y llenos de panfletos en la cabeza me dijeron que yo era un revisionista caduco, cucufato y santón; no habían entendido la ironía de los parlamentos. El subtexto. Les hablé de Bertolt Brecht, Augusto Boal y Darío Fo, nada más para no cansarlos. Con cachita me respondieron:
- "¿Usted cree que porque ha viajado y ha leído a esos autores pasados de moda sabe más?"
En mi peluquería favorita, en un comercial de la tevé ví a dos de ellos haciendo de montón en un bodrio de éxito.
Después de tirar patadón por ciudades de Europa Occidental y Oriental (Berlín Este, Leipzig, Praga, Varsovia, Wroclaw); y muy convencido de mis apreciaciones propias de mí; en uso de la palabra delante de un atento público rábano, manifesté entre otro puntos:
- "... en cualquier momento cae el Muro de Berlín, la Cortina de Hierro, y todo esa jarana de repúblicas democráticas, populares, socialistas ...".
Los amantes de la Dictadura del Proletario dejaron de escuchar y levantaron su grito al cielo:
- ¡Se ve que no has visto nada, imbécil! ¡Pro-Yanqui de mierda! ¡Seguro que en el Vaticano te tiraste al suelo como güevón para besarle la pezuña al Papanatas! ¡Vete a la mierda!
El tiempo me dio la razón, después de unos añitos cayó el Telón de Acero. Me dijeron que fuí un boca salada.
En una de esas cadenas estúpidas nos pedían que recemos para que acabe la delincuencia y la corrupción, el robo y la mentira en el Perú. Opiné que me parecía una idea sensacional y extraordinaria rezar para acabar con la lacra que destruye y carcome el Perú de mis amores. Me puse las pilas y al toque mandé mi rezo electrónico:
- "¡Señor, lúcete, te imploramos, acaba de una vez con la delincuencia y corrupción del vende patria de caballo loco Alan García; del asesino chino rata Kenya Fujimori; del maldito Anticristo Judas Iscariote, Cipriani Thorne; de la corrupción de los congresistas y voleibolistas parlamentarias; del Ministro de Defensa, Rafael Rey; del Ministro de Educación, José Antonio Chang, apóstol de la mentira y la traición, etc. En fila india llevátelos al Juicio Final y sin juicio carbonizalos ipso pucho, desaparecelos de la faz de la tierra con tus poderes omnipotentes¡ ¡Te lo pedimos, Señor!".
A la milésima se segundos recibí una respuesta con mayúsculas. No me dieron tiempo de rezar. Al toquepala me corregieron la plana.
- Oe, los delincuentes son los cholos pájaros fruteros, los que piratean a Vargas Llosa y los policías coimeros ... y los corruptos son los chunchos salvajes de las selvas de Bagua; los serranos de las minas Cajamarca y Conga, que no dejan que avance nuestro Perú ni se cristalice el mensaje "El síndrome del perro del hortelano" del doctor Alan García. Alan y Fujimori han hecho todo lo humanamente posible para que podamos vivir como gente decente, han eliminado la escoria del Perú. Mira a Pinochet como ayudó a su país que progrese. Y con la misma vara que mides serás medido, maldito serás tú, el Santo Viviente Cardenal Cipriani es buenito, él reza por todos nosotros y reza por la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH). ¡Y tú eres un grandísimo pecador! ¡Comunista! ¡Cochino! ¡Trotskista! ¡Traidor a la Patria! ¡Stalinista de pacotilla! ¡No te queremos ver ni en pintura! ¡Púdrete en el Infierno junto a tú Marx, a tú Che Guevara, que tanto mal han hecho al Jardín del Edén! ¡Maldito, cien veces maldito, desgraciado!!
Expliqué que yo creo en el Credo y en las Santas Escrituras, pero no en ese hijo de la Pontificia, que tanto daño hace a la Iglesia Católica, a los Toribianitos Cantores y a mis colegas del TUC, Teatro de la Católica. Qué los extremos, la dictadura del proletario y la pseuda ayuda en favor de la democracia de los Estados Unidos Norteamérica, son una maldición. Por ese motivo levanto la bandera de la Solidaridad. Peor volví a pecar, enfáticamente se despidieron con una línea:
- EEUU ayuda a los más necesitados y es una país ejemplar y mesiánico porque es el único que lucha para acabar con los musulmanes e infieles del planeta.
En estos días el doctor NN, director del Centro Cultural de la Casona de la Cuatricentenaria Universidad ha puesto patitas a la calle a César Lévano, también a Arturo Corcuera y Mario Delgado; el profesor Eduardo Gonzáles-Viaña escribió una carta de desagravio por el escritor, periodista y luchador social. Cuando expresé mi acuerdo con la carta de desagravio a César Lévano escrita por Eduardo Gonzáles-Viaña y añadí mi modesta opinión recibí directamente un jab de derecha de parte de un jovencito iluminado de las letras y ciencias y editoriales. Porque no soy celestial, no puedo opinar, me maltrató psiquiátricamente.
- Es una lástima el agravio al maestro César Lévano. (Niky León).
- Niky León, cuando escribas algo medianamente interesante, tendrás la opción de opinar sobre quienes escriben y se fajan (bueno o malo) día a día, ser palomilla de ventana no va con nadie, que esos abundan. ¿Agravio? ¡Por favor! Estamos hasta las huevas. (PaiGabrielcha).
- Papai Gabrielcha: "Todo es según el color del cristal con que se mira". Para mí es un agravio a Corcuera, a Lévano, a Mario Delgado, a Arguedas, y seguro que habrán muchos más. Y yo no voy a escribir nada interesante porque no soy escritor. Soy Actor. Cuando actúes (mal o bien) o cuando escribas una obra de teatro podemos hablar. (Niky León).
Hablámos de tolerancia, de cultura, de respeto, pero siempre lo mismo; muchos previlegiados del saber no ayudan ni enseñan; al contrario, destruyen; se creen los portadores de la verdad absoluta. "Escribir algo que valga medianamente la pena", já, primero llego al cajón antes de escribir como el Maestro César Lévano.
- ¿Y ahora que nos deparará el destino?
Nicolás León
Teatrólogo
Karlsruhe, BW, Febrero/2012.
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