Una historia inolvidable
Cuento basado en el Diario del Maquiavélico DT. Luglio Temístocles "El Proveedor del Papa".
Dedicado a mi querida trouppe de Palermo de Balconcillo.
Esta aventura está ambientada en la cosmopolita urbanización Piccolo Balcone di Palermo, enfocando el turbio ambiente de la mafia palermitana. La acción transcurre en los pasadizos del Mercado Cooperativo; en el puesto de jugos y en la larga cola de las yuquitas fritas; al costado de las licorerías y a un lado de los cambistas de cada día; en los recovecos de las avenidas y calles transversales y en los ciegos y mudos pasajes.
Todos los años en honor a San Nicolás de Tolentino se realiza el Campeonato con vibrantes partidos en la pista del famoso barrio, que gracias a la fama se echaron a la cama durmiendo en sus laureles mientras que en otros lugares reverdecían los verdes por la exhaustiva labor de los capos de las familias mafiosas.
En el Editorial del Semanario "El Futuro" se leía en negrita:
-“Yá stamos en la finale. La zogñada, en la annelada pistare. Tutti li Mundi quieren estare y solamente las megliores la pissaràn para levantare el Trofeo como Campionas. La Catedrale dell Voleibolle se viste de gala y las grandes esponentis de este populare sporte daran su meglior esforzo en post del Título y registrare su nombre enlla storia deste magno evento sportivo que cumple su 77 l'edizione ...".
- “Que se quede el infinito sin estrellas / Y que pierda el ancho mar su inmensidad / Pero el negro de tus ojos que no muera / Y el aroma de tu piel se quede igual ...”, chillonamente se escuchaba en los grandes parlantes instalados en medio de la pista bloqueando el transito vehícular, a las carretas y a los triciclos para que no perturben el accionar del lugar.
Giorgio Gattopardo, jefe de la familia más respetable del barrio popular, fue invitado como padrino al último partido de vóley del archiconocido Campeonato Inter- Distrital. En la solicitud que recibió le pedían encarecidamente la donación del máximo galardón. Con una sonrisa y un cheque firmado aprisa donó un reluciente Copón.
El equipo del Pasaje Grau se coronó Campeón invicto, su capitana Marebella D'Ennero recibió el trofeo y lo alzó con el ritual acostumbrado de las Campeones. La flamante “Copa de la Amistad ” se lució en las manos de su gran capitana D’Ennero, gran jugadora callejera de estirpe y clase del popular deporte de matar. Emocionadísima mirando al Padrino, pronunció sollozando:
- "¡Un Título es un Titolo per ell amore di Dios!"
Giorgio Gattopardo la había estado observando desde los minutos iniciales del partido, punto por punto, en los saques, mates y en el bloqueo defensivo. Al entregarle el premio mayor la miró fijamente a los ojos, miró su carita de ángel, sus tetas bien formadas y el buen trasero de jugadora aficionada. Para ella el vóley era su pasión más no su profesión.
Fue un flechazo de amor a primera vista, se miraron detenidamente, en fracción de segundos ella lo chequeó, miró su corazón donde reposaba la billetera llena de fotitos del Santito bendito de Benjamín Franklincito. Los dos pensaron en el mismo momento, "es la mujer de mi vida", "es la tarjeta dorada que siempre soñé".
El galán invitó a la niña a dar un paseo por el Malecón en su auto deportivo Ferrari, ella al toque de un felino salto se acomodó; el convertible salió embalado en primera y en segundos ya estaba cuadrado en la ribera de la playa de estacionamiento de la Huaca de Santa Cata, al ladito del riachuelo. Como todo buen caballero tendió en la grama unos cuantos periódicos pasados, ella sin tener el documento nacional de identificación sabía lo que hacía. Se acomodaron y sin decir palabras cabalgaron sin bridas y sin estribos. Gattopardo tocó sus tiernos pechos, ella con arte lo libró de los botones; él se desabrochó el revólver y ella retiró el cuchillo de su cintillo. La inocente con mimos y halagos le demostró sus dotes y fina calidad de su linaje de potranca de pura sangre. Fue noche primaveral con bulla de banda, petardos y brujerías. Gattopardo intensionalmente la había llevado a la Huaca creyendo que era niña pero tenía marido. Después de la marinera, él estaba seguro que con su sapiencia, paciencia y experiencia la ex-señorita lo ayudaría. Pero el destino se burlaría de la nefasta decisión pues sería la primera vez que el Jefe se equivocaría.
Ella era una criaturita con carita de inocente paloma. La santa madrecita del Jefe enterándose de este nuevo amor, exclamó:
- ¡Sigñore! ¡Cuìdame della agua mansa que de las bravas me cuido yo!
Los capos de la mafia de Palermo eran señores que provenían de familias de rancia alcurnia, su poder en la sociedad pasaba en sucesión y arrastrándose de generación en generación. Los Biorggio, los Mosca, los Jostti, los Barinotto, los Soriano, los Trisolini, los Pariòna, los Marallano y los más respetados, los Gattopardo.
Pasaron tres meses, llegó el Año Nuevo, la joven jugadora cumplió mayoría de edad, sacó su Libreta Electoral, ahora podía jugar como profesional. Pidió matrimonio y sueldo sin titubear. Así nació la gran historia inolvidable de amores diferentes pero con objetivos generosos amplios y contrarios.
- ¿Tú me quieres solamenti per tí? ¿Güeno, quanto hay? Me sposato contigo pero te voy advvirtiendo que tú tenere que mantenere quattro bocattis más.
- ¡No hay problema, al toque te hago los cuatro bambinis!
- ¡Qué bambinis ni ocho cuarttos! ¡Amorchito, tenés que darle de comere a la mía mamma y a la mia ermanna!
- ¡A tu madre la visto! ¡Pero a ella no le doy de manyare, come por cuattro! ¡Cómmo traga la condenata! ¡Me voy a ir a la quiebra con la consh'di tu madre y la tuya ermannita! A propossito la tuya ermanita come con su mano. ¿Per qué yo debo que darle de manyare? ¿Y su marito que fache?
- Su amicco no trabaja ni labura, todavía. Contestó indignada la jugadora del pasaje.
- ¡El guevón come gratis, qué lechero, y la segñorita viene con hambre después de manyare a su marito! ¿Y tengo que mantenere? ¡Mamma mia!! ¡Chucha, Ché!! ... ¡Él que quiere cheleste que le cueste! ¡Què voy fachere!
- ¡Nossotros no somos cheleste, nosotros somos Blanquiazule! ¡Sempre tenlo pressente! ... ¡Otra cosa te quero dechire!
- ¡Parla aprissa! No tengo tempo, dopo parlamos, ...
- ¡Yo me quiero sposare di bianco!
- ¿Per qué, Ché?
- ¡En la mia famiglia todas nos sposamos de bianco!
- ¡Famiglia d'merda, bianco el vestido, nero el alma y el corassóne! La tuya famiglia llevan tuttis los peccatis enchima y quieren bianco. ¡Per la Madonna! ¡Carajjo! Non veo ninguna alma buona en la tuya famiglia.
- ¿Y en la tuya famiglia? ¿Que me diches? ¿Ma què cuá cua? ¡Ón!! ¡Erdá!!
- ¡Nossotros somos decentes! Meglior con lo que vamos a gastare nos vamos de lunata di miele a Rio, a Sinaloa; a los Statis Unitis no puedo andare ni entrare; a Pariyi, a Berlino, a Roma; en vez de gastare tantti dineri dandole de tragare y tomare a vostra madre y a toda la tuya famiglia. ¡Zánganos d'merda, buenos pera nada! Una fiesta de matrimonio con tu famiglia me va a salire más carolini que una volta al mundo en ochentta dias.
- ¡No jodas güevón! ¡Tú tienes! ¡No ti hagas el strecho! ... Uno último favore, podés dechire que la mía mamma me regaló el vestido bianco.
- ¡Y enchima son unas mentirosas di mercoledí! ¡Comenssando per tu'madre!!
Aclarado los puntos en suma armonía la pareja se quedo muda, ella mirando el bellísimo reloj de pared y el mirándole el Cu Cú. No se decidía entre el cucú o su dietético desayuno. Después de un cuarto de hora, en la pausa, Marebella bajándole el periódico mañanero con la cucharita de plata y con su consabida alegría, empezó el diálogo nuevamente.
- ¡Amore! ¿Come hacemos con el Buffete? Yo quiero un buffete criollo, ...
- ¡Qué buffete, ni qué buffete, Ché! Tengo uno negossio que atender, ya retorno. Voy a invitare a los segñores a la ceremonia del matrimonio, toma Cien dólares y encargate del manyare, me traes factura no te hagas la cojudata.
- Meglior, Cien dolarillos más para contratare aun Chef di alti cuchina y se encarge di tutti!
- ¡Cien dollares más! ¡Putana! ¡Esto és un asalto! Es molto, por acá en el barrumto hay más baratos, buscate o preguntare a Pampo Pampini, él es el meglior spechialista en pastas y quessos. ¡Chiao! ¡Tóma!! ¡Los Cien dollares! ¡Para que no joderes tutti el giorno! ¡Yá retorno!
- ¡Ya mi amore! ¡Cuidate, no manejes muy deprissa, é perocoloso! ¡Lentamente despacio, despacio se va lontano!!
El atareado novio salió en su Alfa Romeo a dar el encuentro a los cuatro jefes para invitarlos a su matrimonio personalmente y tranquilizarlos, poniéndoles sobre aviso que en una pausa conversarían de los negocios de la familia. Mientras tanto la noviecita con la anuencia de su mamita se encargaban de la cocinita, la mami llamó ipso facto a sus íntimas de su misma calaña que ultimamente habían vacacionado en el Centro Penitenciario “Cinco y Medio” de la Carretera Central, todas mujeres de amplio prontuario, de grandes dotes y conocimientos en el arte culinario, en hostales, bares y en penales.
La China, la Negra, la Flaca, la Gorda y la Morocha; sobre el pucho se consiguieron prestado un par de Primus y tres ollones del comedor popular; del pueblo joven del cerro de atrás y de la vecina del caldo de gallina. Eligieron como menú, Arroz con Pollo, Cau Cau y Arrocito blanco graneado.
La novia llegó sin cita a la peluquería porque era caserita; a las futuras esposas las trataban como reinas; y ella aprovechando el momento chismoseaba en color de rosa; el pedicurísta se lucía embelleciendo el par de tamalazos. La dueña del local decoraba estéticamente las uñas de las manos, le dijo como preludio un refrán:
- “Todas las líneas di vuestras manos stan dichendo que por stas bellissimas manitas van a transitar y recibir molto dineri ... los astros revelan tu grande futuro, eso siniffica que serás una grande cajera ... o una gran putana d'merda!”. Todas ríeron en carcajadas, especialmente la novia.
Giorggio y Marebella no firmaron ninguna capitulación, ni contrato, ni cláusula para gestionar y menos para realizar los matrimonios como se estila entre las familias de la Mafia Siciliana e Italo-Palermitana, se casaron ciegos de amor. El novio estaba ciegazo, la novia sólo guiñaba el ojo derecho por recomendación de la profesional alcahueta de su madre, que muy tranquila y silenciosamente hacía su trabajo celestiniano. La Celestina había elegido al joven para la salvación de su familia, con él el papeo ya estaba requeteasegurado.
El novio llegó en su Lamborghini blanco a la Iglesia, pasó el umbral de puerta. Blanco y radiente va el novio, le sigue atrás la bruja de su suegra, vestida de verde palta mirando de reojo, el inmaculado terno confeccionado en la Sastrería-Bar Hnos. Marchena. Él, ante el altar está llorando, dentro su alma está gritando: ¡Ave María!. La Chica Maravilla lo esperaba de rodillas.
A la fiesta llegaron todos los familiares de la excallejera, y en primera banca sentaditas las cinco vecinitas dispuestas, preparadas y equipadas con bolsitas de plástico y camuflados tappers para llevarse las presitas a sus maridos y mascotitas. Conocidas eran por la forma de tragar a lo bestia y chupar a lo vikingo, mientras que a los doce invitados del feliz novio les sirvieron copitas de vino tinto, alitas crocantes con papitas del Cau Cau y de guardicion un cerrito de rico Concolón.
Los invitados, comían, bebían, hablaban, chismoseaban y bailaban al compás de la Orquesta del Maestro Manuele Meggìa y de la primera corneta Ugo Toconni.
- ¿Samsung? ... ¿Oe, ese nombre é de la Biblia, no? ¿Ese fue el marito di Dalila?
- ¡No, Sansón fue el marito di Dalila y lo dejaron pelado!
- ¿Y a Samsung como lo dejaron?
- ¡Calato!
-¡ Puta! ¡A uno pelado y a otro calato!! ¡Perra nostra vita!!
- ¡Ché! ¡Stás borrachíssimo! ¡La tuya sposa stá hablando mal de ti! ¡Dice que stás trabajando!
- ¡Gente de merda, parlan cada tonteria! ¡Qué merdas!
- “Che bella cosa na jurnata ‘e sole, n’aria serena doppo na tempesta! Pe’ ll’aria fresca pare gia’ na festa, Che bella cosa na jurnata ‘e sole. Ma n’atu sole cchiu’ bello, oi ne’. ‘O sole mio sta ‘nfronte a te! ‘O sole, ‘o sole mio sta ‘nfronte a te, sta ‘nfronte a te! ...” Giorggio Gattopardo acompañado de la orquesta cantó ligeramente acompasado, bastante regular para no hablar mal "O Sole Mio", cuando acabó su demostración del Bell Canto fue aplaudido intensamente causando la envidia del más pintado de los cantantes contratados.
Federigo Biorggo d'Linze, el famoso Automecánico Tenor del Piccolo Balcone, cantó como despedida para los novios la última canción "La Donna È Mobile" para pasar factura y descontar la antigua arruga que le tiene al Jefe por sus servicios y protección.
- "La mujer es voluble, cual pluma en el viento, cambia de palabra y de pensamiento. Siempre su amigable, hermoso rostro, en el llanto o en la risa, es engañoso. ¡Siempre es mísero quien en ella confía, quien le entrega, incauto el corazón! ¡Aunque nunca se sienta plenamente feliz quien de su pecho no beba amor!
- "El jefe dormirà por prima vez con una extragña" susurró el más fiel de los fieles, el doméstico Edoardo Pavoni.
En una noche, Giorggio Gattopardo, el jefe de la respetable familia, salió sorprendiendo a sus lacayos, los más cercanos lo saludaban y lo cuidaban siguiéndolo con la mirada, el jefe de los sicarios, masticó:
- ¡Vida! ¡Para que hacerlo fácil, sí facherlo difíchile es molto meglior!!
Envió a uno de los hombres de confianza para que acompañara al jefe.
-¡Jefessito! ¿Qué ache Ché? A las dos de la mattina marchando a piéde por esta Vìa que é pericoloso, moltos enemigos.
- Voy al Ristorante Chio, a mi segñora le ha provvocato un platto de Frijoles a lo Pòpulore con su huevo monta'o, siempre sale com sus caprichitos ...
- ¡Yo entendo Jefe! ¡Después de poner al día al Jefe, la segñora cobra ... cobra los servicios prestados jajajaj, cobra los deberes y las obligaciones que Dios manda! ...
- ¡Yessi Yessini! ¡Quién merda te ha pregunta'o algo para que parles!
- Yo quería pedirle un conssejo jefe ...
- ¡Dopo! Primo andiamo por los frijoles ...
- ¿La suya sposa tiene un estomaggo de camióne volquete, no jefe?
- ¡Calla, calla, calla que me dessespeeeeras!!!
- ¡Ustè non me tiene pacienchia, jefessito!
- ¡Parlas cada güevvada!! ¡Yessi Yessini Durini!!
- Jefe, de ese plattasso pueden manyar quattro personas y es molto. ¿Me puede invitare alguito?
- ¡Tuttoo ese platto es para la mia sposa, capichi ... y le queda chicote, no jodas!!
- ¡Pero el plattasso parece un escudo medioval!
- ¡Per la putana que te pariò! ¡Cállate la boca!
Marebella cumplía a medias sus funciones de anfitriona. Indirectamente jodía al marido. Que mujercita de miércoles y de jueves! Invitaba a los conocidos de su esposo a las charlas de café pero sin café, ósea después del almuerzo y antes del café. Lo que quedaba en la cocina directamente en tappers tenía su destino, su madre y su hermana, el perro, el gato y el pericote ya no tenían que cachuelear ni joder la paciencia ni meterse en la vida ajena menos en la vida de sus vecinos, ahora con barriga llena la siesta estaba asegurada.
Al principio, después del matrimonio la joven Maravilla tenía el donaire de un platillo de “Frutti di Mari”, más tarde tendría el sabor de un “Calenta'o della Concha d'ssu Mare”.
El tiempo caminaba con cizaña, muchos altibajos por culpa de los incomprendibles caprichitos de Marebella, discutían por tonterías, pero no todo era malo había momento de lucidez y la chica perdonaba a Giorggio cada vez que ella se equivocaba, y él sabiendo que tenía la razón se quedaba callado.
Poco a poco la mujercita se iba convirtiendo en una Terminator, era de temer, ella quería participar el los trabajos de su esposo y en las transacciones de la familia.
- ¡Conmigo non te vas arrepentir, yo soy tu muglier, vostra amante, tu querida, tu socia! ¡Tu socia!!, repitió "socia" varias veces. Stás ganando una socia de quilates, conmigo vas a ganar más billettos de lo que pensabas ganar en tu vida, yo sono d'aqui no dell mas allá, de ahora en adellante yo soy tu amuleto de buona suertte. ¡Confía en mí!!!
- ¿Lo juras?
- ¡Lo juro por mi madrecita!
- ¡No jureís por tu madre, esa hija de putana!! ... ¡Jura per Dei!! ¡Por Dios!! ¡Por el Santo Padre!!
- ¡No puedo jurar su Santo nombre en vano! ¡Somos cattolicos, non podemos pecar!
- ¡A la merda con tus pecattis! Juras o non juras? ¡Jura por la Cruze del Dios!
- ¡Por Dios! ¡Por la mia madre, por mi Santa madre que me illumina ...
- ¡La vostra madre no tiene nada de Santa!! ¡Non la metas en el Saggrado Juramento, si es assí no vale tu Juramento, repitizione!
- ¡No jodas! ¡Yo stoy jurando, güevón!!
- ¡Jura por Dios!
- ¡Juro por Diosito!!
- ¡Esso ès lo que me gusta escuchare! ¡Esso es tutti! ¡Saca la botella de Shiumara, vamos a tomarnos un trago con su jarabe d'angostura para celebrare. Para il mio com hielo y limone!
La vida seguía igual, el tiempo y el destino golpeando sin cesar más seguían adelante sin dejarse doblegar pues no vale llorar tampoco suplicar, hay que pensar que todo pasará. Todos tenían una función designada, un lunes ocho de la mañana Giorggio en conversación con su chaleco de confianza, Edoardo Pavoni, hablaban, planeaban y hablaban.
- ¿Qué cosa abbiamo que facher esta noche, Jefessito?
- Lo mismo que hacemos todas las noches, mi caro Edoardo, tratare di conquistare il mondo. No hay problem, tú e yo conquistaremos il mondo.
- Passudiablo, io ya he parlato con la gente y non te preocopes di nada, todo camina essatamente como lo has planeadi.
La señora para ese momento ya estaba convertida mentalmente en una Cyborg Terminator, robotizada escuchaba y miraba su futuro. Siempre lo mismo, ya estaba cansada de preparar el desayuno, el almuerzo, lavar y tender la ropa que se amontonaba; miraba como vaca furiosa su loco porvenir, pero algo raro había ese día en sus ojos y en su mirada. Designaron a Vittorio Pastrullo a depositar el dinero en el Banco en la cuenta del lavado de los verdes. La Cyborg llevaría los Un Ciento Seis Mil Quinientos Cincuenta y Cinco 99/00 Dólares USA en su canguro de cuero de chancho ahumado abrochado en su férrea cintura. Tenían que tomar la misma ruta de rutina. El turbio dinero para lavar servía para pagar los honorarios, servicios prestados y colaboraciones de las amigables autoridades malas.
En el camino Marebella, fue explicando lo feliz que sería con ese fajo de billetes en su cuenta corriente, y ayudaría también hacer feliz a Pastrullo Vittorio, y darle el hijo que no había querido tener con Giorggio Gattopardo. Le explicaba una coartada y para que Pastrullo lo piense mejor podía darle una probada con una encamada. Vittorio Pastrullo escuchaba seriamente y aceleraba el paso para eliminar de su mente la loca y absurda idea de trampear a su querido jefe. La escuchaba y se imaginaba en la cárcel sólo, triste y abandonado o muerto a balazos en el salitroso desierto de la Cruz del D'Asso, como no era tan cojudo se hacia el enfermo o el angustiado, el inocente o el tarado.
- Oye sí nos reparttimos il billete, y después dessimos que nos han pescueze’o ...
- Yo non puedo dichire mintiras al mio jefe, al vostro marido, a tu sposo, ...
- ¡En los commerssios no essiten sposos, zonzo di merda! ¡En los neggossios él es mio socio! ¡Vení conmigo! ¡Cobarde!! ¡Basura de Porquería!
- Repartir "Uno Ciento Sei Milles Cinquechentos e Cinquanta e Cinque 99/00" enttre due e molto difichile! Yo no estoy portando la mía máquina calculadorini.
Al entrar al Banco ella notó que las insinuaciones no habían hecho efecto, antes de llegar a la línea amarilla de espera de la ventanilla, le dio en los últimos segundos un curso acelerado de "Filosofía de la Vida" según los datos recopilados del chamán Sioux-Chiclayano Tawa Serra Quesquén ... y concluyó con la disertación de otra filosofía, más simple, la filosofía de la calle, la callejera:
- La drogga te a caggado el cerevro, sólo un vegetattivo no approvecha di ésta occasione en la vida, rechassarme a mi, idiotta; escremento de porco, luquea sto, yo soy un lotezazo, non lo que tienes en la tuya casa. Mira lo que te stas perdendo y tutto por culpa di essa cochinada ...
- ¡Cochinada, per ... Tan rica!
- ¡Imbechilel!! ¡Iddiota!! ¡Figlio di ...
La empleada de la ventanilla la llamó, la Cyborg Marebella se cuadró de muy mala gana; levantó el canguro de cuero de chancho y con un gran esfuerzo sacó los fajos de billetes, mirando con intenso odio a Vittorio Pastrullo entre dientes lo granputeó.
- ¡Zonzzonazzazzo di merda, tutti questi dinnero e tuyo, recapassita, per que lo commpartes con èle malldito di Giorggio, él te utilissa!
- ¡Ya apresurate!! ¡Entrega il dinnero y retornamos al Cuartele! ... ¡Tutto conforme!! ¡Vamos!! ¡Andiamo!!
- ¡Taranttini, sttupidini!! ¡L'droggitti ti a caggado la testa!! ¡A mi rechassarme! ¡Figlio de prosttituta!!
Vittorio Pastrullo a partir de ese momentito vio su estrella caer, tenía que andar con mucho cuidado porque en algunas oportunidades el Jefe veía, oía y hablaba lo que la Cyborg Terminator decía.
Giorggio Gattopardo y Edoardo Pavoni visitaban los negocios cercanos haciendo tiempo y tomando un capuchino. Giorggio basado en la confianza le dice a Pavoni que sí todo sale bien llevará a su mujer al último gran golpe y con ella obtener el poder. Solamente había que enseñarle detenidamente el arte de deber y saber deber, siempre con la conciencia tranquila, insistir en que el negocio tiene dos caminos, con plata, dinero y efectivo; y con labia, persuación y disertación; ambos caminos siempre apoyados en las leales metracas.
El jefe los esperaba, recibió a su esposa con una sonrisa sincera.
- ¡Confiaba en ti! Ahora stoy mas seguro que nunca in la tuya lealtà y fidelidà. ¿Elle Pastrullo es un buon compagñero? ¿Come se a comportato?
- Non le tengo naditta di conffianssa!
- ¡Vedremos que podemos fachere mas avanti! ¡O sea mas adelanti!
- ¡Como tu quieras mio amore!! ¡Tu ères el Jefe!!
El jefe ponía la fuerza, el coraje, la decisión para que el trabajo salga, bonito, bueno, barato, y ... perfecto. Su mujer ponía la imaginación ... para ensartarlo, pensando como llevarse alguito o algote ... para su molinote.
Todo estaba cerebralmente planeado, fijamente determinado, dar el golpe a la mafia y a las familias entrometidas; el último gran golpe y escalar a posesiones más altas, mismo Vito Corleone de El Padrino, o desaparecer con el dorado metal y las maletas repletas de verdes. Antes de salir hacia la faena final, el Jefe se santiguó y masculló entre dientes un rezo apresurado:
- "¡San Niccolò!" “Padre Nostro que stáis in los cielis tirando balassos a los gallinassos ... y líbranos del mal”. “Amen”.
El último trabajazo salió como se pide chumbeque, Giorgio Gattopardo tal y como lo prometió había llevado a su queridísima esposa. Para que no quede huellas, ni sospechas, ni lo vean con bultos, entregó, haciendo un quiebre, el maletón con los fajos de dinero a su chaleco principal, éste de taquito se la pasó a Edoardo Pavoni y éste menso entregó el botín a la impredecible y coqueta señora, repitiendo las sagradas palabras del jefe.
- ¡Immediatamente!! ¡Aggarra vostro automobile e dessapareche!
Marebella había esperado este gran momento de su vida, ahora con el botín entre sus brazos hercúleos su sueño se había hecho realidad, su ambición era notoriamente hepática y enfermiza, más ambición más verde amarillo era el color y brillo de sus rapaces ojitos, la bílis que corría por sus venas marcaba su descomunal cuerpo, se cegó y transformó cerebralmente en la terrible Bestia maligna del subconsciente y de mal proceder. Víbora ese nombre te han puesto porque en el cerebro llevas el veneno mortal de la calumnia, de la maldad y de traición.
La Bestia abrazó maternalmente con mucho cariño el maletón y arrancó con un pique de jugador de fútbol americano, tomó el sendero larguísimo de la silenciosa avenida Arcos De La Cabaña, paso de frente sin mirar su auto, siguió hasta Cinco Esquinas y una esquina más, dobló a la derecha, tomó un taxi y desapareció. Como le habían ordenado.
Fue un golpe profesional, el poder y el dinero estaba asegurado. Giorggio Gattopardo compró un periódico de grandes titulares, caminó como los guapos al caminar, mirando de medio la’o, con las manos en los bolsillos de su gabán, se acomodó los lentes oscuros; cuando se percató que el ambiente y la ciudad estaba dormitada, caminó hacia el parqueo de la tribuna sur, se llevó un puro a la boca, Edoardo Pavoni le encendió el habano y limpió el parabrisas, y en dúo de a dos tararearon "Io Cherco la Titina" al estilo de la pecosita Rita Pavone.
“Io Cherco la Titina, io cherco la Titina, Titina, o Titina, io cherco e non la trovo chissà dove sarà. Io cherco la Titina, Titina ” “¡Saluttire a la Cuchina y a totti la Cachina y la tuya Mamma y tutti los demas!! La qui, qui del la, quai del je del la! ¡Fumo uno cigaretto, del buenotte, del la tuya Nona, la tuya figlia esta piernona, tu del la, tua del la y te doy per la troya!! Jajajaa!!»
Tomaron la Vía Central con dirección a su Cuartel General para limpiar y tener listas sus armas de calibres mayores para mejor proteccion y asegurar las acciones. Se cruzaron con un trailer de color indefinido y con placas bambas diferentes.
- ¿Que laburo cuchino starà fachendo esa gente per este lugare? Jajajajaaj. soltó una carcajada a lo pavo real, Edoardo Pavoni.
Regresaron al Cuartel General, en la entrada del condominio disminuyeron la velocidad por los niños que jugaban; los guardaespaldas de menor rango y jerarquía, felices se acercaron y muy alegres preguntaron al más más.
- Jefessito, la segñora nos dijo que el golpe saliò mortale! Y que nos mudamos a otro Cuartele Generale!
No escuchó nada, le zumbaron los oídos, siguió caminando con dirección a su morada. Pausadamente metió la mano al bolsillo izquierdo del pantalón, con las yemas de los dedos escogió del llavero la plateada llave, la asió con el índice y el pulgar, golpeó tímidamente la cerradura del portal y ésta se abrió de par en par y miró hasta el fondo el desnudo hogar. Viroleó, giró sobre sus tacones aperillados, volvió a mirar toda la puerta, el número, y no reconoció la sala vacía de su hogar. Tartamudeó como Jefe, muy disimulado, para no dar a notar su malestar.
- ¿La ... la ... la .... la segñora ...?
Como siempre el inoportuno Edoardo Pavoni tuvo que hablar.
- ¡Jefe, no me diga que la segñora no entendiò ni capiche y dessapareció asi perque así! ... ¿Dessapareció di vero, de verdà? ¡Pero Ché, jefe, que suchede, yo no capisco niente! ¡Nada de nada! ¡No entiendo! ¡Responda subito rápido per favore!!
- ¡No suchede ni merda!¡ Sapo figlio di putana! ¡Concha de vostra madre!! ¡Comm Ché tu mmáiii!!
Sucedió lo que nunca pensó que le podía a él suceder, lo habían desvalijado, la Bestia Marebella lo había atrasado, se había levantado todo el nidito de amor, solamente se había quedado con la Sección de Avisos Clasificados del Periódico Diario "Il Commercio", Decano de la Prensa; comenzó a leer los anuncios, pasaba las hojas con el índice derecho humedecido con la punta de la lengua que temblaba tibiamente; repasaba los anuncios como principiante; el gran golpe a la mafia había recibido un revés y todo lo planificado fue una gran cojudez.
En el Occidente sobre el Pacífico mar, el sol se ocultaba igual que la gran señora; al día siguiente tempranito el Astro Rey aparecía y La Bestia Marebella D'Ennero en huída seguiría. Por un tiempo la tierra se la tragó. Después de muchos almanaques cuentan por ahí que la vieron con nuevo look haciendo mercado en el norteño país de las grandes oportunidades, gozando de la vida, veraneando en la exclusiva Playa The Future Beach.
Egerer in Chieming, am Chiemsee, im Chiemgau. D. August. 2010.
La señora para ese momento ya estaba convertida mentalmente en una Cyborg Terminator, robotizada escuchaba y miraba su futuro. Siempre lo mismo, ya estaba cansada de preparar el desayuno, el almuerzo, lavar y tender la ropa que se amontonaba; miraba como vaca furiosa su loco porvenir, pero algo raro había ese día en sus ojos y en su mirada. Designaron a Vittorio Pastrullo a depositar el dinero en el Banco en la cuenta del lavado de los verdes. La Cyborg llevaría los Un Ciento Seis Mil Quinientos Cincuenta y Cinco 99/00 Dólares USA en su canguro de cuero de chancho ahumado abrochado en su férrea cintura. Tenían que tomar la misma ruta de rutina. El turbio dinero para lavar servía para pagar los honorarios, servicios prestados y colaboraciones de las amigables autoridades malas.
En el camino Marebella, fue explicando lo feliz que sería con ese fajo de billetes en su cuenta corriente, y ayudaría también hacer feliz a Pastrullo Vittorio, y darle el hijo que no había querido tener con Giorggio Gattopardo. Le explicaba una coartada y para que Pastrullo lo piense mejor podía darle una probada con una encamada. Vittorio Pastrullo escuchaba seriamente y aceleraba el paso para eliminar de su mente la loca y absurda idea de trampear a su querido jefe. La escuchaba y se imaginaba en la cárcel sólo, triste y abandonado o muerto a balazos en el salitroso desierto de la Cruz del D'Asso, como no era tan cojudo se hacia el enfermo o el angustiado, el inocente o el tarado.
- Oye sí nos reparttimos il billete, y después dessimos que nos han pescueze’o ...
- Yo non puedo dichire mintiras al mio jefe, al vostro marido, a tu sposo, ...
- ¡En los commerssios no essiten sposos, zonzo di merda! ¡En los neggossios él es mio socio! ¡Vení conmigo! ¡Cobarde!! ¡Basura de Porquería!
- Repartir "Uno Ciento Sei Milles Cinquechentos e Cinquanta e Cinque 99/00" enttre due e molto difichile! Yo no estoy portando la mía máquina calculadorini.
Al entrar al Banco ella notó que las insinuaciones no habían hecho efecto, antes de llegar a la línea amarilla de espera de la ventanilla, le dio en los últimos segundos un curso acelerado de "Filosofía de la Vida" según los datos recopilados del chamán Sioux-Chiclayano Tawa Serra Quesquén ... y concluyó con la disertación de otra filosofía, más simple, la filosofía de la calle, la callejera:
- La drogga te a caggado el cerevro, sólo un vegetattivo no approvecha di ésta occasione en la vida, rechassarme a mi, idiotta; escremento de porco, luquea sto, yo soy un lotezazo, non lo que tienes en la tuya casa. Mira lo que te stas perdendo y tutto por culpa di essa cochinada ...
- ¡Cochinada, per ... Tan rica!
- ¡Imbechilel!! ¡Iddiota!! ¡Figlio di ...
La empleada de la ventanilla la llamó, la Cyborg Marebella se cuadró de muy mala gana; levantó el canguro de cuero de chancho y con un gran esfuerzo sacó los fajos de billetes, mirando con intenso odio a Vittorio Pastrullo entre dientes lo granputeó.
- ¡Zonzzonazzazzo di merda, tutti questi dinnero e tuyo, recapassita, per que lo commpartes con èle malldito di Giorggio, él te utilissa!
- ¡Ya apresurate!! ¡Entrega il dinnero y retornamos al Cuartele! ... ¡Tutto conforme!! ¡Vamos!! ¡Andiamo!!
- ¡Taranttini, sttupidini!! ¡L'droggitti ti a caggado la testa!! ¡A mi rechassarme! ¡Figlio de prosttituta!!
Vittorio Pastrullo a partir de ese momentito vio su estrella caer, tenía que andar con mucho cuidado porque en algunas oportunidades el Jefe veía, oía y hablaba lo que la Cyborg Terminator decía.
Giorggio Gattopardo y Edoardo Pavoni visitaban los negocios cercanos haciendo tiempo y tomando un capuchino. Giorggio basado en la confianza le dice a Pavoni que sí todo sale bien llevará a su mujer al último gran golpe y con ella obtener el poder. Solamente había que enseñarle detenidamente el arte de deber y saber deber, siempre con la conciencia tranquila, insistir en que el negocio tiene dos caminos, con plata, dinero y efectivo; y con labia, persuación y disertación; ambos caminos siempre apoyados en las leales metracas.
El jefe los esperaba, recibió a su esposa con una sonrisa sincera.
- ¡Confiaba en ti! Ahora stoy mas seguro que nunca in la tuya lealtà y fidelidà. ¿Elle Pastrullo es un buon compagñero? ¿Come se a comportato?
- Non le tengo naditta di conffianssa!
- ¡Vedremos que podemos fachere mas avanti! ¡O sea mas adelanti!
- ¡Como tu quieras mio amore!! ¡Tu ères el Jefe!!
El jefe ponía la fuerza, el coraje, la decisión para que el trabajo salga, bonito, bueno, barato, y ... perfecto. Su mujer ponía la imaginación ... para ensartarlo, pensando como llevarse alguito o algote ... para su molinote.
Todo estaba cerebralmente planeado, fijamente determinado, dar el golpe a la mafia y a las familias entrometidas; el último gran golpe y escalar a posesiones más altas, mismo Vito Corleone de El Padrino, o desaparecer con el dorado metal y las maletas repletas de verdes. Antes de salir hacia la faena final, el Jefe se santiguó y masculló entre dientes un rezo apresurado:
- "¡San Niccolò!" “Padre Nostro que stáis in los cielis tirando balassos a los gallinassos ... y líbranos del mal”. “Amen”.
El último trabajazo salió como se pide chumbeque, Giorgio Gattopardo tal y como lo prometió había llevado a su queridísima esposa. Para que no quede huellas, ni sospechas, ni lo vean con bultos, entregó, haciendo un quiebre, el maletón con los fajos de dinero a su chaleco principal, éste de taquito se la pasó a Edoardo Pavoni y éste menso entregó el botín a la impredecible y coqueta señora, repitiendo las sagradas palabras del jefe.
- ¡Immediatamente!! ¡Aggarra vostro automobile e dessapareche!
Marebella había esperado este gran momento de su vida, ahora con el botín entre sus brazos hercúleos su sueño se había hecho realidad, su ambición era notoriamente hepática y enfermiza, más ambición más verde amarillo era el color y brillo de sus rapaces ojitos, la bílis que corría por sus venas marcaba su descomunal cuerpo, se cegó y transformó cerebralmente en la terrible Bestia maligna del subconsciente y de mal proceder. Víbora ese nombre te han puesto porque en el cerebro llevas el veneno mortal de la calumnia, de la maldad y de traición.
La Bestia abrazó maternalmente con mucho cariño el maletón y arrancó con un pique de jugador de fútbol americano, tomó el sendero larguísimo de la silenciosa avenida Arcos De La Cabaña, paso de frente sin mirar su auto, siguió hasta Cinco Esquinas y una esquina más, dobló a la derecha, tomó un taxi y desapareció. Como le habían ordenado.
Fue un golpe profesional, el poder y el dinero estaba asegurado. Giorggio Gattopardo compró un periódico de grandes titulares, caminó como los guapos al caminar, mirando de medio la’o, con las manos en los bolsillos de su gabán, se acomodó los lentes oscuros; cuando se percató que el ambiente y la ciudad estaba dormitada, caminó hacia el parqueo de la tribuna sur, se llevó un puro a la boca, Edoardo Pavoni le encendió el habano y limpió el parabrisas, y en dúo de a dos tararearon "Io Cherco la Titina" al estilo de la pecosita Rita Pavone.
“Io Cherco la Titina, io cherco la Titina, Titina, o Titina, io cherco e non la trovo chissà dove sarà. Io cherco la Titina, Titina ” “¡Saluttire a la Cuchina y a totti la Cachina y la tuya Mamma y tutti los demas!! La qui, qui del la, quai del je del la! ¡Fumo uno cigaretto, del buenotte, del la tuya Nona, la tuya figlia esta piernona, tu del la, tua del la y te doy per la troya!! Jajajaa!!»
Tomaron la Vía Central con dirección a su Cuartel General para limpiar y tener listas sus armas de calibres mayores para mejor proteccion y asegurar las acciones. Se cruzaron con un trailer de color indefinido y con placas bambas diferentes.
- ¿Que laburo cuchino starà fachendo esa gente per este lugare? Jajajajaaj. soltó una carcajada a lo pavo real, Edoardo Pavoni.
Regresaron al Cuartel General, en la entrada del condominio disminuyeron la velocidad por los niños que jugaban; los guardaespaldas de menor rango y jerarquía, felices se acercaron y muy alegres preguntaron al más más.
- Jefessito, la segñora nos dijo que el golpe saliò mortale! Y que nos mudamos a otro Cuartele Generale!
No escuchó nada, le zumbaron los oídos, siguió caminando con dirección a su morada. Pausadamente metió la mano al bolsillo izquierdo del pantalón, con las yemas de los dedos escogió del llavero la plateada llave, la asió con el índice y el pulgar, golpeó tímidamente la cerradura del portal y ésta se abrió de par en par y miró hasta el fondo el desnudo hogar. Viroleó, giró sobre sus tacones aperillados, volvió a mirar toda la puerta, el número, y no reconoció la sala vacía de su hogar. Tartamudeó como Jefe, muy disimulado, para no dar a notar su malestar.
- ¿La ... la ... la .... la segñora ...?
Como siempre el inoportuno Edoardo Pavoni tuvo que hablar.
- ¡Jefe, no me diga que la segñora no entendiò ni capiche y dessapareció asi perque así! ... ¿Dessapareció di vero, de verdà? ¡Pero Ché, jefe, que suchede, yo no capisco niente! ¡Nada de nada! ¡No entiendo! ¡Responda subito rápido per favore!!
- ¡No suchede ni merda!¡ Sapo figlio di putana! ¡Concha de vostra madre!! ¡Comm Ché tu mmáiii!!
Sucedió lo que nunca pensó que le podía a él suceder, lo habían desvalijado, la Bestia Marebella lo había atrasado, se había levantado todo el nidito de amor, solamente se había quedado con la Sección de Avisos Clasificados del Periódico Diario "Il Commercio", Decano de la Prensa; comenzó a leer los anuncios, pasaba las hojas con el índice derecho humedecido con la punta de la lengua que temblaba tibiamente; repasaba los anuncios como principiante; el gran golpe a la mafia había recibido un revés y todo lo planificado fue una gran cojudez.
En el Occidente sobre el Pacífico mar, el sol se ocultaba igual que la gran señora; al día siguiente tempranito el Astro Rey aparecía y La Bestia Marebella D'Ennero en huída seguiría. Por un tiempo la tierra se la tragó. Después de muchos almanaques cuentan por ahí que la vieron con nuevo look haciendo mercado en el norteño país de las grandes oportunidades, gozando de la vida, veraneando en la exclusiva Playa The Future Beach.
Egerer in Chieming, am Chiemsee, im Chiemgau. D. August. 2010.