ATAWALLPA Y PIZARRO, BAJO LA LUPA DE BRECHT,
DESDE EL
PUEBLO DE LA RICA VICKY
«Los artistas no deberían distanciarse de su tiempo.
Deberían entrar
en la refriega y ver qué pueden sacar de bueno.
En lugar de
mantener una distancia de seguridad
de la apestosa
ciénaga de los valores mundanos,
deberían
sumergirse en ella y removerlo todo…
Los Apolos modernos quieren llegar a algo en el
mercado;
la integridad
de un artista debe ser fortalecida,
y no
comprometida, al tomar en consideración la realidad social»
Herbert
Muschamp
(Crítica sobre un libro sobre la Bauhaus en el New York Times)
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Fotografía: Hugo Fernando Salazar Vestuario: Renee A. García Cadenillas |
Nicolás Daniel León Cadenillas, es
según sus propias palabras «actor en el sentido amplio de la palabra e hijo
putativo del dios griego Dionisio». Estudió actuación, en la escuela pública de
teatro de la ciudad de Lima (Ensad actual). Al término, pasó a formar parte del
proyecto Homero, Teatro de Grillos,
del Callao, dirigido por la maestra Sara Joffré. A través de un convenio internacional,
realiza un curso de perfeccionamiento en Dirección
teatral para niños y jóvenes en la República Democrática Alemana (RDA), en
Berlín Este. Ese estudio comparado, le permitió reconocer los componentes
indispensables del hecho teatral para niños y jóvenes, y mirar las carencias
técnicas nuestras: espacios de ensayo, presentaciones, luces, sonido,
escenografía, utilería, etc.; y encontrar maneras de suplirlas sin que las
puestas en escena pierdan su calidad y belleza. Actualmente, forma parte del
grupo BAL VIC teatro.
Cajamarca
el encuentro, es el fruto de la adaptación dramatúrgica libre de la obra «El
Oro de Cajamarca» del autor alemán Jakob Wassermann, escrita como una narrativa
histórica. León Cadenillas sintetiza el argumento a lo estrictamente necesario
e introduce textos basados en titulares de periódicos peruanos, sobre la
política, los políticos y los poderosos en el Perú. Pizarro asociado a
charlatanes políticos. Valverde a un sórdido cardenal recientemente jubilado.
Felipillo a los cabilderos del congreso, y así…
Cajamarca
el encuentro, en clave unipersonal,
nos propone una lectura de ese momento histórico, en contrapunto con personajes
de la política peruana, haciendo uso del método de distanciamiento brechtiano:
El actor preparado para representar un personaje y no para sufrir con el personaje.
El público tiene frente a sí a un actor que entra y sale del personaje, y produce
los cambios de espacio y tiempo sin ocultar nada. «El actor brechtiano juega,
representa, lo importante es como transmite» nos cuenta León Cadenillas. La
asistencia de dirección está a cargo de Cecilia Vásquez-Mejía, quien también está
presente en escena, participando activamente dando los titulares (como en las
películas mudas de Charles Chaplin), creando una complicidad con el público de
frases, gestos, miradas. Teatro itinerante para hacerlo donde se pueda, sin
usar grabadoras ni equipos de sonido y luces. Teatro para el tercer mundo, el
mundo en el que vivió y vive el peruano común y corriente.
Ahora bien, ¿es vigente un teatro
épico, como lo propuso Bertolt Brecht, en el mundo de la postmodernidad, de las
sociedades líquidas, del cambio de paradigmas geopolíticos? ¿Se puede proponer
una lectura de la historia del Perú, teniendo como herramienta artística el
método brechtiano, conocido como efecto V o extrañamiento? Fredric Jameson se
hizo la misma pregunta, hace un poco más de 20 años en su estudio académico
sobre Brecht titulado Brecht y el Método.
Y sustenta que Brecht sigue vigente, o como dirían los argentinos de Carlitos
Gardel «cada día canta mejor». En este caso Brecht es nuestro contemporáneo,
ilumina nuestro tiempo, si concurren en los montajes aquellos elementos de su
pensamiento y práctica artística, que crearon un antes y un después, en la
dramaturgia mundial: Que el montaje contenga «estilo, pensamiento y trama», Brecht decía que la trama era el alma del drama. Que se sustente en la teoría
brechtiana, permitiendo encontrar en la forma de contar la historia a actores
que construyen personajes, mostrando en escena el antes, el proceso y el
personaje en su gesto total. Teatro sin artificios, a contra contracorriente del
meta verso, que trata de inundarlo todo desde el móvil. Actual como en su
tiempo. Ah, y finalmente, en nuestro
Tercer Mundo Latinoamericano, el más desigual del planeta, que su método se
torne en nuestro método para evidenciar los teatros nuestros, aquellos que
surgieron en el inicio de nuestro tiempo, teatros que nos deben de llenar de
orgullo, que son nuestro punto de apoyo, nuestros «teatros no occidentales».
Cajamarca el encuentro, se torna
claramente en una clase modelo de construcción de una propuesta brechtiana al
estilo Rica Vicky, sobre el encontronazo de las civilizaciones española e inka,
permitiendo una lectura actual. Todo está escrito, hace falta mirarlo con otros
ojos y en perspectiva. Vayamos al teatro, para mirar y mirarnos.
HUGO FERNANDO SALAZAR
Director en JUGLAR, Artes Escénicas (Cusco); Mimo, Pedagogo artístico (ENSAD).
Desde Rimaq, la horrible, último mes del segundo año (2021)
de la pandemia de la
coronita
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Nicolás León, actor
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