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DÍA DEL ACTOR & ADULTO MAYOR. NDLeón

DÍA DEL ACTOR & ADULTO MAYOR. NDLeón


DÍA DEL ACTOR & ADULTO MAYOR
Increíble coincidencia, el Día del Adulto Mayor y el Día Internacional del Actor se festeje el 26 de agosto. Como actores recordamos a nuestro patrono, San Ginés, protector de abogados, payasos, humoristas, bailarines, músicos, otros. En horas de la mañana me he entretenido leyendo los calurosos saludos de mis queridos y recordados colegas. Me provocó tomar unas copas de pisco acholado pero a falta de pisco tomé unos sorbos de ron Cartavio XO como aperitivo a mi rico pastel de papa con queso y charqui tipo andino. Como extraño el chisme detrás de bambalinas o el raje en el Queirolo de Camaná con Quilca. Mi abrazo fraterno para mis colegas que han perdido a sus seres queridos por esta peste. Festejar en estos días es curioso. Nada se puede festejar, pero va mis saludos a todos mis hermanos artistas escénicos, del tinglado y del tablao. Abrazos virtuales, sonrisas por whatsapp, no quiero ser aguafiesta pero se me viene a la memoria las mecidas que nos dan los gobiernos de turno con la impronunciable y nunca acabar Ley del Artista, falta nos hace. Es la piedrecilla en el zapato. Los ministros del elefante blanco, Ministerio de Cultura ¿También están protegidos por San Ginés? Estos señores no encuentran la sabiduría para resolver la problema. Según Hamlet*: —¡Ser o no ser, es la cuestión! —¿Qué debe más dignamente optar el alma noble entre sufrir de la fortuna impía el porfiador rigor, o rebelarse contra un mar de desdichas, y afrontándolo desaparecer con ellas? —Hum, me he alejado del tema. Yo quiero decir algo por el adulto mayor que soy. A esta altura de lo bailado, bailé. Como hubiera dicho mi abuela Virginia: "Sarna con gusto no pica". Escribí libros, planté árboles, tuve hijos y más o menos sobreviví y naufragué en las tormentosas caídas libres que me brindó la vida. Fui criado con buenas costumbres por parte de mamita, mujer recta, con valores firmes, decencia y principios. Me crié sin abuelos, habían fallecido antes de mi estrepitosa llegada. Pero, por mamá, su hija, conocí a mi abuelita materna Virginia Daniela, mamita la nombraba cada vez que su hijito, el nietito Nikito, necesitaba una corrección. Recuerdo que los vecinos del callejón hablaban de daños, supersticiones, hechicerías, agua de calzones, amarre y que se yo. Mamita cerró la puerta, me miró, dijo con tono serio, ni alto, ni bajo. —Lo que has escuchado son tonterías, cómo decía mi mamá... ¡No hay que creer en tontería, pero sí tienes que cuidarte! ¿Has entendido? —. Llegué a la adolescencia y seguí recibiendo los sabios consejos de mi abuela. —No hay peor acción de la que no se hace —. —Inténtalo, no puedes, inténtalo de nuevo —. Terminé secundaria, enamoraba a una vecinita: —Cuidate de las aguas mansas, que de las bravas me cuido yo —. Mamita siempre daba en el clavo, claro, estaba iluminada por la abuela Virginia. —Sí quieres llorar, llora. Mañana será otro día —. —Qué esperas. Salta al charco. Te vas o no te vas. El que no arriesga no gana. Sí pierdes, has ganado experiencia —. Y ahora en agosto, lleno de coronavirus, desgracias y muertes por el barrio, mamá de nuevo me aconsejó: —Hijito... cómo decía mi mamá... ¡Cuidate, estas viejo, no te cuidas nadie te va a cuidar... ahora vas a cosechar lo que sembraste! Tienes suerte que yo estoy viva para cuidarte... ¡Ay mi querido Niky! Cuidate...

*“To be or not to be”, Hamlet's soliloquy in act III, scene 1.

NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS.
Lima, agosto, 2020.

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