Páginas

Translate

Recuerdos. NDLeón

RECUERDOS. De Nicolás D. León Cadenillas.
Dedicado al GRUPO CADENILLAS.

Rebuscando en mi escritorio, en la pila de libritos y de papeles viejos encontré una hojita, viejita también, había unos apuntes de mi puño y letra; recordé que lo escribí después de un rezo en la Santa Misa por los Difuntos en la Iglesia de Santo Domingo del Centro Histórico de Lima. Acompañado de café y de mi mamita escribí nombres y apellidos de los abuelos, regiones, pueblos, ríos, tíos y datos de la familia que no sé que grados ni de que generación. Recuerdo que mamita después de varias preguntas sucesivas, me puso el estáte quieto.

- Sí hubieras visitado a la familia más seguido no estarías pregunta que te pregunta.

Me sonreí, pensé en lo que iba a decir y le dije:

- Nunca me voy a olvidar el matrimonio de Elenita Cadenillas con Gabino Quintanilla en la casa de mi tía Estelita García Cadenillas.

Boda religiosa de Gabino Quintanilla y Elena Cadenillas.
Padrinos: Don Alejandro Cadenillas Pastor y Doña Rosa Elena Cadenillas Uribe.
Oficializó la Santa Misa el RP. Thomas.

Hicimos silencio, nos miramos y con la miraba perdida en el tiempo, má me preguntó.

- ¿Tú te acuerdas?.
- Sí, una mañana, temprano, nos arreglaste con unos chachás nuevos, tú eras la madrina, y nos llevaron al matrimonio, era la primera vez que veía concientemente un acto religioso que me impresionó vivamente, tuve conciencia de lo que se trataba toda la jarana.

Pasaron los años, intenté escribir unas líneas para mi blog y todo se quedó en un borrador lleno de nostalgia; imágenes, fotos, caras y nombres se quedaron grabados en mi memoria. Ahora nuevamente tengo entre manos la hojita con los datos. Volví a mis recuerdos, difusamente me salpican bonitas imágenes; los hechos ocurrieron ante los ojos de un niño bueno; tenía ocho años de edad aproximadamente, y ya sapeaba y distinguía lo malo de lo bueno. Lo malo era bueno y bonito, y lo bueno era super aburrrido, estudiar y estudiar.

Parando la oreja escuchaba nombres y apellidos raros: Pastor, Carvajal, Ponte, Valdivia, el tío Ernesto; la tía Petita, después me enteré que era la misma que yo conocía como la abuelita Peta, de Petronila; Susana Perseveranda; tío Sixto; los Wilson; los Zevallos; los Guardamino; tío Víctor; los Aliaga que después se convirtieron en los Chihuán León; el tío Goyito, mi abuelo Gregorio León; Celendín, Chota; Carola Hermenegilda; De la Cruz; AlCapone, Santiago, Alejandro, Rasputín, Marx, Lenin, Nadezhda, Trotsky, Stalin, Mao, Tatán, Odria, Apolinario, Pomabamba; etc, y muchos nombres más que se me escapan de la memoria.

En el matrimonio de mi primita Elenita todos estuvimos bonitos; una gran fiesta con bastante comida, música, baile. Yo me encontraba paradito en la puerta de la casa y veía como un grupo de los mayores se tomaban las fotos, y también como otro grupo limpiaban los platos de comida; me metí hasta la cocina, mi mamá me agarró del hombro y me llamó la atención; yo reaccioné llamando a gritos a mi tía Estelita.

- ¿Elenita, qué quiere tu hijo? ¿Niky, qué quieres?
- ¡Quiero mi comida!

Y mi tiíta linda me alcanzó un platazo como para adulto, sí la memoria no me traiciona, cabrito a la norteña con arroz y una yuca sancochada entera. Como quien dice, pá que no jorobe la pita. Me sirvieron con un cucharonazo un vasazo de chicha de jora de un barril de madera que estaba en el centro del callejoncito y después del suculento almuerzo no me interesó nada.

Ocho años más tarde, paseando por el Rímac en una esquina de la avenida Francisco Pizarro; mi papá la llamaba Malambo; mis tíos Santiago y Alejandro Cadenillas me invitaron un par de buenos tragos de cervecita Cristal heladita que me zarandeó y después nos fuimos a almorzar a la casa de mi tiíta Estelita Cadenillas Pastor de García.

Poco a poco me esfumé en la ingratitud y dejé de visitar a las familias del Rímac, de los Molinos; de Barrios Altos y Maravillas; me perdí físicamente, pero en el recuerdo y en el corazón los llevo a toditititos eternamente.

Nicolás Daniel León Cadenillas.
Karlsruhe, Febrero, 2012.

No hay comentarios: