Con
respetable respetación un poema hecho canción y con dedicación a
los últimos lindos hitos Boy Scouts del Archie's y de Matute Blocks.
El
ex-señorito se encontraba de fiesta matinal con su inseparable
parejita -La Maricucha- fiel compañera en las buenas y en las malas,
nunca le fallaba. La Maricucha con su coqueto moñito rojo siempre
daba la hora en forma fenomenal.
Llegó
el aburrido lunes, diez de la mañana, el ex-jovencito se levantó de
la cama, se lavó los dientecitos, no se duchó pero se mudó de
ropa, dejó con pena juntito al almohadón a su infaltable camisota
de colores fosforescentes, con laberintos y escondites en los
bolsillitis.
Sonó
la alarma, dio la hora del rico richi, subió a la azotea para abrir
el apetito con un breve aditivo. Llevose la mano al bolsillo secreto
buscando una chicharra, se dio cuenta de su error, refunfuñó: ¡San
Jacintos, dos clavelitos marchitos recién preparaditos, huerfanitos
están, ay, mamita linda de Churujay! Se lamentó el hijo de la gran
santa madrecita abnegada.
Hablando
de madrecitas, la buena mujer madre y piadosa encontró en un
secretísimo bolsillito secreto de la micaela yerbitas purificadoras
de los Rolling Stone, se preguntó: ¿Qué será, qué será, qué
será?. Olió el condimento y ella misma se contestó: ¡Ajá,
oregano! ¡Válgame Dios!! y se persignó.
La
buena mamá volvió a su quehaceres domésticos, las ropitas a la
lavandería y el grass a la olla. Después de bajar el fuego, probó
la sopita; prueba que te prueba estaba, saboreando y paladeando el
buen sabor de la comidita; se sonrió de la nada, carcajeó solita;
le zumbó en bankcoco; se alegró y ñataza de la risa no se explicaba
el vacilón que tenía en todo el cuerpezón. Prendió la radio FM
buscó a Santana, a Jimi Hendrix, a Joe Cocker, subió el volumen,
abrió los ojazos chinos de la risa; siguió probando la culinaria delicia, sorbito por sorbito ¡Hay, qué rico! Receta prodigiosa,
bálsamo de los dioses, manteca de Karité, yuquitas fritas, juguito
mixto, raspadilla, ceviche del gordo de carretilla.
Golpearon
la puerta. Su hijito, el desmemoriado, entró recontra agitado, había
subido los cuatro pisos endemoniados como galgo entrenado. Buscó su
vitamina del buen apetito y vio horrorizado, luego muy consternado
que su inseparable amigo, su leal guayabera color turquesa con botones
esmeraldas se ahogaba en litros de detergente, agitando levemente los
bracitos pidiendo antes del muere una ayudadita de su amiguito en el
motorizado remolino limpiador saca mugre y da color.
El
ex-señorito dio un grito desgarrador que se escuchó en todo el
callejón del edificio: -¿Madre, qué has hecho?-. La señora madre
con una sana carcajada de la nada en el climax de satisfación apetitosa,
junto al fogón desde la cocina, respondió: ¡SOPA LOCO!
Niky León K'Dnias.
Parque Luna Peralta s/n.
BalconCity. La Rica Viky.
Editado en el año 2008.
Niky León K'Dnias.
Parque Luna Peralta s/n.
BalconCity. La Rica Viky.
Editado en el año 2008.
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