En el lago Königsee se encuentra el Antiguo Santuario San Bartolomé; el lugar: un paraíso; lleno de turistas, funiculares, árboles, bosques, canoas a remo y a motor eléctrico (para no contaminar el agua con aceite ni combustible, cuidando la naturaleza ecológicamente). Por unos euros los visitantes nos paseamos en botecito por las tranquilas aguas cristalinas. En la colina encontramos los caminitos para realizar el deporte popular de los pueblos del sur de Alemania, las caminatas. Estas se realizan en grupo, en grandes grupos, en pareja, en trio de a tres o individual, etc. A mí me tocó hacer la caminata en pareja como practicando para mis futuras caminatas por los Alpes ... ya, bien metido en el asunto, en plena faena de camine que te camine, comencé a leer los letreros que guiaban por diversos caminitos, para arriba, para abajo, a los expertos caminantes; letreros que informaban cuanto tiempo duraba la vuelta al cerro hasta llegar al mismo sitio; letreros para el buen mantenimiento del lugar.
Después de una hora de caminar por las alturas del bosque, se me vino a la memoria nuevamente los letreros y comenzé a repetirlos las informaciones en voz alta:
- ¡No arrojar basura! ¡No dormir en el bosque! ¡No dormir en las bancas! ¡No acampar! ¡No hacer fuego! ¡No nadar! ¡No patinar! !No pasear perros, ni otros animales sin cadena! ¡No dejar libre a los animales!; ... y bromeando añadí otra prohibición:
- ¡No Sexo!.
Para sorpresa mía de mí, mi pareja me corrigió:
- ¡Eso No dice!
Set. 2005.
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