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Presentación “Poemario Urbano, AMOR y DESAMOR de un Fulano” de NDLeón

Presentación “Poemario Urbano, AMOR & DESAMOR de un Fulano” de Nicolás Daniel León Cadenillas en la Casa Museo José Carlos Mariátegui.

Buenas noches, muchas gracias por acompañar a este poeta de barrio. Soy escritor de barrio popular.

En los días pasados cuando estaba haciendo propaganda y vendiendo pre-venta, me dijeron -¿Cómo es la secuencia de tu poemario Amor & Desamor?-. Fácil –respondí- No todos los poemas que he escrito son actuales, hay poemas muy antiguos, otros más viejos, otros que estaban dormidos que los he despertado zarandeándolos. La secuencia es el amor, la pasión y el desamor. Es el ciclo eterno que siempre se da en la vida.

Otrosí: Ni bien conocieron la pintura de Ángel Ricalde Benites, pegué la carátula en mi muro Facebook. Otro problema. Me recriminaron, me dijeron que la ilustración era obscena y de mal gusto. -¿Cómo es posible esos dibujos, dos calatos que se les ve el poto, los huesos, las venas, la sangre, los nervios? Esa imagen es fea, terrible, grosera, grotesca. ¿Qué has tratado de representar?-. Respondí – ¿Cuál es el problema? Adán y Eva caminaron calatos, calatitos. Después fueron expulsados del Edén y tuvieron que trabajar… lo más triste es que nos fregaron a nosotros que ahora tenemos que trabajar para un administrador, empresario, productor, intermediario, etc. Bueno, trabajamos con amor- Hice pausa y reflexioné, dije –No, no, un momentito. ¿Por qué calatos? Porque calatos nacimos, calatos amamos, calatos calatitos morimos… nos vamos… también calatitos amamos con alma, corazón y vida.


De izq. a derecha: Ángel Ricalde Benites, Alejandra María León Palma, 
Nicolás Daniel León Cadenillas, Armando Arteaga Núñez, 
Mirian Caloretti Castillo y Fanny Del Rocio Palacios Izquierdo.


Después de esta breve introducción voy a leer lo preparado para esta noche:

Como alumno de primaria y también en la secundaria nunca salí a recitar una poesía ni un poema. Mucho menos escribir un verso. Conmigo no era. Y en esa época de escolar era obligatorio aprenderse un poema para cada fiesta festiva cívica militar religiosa. Aprender un poema para cada aniversario; por el día de la madre, del maestro, del colegio, por fiestas patrias; por nuestros héroes, Grau, Bolognesi, Alfonso Ugarte que dio lauros al Perú. Por el mes morado del Señor de los Milagros, la Batalla de Tarapacá, etcétera. Y en ese trajín poético pasé por agua tibia, raspando, con las justas, y si no me soplan repito en la Gran Unidad Escolar.

Cuando ingresé a la Universidad –en los efervescentes años ’70- tuve la suerte que una señorita alumna, perdón, la mejor alumna del ciclo –y por añadidura la más bonita- se fijara en mí. Por ese gran motivo comencé a estudiar por primera vez en mi vida. Por ella estudiaba para no quedar mal con el círculo de amigos estudiosos, y por ella volví a escuchar las dulces palabras que eran muy ajenas a mi vocabulario: “Poema, poemario, poesía, estrofa, verso, rima, ritmo”. Cuando se acabó el encanto, la defraudé terriblemente porque abandoné los estudios universitarios; a manera de despecho, la dulce y bonita alumna me dictaminó: ¡Nunca vas a leer mis poemas! Dio media vuelta y desapareció. La profecía se cumplió porque hasta este momento no he leído ninguno de sus poemas.

Hablar de versos era para mí como hablar del libro Álgebra de Baldor y sus cuchucientos problemas. Terrible. Pasaron varios años, y otra tortura sufrí con las “obras de teatro en verso” de los grandes dramaturgos españoles del Siglo de Oro, esto fue en mi Alma Mater en la Escuela Nacional de Arte Dramático.






Seguían corriendo los años y gracias a la diosa Fortuna me aceptaron en el emblemático Grupo “Homero, Teatro de Grillos” y en una fecha que aún no puedo acordarme se habló de los grandes amores de la historia y de la imaginación. Por ejemplo: Josefina y Napoleón. Sansón y Dalila, Romeo y Julieta, Adán y Eva, Manco Cápac y Mama Ocllo, etc. La excelente actriz Aurora Colina en una de sus salomónicas intervenciones me recomendó leer “El Cantar de los Cantares”, me sorprendí, yo sabía que ella no creía en diositos celestiales. Pero si creía en los bienaventurados dioses de las artes y en Dionisio, dios del teatro y del buen vino. Esa misma noche abrí la Biblia, era la segunda vez en toda mi vida que tenía la Biblia en mis manos, busqué el Cantar y en mi camita leí de un solo tirón El Cantar de los Cantares conocido como “el poema más sublime”… después de la lectura, reflexioné… me gustó, me impactó. Increíble pero cierto… el amor terrenal de dos mortales en su máxima expresión y en un hermoso lenguaje poético sensual… y en las Sagradas Escrituras. Aleluya.

Ahora, más de cuarenta años de aquella famosa lectura, el tema siguió latiendo en mi mente. Me pregunté – ¿Cómo llegué a esta parte del camino? La respuesta es simple: -Gracias a la vida, viviendo, sufriendo, riendo, llorando, gracias a mis soledades y muchas despedidas-. Hablando como varón, en vez de llorar, escribí…  escribí como se escribe un tango, con llanto y sangre. Porque el tango es macho.

El Poemario Urbano, Amor y Desamor de un Fulano no es parecido al Cantar de los Cantares, no es igual, tampoco es plagio, ni copia; repito, no es nada parecido… Amor y desamor de un fulano es una versión de amor de barrio popular. Explico:

-“Los siguientes poemas de Amor y Desamor tratan de acercarnos al espejo de la vida cotidiana, reflejar los pormenores del amor de barrio en su vaivén diario de pasión, arrumacos, lujuria, peleas, conflictos, odios, amistes y por último, la irremediable separación; terminando el ciclo amoroso en una profunda depresión y soledad. Pero como el amor lo puede todo este renacerá de sus cenizas cual ave Fénix repitiendo los designios de Eros”-.

Como anécdota les cuento que a principios de año –enero 2016- me invitaron a un Primer Encuentro de Escritores y Poetas Interdistrital y Anexos, a los organizadores del Municipio les comuniqué que tenía un poemario inédito. No me respondieron nada. Después me enteré que ninguno de los burócratas del Departamento de Cultura sabía un ápice de cultura. Sin respuesta alguna preparé mi maletín con mis libros y cuentos de barrio… tomé mi poemario, leí un poema, me di el valor suficiente para llevarlo conmigo al Encuentro Interdistrital. Me despedí de mamita -¿Adónde vas?- me preguntó - A un Encuentro de Poetas- le respondí. – ¿Qué, también eres poeta?- replicó y sonrió irónicamente. -¿Quieres escuchar uno de mis poemas? - sin esperar respuesta leí varios a manera de ensayo. Cuando terminé mamita se sonrió, me dijo: - Están bonitos, poemas sin poesía, muy real, lo bueno que no tienen tantas groserías como tus libros-. En el lugar de los hechos, me codeé con poetas consagrados. Gran satisfacción personal fue que mis poemas de mi Poemario Urbano pasó la prueba de fuego, gustó, principalmente gustó al grueso del público juvenil y femenino que nos acompañó en esa calurosa tarde de cultura interdistrital.


Nicolás Daniel León Cadenillas


Para terminar leeré un par de poemas, solo, a cappella, y leeré otro par acompañado de mi hija Alejandra María León Palma…

BRUJA. Eres mi poeta, mi diosa, mi bruja. // En tus garras, con amorosos versos, caí. // Con sigilo, mandatos divinos, me aclimataste. // Me absorbiste con melosos conjuros. // Trastocaste mi ánima, mis sesos, mi todo. // Bruja, hechicera, rejuveneciste mi ser, // Mi saber, mis bondades, // ¡Ah! Y también mis maldades.

Muchas gracias, esto es todo por hoy. A propósito cada poemario lo estamos vendiendo a precio popular: Diez Soles. Muchas gracias. Gracias.

Nicolás Daniel León Cadenillas
Lima, o6 de diciembre, 2016.

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