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UN VINO… UN ADIÓS. NDLeón.
UN VINO… UN ADIÓS. NDLeón.
UN VINO… UN ADIÓS
Tus penetrantes
hermosos ojos negros
Me miraron con el
ceño fruncido.
Yo pestañee,
hilvané sueños.
¿Te acuerdas? -me
dijiste.
Recordamos bonitos
recuerdos.
Recuerdos de
antaño, lejanos.
¿Te acuerdas cuando
te miré con amor?
¿Cuándo traté de
robarte un beso?- te dije.
No recuerdo-
respondiste.
Recibí un tajo en
el corazón.
La conversación
siguió.
Reímos de nuestro
presente.
Cabizbajo quedé por
el pasado.
Nos miramos con
tristeza.
Fue un mirar de
despedida.
Un beso, un
arrumaco, un apapacho.
Un susurro, mil
lamentos, después…
Una larga
repetición de silencios.
Desapareciste sin
despedida.
Sabemos que es
triste.
Ahora quiero gritar
tu nombre
Me quiebro en
silencio
Muero poco a poco
Que no daría solo
por uno de tus besos.
Mi vida, mi alma,
mis huesos.
NICOLÁS LEÓN. Lima, 2015.
Cántico por una buena acción. NDLeón.
CÁNTICO POR UNA BUENA ACCIÓN. NDLeón.
Con
estima especial para el último Boy Scout Palermitano:
Lic. Pat'tricio Sardosky della Ángelus.
"Siempre mi promesa he de cumplir, honor, lealtad y pureza, hasta morir."
Cantoral Scout.
"Siempre mi promesa he de cumplir, honor, lealtad y pureza, hasta morir."
Cantoral Scout.
Juntos
después de cuchumil almanaques, parecía que el tiempo se había detenido,
que fue ayer. Sentimos una atmósfera de paz espiritual, de confianza y amabilidad como si los años no habrían pasado. Murmuramos si el encuentro fue de
casualidad o sorpresa del destino. En mi condición
de discípulo de Dionisio puedo decir que el Oráculo de
Delfos marcó el designio. En la misma esquina de la pulpería de La Oficina
nos encontrábamos la mayoría de los Lobatos Boys Scouts como hace cuarenta años
lo hicimos antes de partir a nuestra recordada excursión hacia las
desérticas playas del Sur. Donde acampamos, caminamos y nadamos. En Asia,
Mala y Cañete gozamos de ricas experiencias infantiles que nos alegra la vida
cuando las recordamos.
En ese entonces cada uno de nosotros tenía su sobrenombre de cariño que servía para diferenciarnos, pues había varios Luises, Juanes, Albertos, Josés. etc. Como no recordar a: Tawa, al Loco Mané, a Lalo, Muela, Pachín, Gazú, Olluco, al Marqués de Caracolillos, a Pocho, Topo Gigio, al Rata, al Pato, Puppi, Juanacha, Sambi, Riqui, a la Peluchín, Buribán, al Chavo, Pezuña, Vitorugo, Chuburra, al Mudo, Mono, al Ciego, Pollo, Rolo; una lista sin fin de grandes amigos de la chiquititud.
Boy Scouts - La Flor de Lis . LEALTAD, PUREZA y ABNEGACIÓN |
En pleno concordia de abrazos, saludos; el palmípedo Merengue con su vocecita
de cachinero tenor, preguntó:
-¿Se acuerdan cuando se salió el mar y se levantó todo? ¡Carajo, tuvimos que meternos al agua para rescatar nuestras cosas! Ja ja ja ja ja... que buena- todos opinaron al momento, gran alboroto. Nuevamente el Merengue con más ánimo, deletreó -¿Se acuerdan cuando Benigno Pío cataneó a Luigi Brutus?- todos se carcajearon -¿Quién no se va acordar? Todos nos acordamos- gritaron. Algunas parejas de los scouts pidieron que se contara la catana. El Merengue tomo la palabra, se posesionó en el centro de La Oficina y narró:
-"Con el oído oiréis y con la razón entenderéis"... La anécdota sucedió en Asia, playa elegida por los jefes de las patrullas victorianos. Cuatro días, Semana Santa, por el Sur. Igualito que ahora, feriado largo, jueves, viernes, sábado y Domingo de Resurrección, fiesta y vacilón. Espero ser breve, la historia tiene tres protagonistas:
El primero... El Rata, niño ejemplar con principios de moral y buena educación, respetuoso de la Santísima Virgen de Guadalupe y piadoso obediente de los Diez Mandamientos. Ratita era uno de los menores, delgadito y siempre alegre, amable, servicial, bondadoso; se diferenciaba del resto porque todos éramos normales. Los otros dos, se decían: El Llanero Solitario y Tonto. Pero eran exactamente la caricatura de Pinky y Cerebro. Para contar el cuento y no tener problemas con la policía a Pinky lo llamaremos "El Pato Cremón" y a Cerebro lo llamaremos "El Cerebro Huevón". No decimos los apellidos para evitar un juicio apañado o arreglado.
El segundo... El Pato Cremón era un niño estudioso, rosadito, aplicadito; hijo modelo y alumno sobresaliente. Su amiguito, el tercer protagonista... el Cerebro Huevón, era todo lo contrario; era el más manganzón del grupo, malero, mentirozón, cara de palo, hipócrita, conchudo y bien aprovechador.
En el segundo
día, en la formación para el rancho de mediodía, mientras las guías, las akelas, servían las comidas y bebidas. Cerebro con ínfulas de
mandamás tuvo una ideota, su compinche el Pato Cremón se maravilló, saltó de
alegría y se puso loco de contento por el ideón. A
los demás niños exploradores la idea les llegó a los huérfanos.
Cerebro sin autorización trató de dirigir al Grupo
Lobatos, todos pusieron mala cara pero nadie dijo nada. Cerebro
perdió la razón y guapeó a regañadientes, soltó groserías. El más petiso pero
disciplinado “Siempre Listo” le manifestó su desagrado: -Tú no eres jefe de nada-
Cerebro perdió la cordura, gritó, habló lisuras, insultó. El Rata con su
vocecita de niño bueno, increpó: -Yo no hablo malas palabras. Espero que venga
el jefe para decirle las groserías que has hablado-. Cerebro le puso cara de
malo. Ratita ni se inmutó, muy educadito pidió permiso para retirarse. Cuando
el Rata volteó, Cerebro lo atacó por la espalda con rabia desmedida, Ratita
gimió, avanzó varios pasitos y giró. Cerebro cobardemente le aplicó un golpe;
el Rata retrocedió dos pasitos más, esquivó varios golpes de derecha
izquierda... toreó la segunda y tercera embestida de la bestia embrutecida
hasta que respondió –todos nos quedamos boquiabiertos, el Rata se cuadró- y a
pura finta lo neutralizó, lo bailó a su alrededor. El Ratita sabía pelear con
técnica, elegancia y picardía, respondió cada golpe con tesón, conectó un recto
de izquierda, un gancho. Cerebro gritó una grosería, Ratita le rompió la
guardia y le conectó un derechazo en el hocico por bravucón. Cerebro soltó un
lastimero ayayay y se puso colorado cuando escuchó las sonrisas de todos los
niños de la Patrulla Los Tigres Scouts. El Pato, su amigo leal, estaba mudo, para él era una tortura ver
como su amigo recibía catana. Por abusivo le tocó hacer tremendo papelón el Cerebro cabezón.
Cerebro,
viéndose perdido de muy mala fe cogió arena arrojándola en el
rostro de su contrincante; la arena le cayó en los ojos al estilista
peleador; por un instante el Rata perdió la visibilidad; retrocedió con
movimientos zigzagueantes, se concentró, respiró profundo, sintió el fétido
olor de las pezuñentas zapatillas de su malero contendor; el Ratita
inteligentemente abrió los brazos como aspas de molino para protegerse del
indigno peleador. El tramposo trató de dar un golpe de puño, una patada, un
cabezazo... en cada golpe se iba en caldo, no acertaba
nada, idiotizado de ira embistió como bestia enfurecida, lanzó golpes a granel pero ninguno llegó a su destino. El Rata con destreza y
elegancia esquivó por varios minutos todos
los malévolos golpes.
Los
chibolos sonreían de alegría, por fin alguien le paraba el macho al abusivo
pérfido pegalón. -Encontró la horma de su zapato, por güevón- se carcajeó un
niño en completo ataque de risa contagiando a los demás Lobatos.
El Rata,
boxer de sana convicción con puños certeros tenía en jaque al manganzón. Como
gallitos de pelea giraban como manecillas de reloj en el círculo humano formado
en la arena sin sombra pero con bastante sol. Cerebro trató de pesar al Rata, Ratita se tiró de espaldas, se dio un volatín acrobático y con el mismo
impulso golpeó fuerte el pecho del cabezón y con una asombrosa técnica
victoriana innata, cayó parado como gato aleonado. Cerebro se quedó aturdido, idiotizado,
descerebrado, sin aire, bajó los brazos, y muy achantado, musitó: -¡Basta!-. El
Rata con humildad con la frente en alto, le respondió: -¡No! Un round más. Tu
iniciaste este juego, se acaba cuando yo diga o cuando el Pato tire la
toalla... y seguimos siendo amigos- los púgiles se cuadraron de
nuevo, el Rata avanzó dos pasitos, Cerebro retrocedió dos pasos. Ratita dio un
pasito adelante, Cerebro dio un pasote atrás. El Pato rogó, haciéndose la
señal de la cruz se dirigió al Rata. -Ratita, amiguito, por favor, ya acaba
esta crucifixión, basta pé. Respeta la Sacra Semana Santa, no le peques más,
ten piedá tás dejando mal a mi causita, así no es pé- rogó el Patito Cremón. Cerebro
dio el manotazo de ahogado con rabia, bilis y caca en la cabezota. El Rata
esquivó nuevamente el golpe y devolvió el vuelto con combinaciones de dos o
tres golpes rectos; cruzados, directos, ganchos y crochet; golpes
al hígado, un patadón a los huevos y remató el pleito con un suave cachetadón.
Cerebro, trastabilló, miró a su incondicional Pato y cobarde se arrodilló.
El Pato con
lágrimas en los ojos se comía las plumas con uñas y todo. Moqueaba, renegaba,
sufría en sangre propia la gran paliza que recibía su ídolo
de barro. Para el Pato fue una experiencia cruel, mucho peor que la flagelación
de los cuarenta latigazos que recibió Nuestro Señor Gesù en la película "La Pasión de Cristo" de Mel Gibson Association.
El Rata,
peso pluma, casi un delicado alfeñique, había hecho justicia en nombre de todos
los humillados. Cerebro, peso plomo, mordió el polvo de la derrota.
Cucarda - Boy Scout - Flor de Lis. SIEMPRE LISTO |
-¿Abusivo
eras, no? ¿Cómo te quedó el ojo? ¡Cabezón cobarde!- gritó enérgicamente el Mudo.
-¡Vamos,
pe...entra... amenaza!- dijeron los niños Lobatos que antes habían sido
golpeados por el abusivo Cerebro, el tristemente célebre matón.
Se
escuchó un cántico Scout: - “Con nuestras
manos enlazadas en torno al calor / formemos un círculo de amor // Todos somos
amigos de todos / tenemos el deber de hacer el bien / Pero este malo, vengativo y traidor / esperamos que haya aprendido la
lección.”
-¡Esto se
acabó!- Gritó, Ratita, con su vocecita aflautada, se acercó para estrecharle la
mano al Cabezón perdedor y a su aliado el Pato Cremón. El Patito ayudó a
levantarse al Judas Cerebrón, este de pie reaccionó como siempre, jaló del
brazo a su Pato, cruzó el círculo humano, completamente humillado, aniquilado, y
se marchó. Los niños felices, no dijeron nada solo sonrieron y con sus
inocentes sonrisas abrazaron al noble y leal Rata Corazón.
El defenestrado
acomplejo como buen cobarde amenazó ásperamente a su
incondicional Pato Cremón: -Oye huevón, ni se te ocurra contar la mechadera. Esto no existió. Te quedas callao. Cierra el pico, chitón el hocico, no cuentes
a nadies nunca lo que pasó. Nadies tiene que saber... ya van a ver... los voy a
joder uno por uno a esos güevobertos- el Pato movió la cabeza de arriba para
abajo y subordinadamente, contestó: -Si, patrón.
Y esto es todo por hoy. Espero que lo hayan grabado. ¡Me ha dado una sezaza! ¡Pasa la botella!
-¡Bravo! ¡Qué buena historia! ¡Alguien la tiene que escribir profesionalmente para los anales históricos de la Patrulla Los Tigres LV 136, para los Lobatos, para los Boys Scouts Victorianos! Moraleja: ¡El bien siempre gana al mal!- Vitorugo Stone se comprometió hablar con el Escribidor- el grueso del público aplaudió la gran iniciativa, inmediatamente hicieron una chancha, el Merengue contó los billetes, escribió una esquela y entregó un sobre manila al honrado de Vitorugo para el Señor Escribidor.
Hasta el momento ya pasaron cuarenta años y Cerebro cumplió lo que prometió. En todo este tiempo se la pasó jodiendo a todos sus amigos scouts, a sus amiguitos del colegio y del barrio. Como en la gran plaga bíblica, Cerebro azotó el distrito victoriano y distritos cercanos; estafando, mintiendo, incumpliendo, traicionando, chismoseando, delatando, conspirando, etc.
Y esto es todo por hoy. Espero que lo hayan grabado. ¡Me ha dado una sezaza! ¡Pasa la botella!
-¡Bravo! ¡Qué buena historia! ¡Alguien la tiene que escribir profesionalmente para los anales históricos de la Patrulla Los Tigres LV 136, para los Lobatos, para los Boys Scouts Victorianos! Moraleja: ¡El bien siempre gana al mal!- Vitorugo Stone se comprometió hablar con el Escribidor- el grueso del público aplaudió la gran iniciativa, inmediatamente hicieron una chancha, el Merengue contó los billetes, escribió una esquela y entregó un sobre manila al honrado de Vitorugo para el Señor Escribidor.
Hasta el momento ya pasaron cuarenta años y Cerebro cumplió lo que prometió. En todo este tiempo se la pasó jodiendo a todos sus amigos scouts, a sus amiguitos del colegio y del barrio. Como en la gran plaga bíblica, Cerebro azotó el distrito victoriano y distritos cercanos; estafando, mintiendo, incumpliendo, traicionando, chismoseando, delatando, conspirando, etc.
"Señor, Dios Todopoderoso. Misericordioso y Omnipotente. Padre, Hijo y Espíritu Santo, has que el cabezón Cerebro hueco calabazón se saqué el premio mayor de la Lotería del Señor de los Milagros para que se mude a un barrio bastante lejano y no lo volvamos a ver, nunca, por siempre, jamás."
NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLS
Lima,
Abril, 2015.
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