En el Teatro Principal todo era correrías y silencios, tensiones y calma, solo faltaba un par de horas para el estreno. Conforme pasaba los segundos todos los actores, técnicos y tramoyistas estaban nerviosos; los jovenes extras y principiantes más nerviosos y el protagonista super más nervioso. El actor que llevaba todo el peso de la obra sobre sus hombros buscando desesperadamente al jefe de tramoya en todos los rincones del teatro. La coprotagonista viendo su nerviosismo le invitó a tomar un cafecito en su camarín para que se calmara, no hizo caso; un joven se le acercó y le dijo pausadamente si tenía un problema él podía ir a la farmacia y comprar lo que necesitaba. Contestó meneando la cabeza y entró a su camarín a maquillarse con la puerta abierta, acomodó el espejo para mirar el pasadiso, los minutos pasaban, el tic tac retumbaba en sus sesos como si estuvieran martillando sobre un yunque.
Los jovenes repasaban su letra recitando repetidas veces en diferentes tonos, otros hacían ejercicios de impostación, los más veteranos hacían las tertulias de café hablando todo tipo de temas. Y acordándose cuando eran jovenes en estos menesteres teatrales. Pagando piso. Todos estaban tensos y todos se daban valor.
Sonó el primer timbre, silencio en todos los camerines y pasadisos, nadie hablaba. Hace su entrada el jefe de tramoya dirigiendose al camarín del primer actor.
- ¿Qué pasa Pedro “Perico” me estás buscando?
- ¿Cómo qué pasa? ¿Y el cuadro? ¿En qué momento vas a colocar el cuadro?
- ¿Cuadro? ¿Qué cuadro?
- ¿Cómo qué cuadro? Yo tengo que señalar un cuadro ¿Qué solo señalo la pared, la ventana, ¿No has leído bien el libreto? ¿Se te pasó?
- Estoy pensando y no veo ningún cuadro, todo está en su sitio.
- En mi escena con Elleen.
- ¿Cual, qué escena?
- Con Elleen.
- ¡No va ningún cuadro! ¡No hay cuadro!
- ¡Carajo! Escucha por favor, cuando yo digo mi parlamento en el Tercer Acto en la Escena 10, justo para terminar la obra, yo digo:
“ ... ya me enteré de todo, de todas las mentiras tras mentiras, los dos son unas ... , mordieron la mano que les da de comer, la mano que les dió abrigo, cariño y protección. La gran señora con el joven doctor, como en una tonta novela rosa, en la realidad todo es basura. ¡Bonito cuadro! ¡Muy bonito cuadro! ¡Dios mio! ¡Qué ejemplo para los niños! ¡Bonito cuadro!”
Tiene que haber un cuadro en algún lado repito “bonito cuadro” varias veces y dónde está el cuadro? ¿Dónde miro? Por favor cumple con tu trabajo y consiguete un cuadro.
- ¡Cómo usted diga señor actor! ¡Pondré inmediatamente un cuadro pero con la condición que usted me da su foto autografiada para ponerla en el cuadro!
El telón baja lentamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario