Páginas

Translate

SEMANA SANTA. NDLeón

SEMANA SANTA. NDLeón

Fragmento de mi libro “Cuentos breves para mi nieto”



SEMANA SANTA EN CHIMBOTE
Me encontraba vendiendo mis retazos de tela en la puerta principal del mercado. Había llegado el mediodía y no había vendido nada. En el momento menos pensado apareció un Volkswagen con un destartalado parlante chillón haciendo la propaganda para que asistan a la auténtica representación e interpretación de La Pasión:
—¡Hoy! ¡Hoy! ¡Hoy! ¡Cuatro de la tarde en punto! ¡Cuatro Pe eMe! ¡Gran presentación de ‘La Vida, Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo’! ¡En el maravilloso mundo del teatro! ¡En el escenario más grande de la historia republicana con tres horas de duración, con escenografía, con vestuario traídos expresamente de Jerusalén, con música y efectos especiales y con un reparto de selectos y primerísimos actores de la Capital para dar el realce que se merece la Ciudad de Chimbote en esta Semana de Reflexión, Paz y Amor, Entradas limitadas. Asientos y sillas limitadas. Luz y color para tus ojos. Despliegue total de noventa actores y una veintena de técnicos participan en el gran teatro de La Vida, Pasión y Muerte de Jesusito. No deje de asistir. Entradas populares. Niños menores de cinco años no pagan.
A las tres de la tarde, apareció un señor vestido bien estrafalario, con un terno a cuadritos; saco verde a cuadros y pantalón rojo a cuadros, zapatos blancos. Bigotitos finitos, bien engominado el poco cabello. El tipo se había quedado en la moda de los años cincuenta. Ese ropero era bien antiguo, al mejor descuido con un fuerte estornudo volaban las polillas y se desintegraba al paso. El caballero se acercó a nosotros dos y nos preguntó:
—¿Quieren ganarse Cincuenta Soles por dos horas de trabajo?
—¿A quién hay que matar?
—Solo tienen que salir mover los brazos cuando yo les diga y eso es todo. Les invito un menú y les explico todo, rapidito por favor que no tengo tiempo.
—¿Qué hay que hacer jefe? -Preguntó mi compadre el verdulero.
—¿Han visto la Vida, Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesús?
—¡Puta! Hace un huevo de años, mi mamá me llevó al Cine Venecia en Lima y mi viejo se quedó con el triciclo vendiendo –contestó el verdulero.
—Estamos haciendo lo mismo pero en teatro.
—Ustedes son los que están haciendo la propaganda por perifoneo. Ya, yo sé cómo es eso. Entiendo la morisqueta en Comas lo he visto. ¿Qué pasa? —pregunté con una sonrisa irónica.
—Dos actores se me han emborrachado. Necesito reemplazar a esos dos irresponsables. ¿Ustedes pueden?
—¿Cuánto dijo?
—¡Cincuenta Soles!
—¿Para cada uno por dos horas?
—¡Sí!
—¡Aceptamos!
Señalando al verdulero, el productor le dijo:
—¡Tú eres Pedro!
—¡No! Yo soy Gonzalepa de San Miguel para servirle a usted...
—Digo que usted es Pedro, el Apóstol de Jesús.
—¿Y mi compadre de que va a salir?
—De Pilato ¿Está bien? Usted es Poncio Pilato.
—¡Usted tiene pinta de Pilatos, compadre!
—Explíquenos el parlamento, lo que tenemos que decir y yo dirijo a mi socio. Yo entiendo como es todo esto.
—Lo que quiero es que le pongan pasión, ganas, tienen que hacerlo con fe.
—Amigo, acá no hay fe ni ocho cuartos, nosotros lo hacemos por el vil metal, que quede claro, yo estoy vendiendo mi alma por Cincuenta Soles la función. No somos una cofradía, usted paga y yo trabajo.
Después de darle unas lecciones de movimientos de brazos a mi socio nos dieron unos trajes desteñidos, no había zapatos, suerte que yo tenía unas sandalias de verano pero mi compadre tenía unas zapatillas largas. —Eso no interesa, de lejos no se nota —le dijeron.
Cuando llegó las cuatro y quince de la tarde, empezó la función, gente como cancha, entre los actores había un asistente camuflado que tenía un mini libreto y pasaba el vivo a los actores para que se muevan y actúen de acuerdo a la pista de grabación mientras los otros participantes se quedaban tiesos, es decir inmóviles para que el público identificara quien hablaba.
Cuando me tocó mi turno, lo hice profesionalmente, hacía movimientos pomposos y grandilocuentes, me movía como el Poncio Pilato de Jesucristo Superestrella, arrancando aplausos de la platea.
PILATO: ¿Quién es y qué hace aquí? ¿Este pobre desgraciado? ¿Quién es el acusado?
SOLDADO: Un tal Cristo, dicen que es rey…
PILATO: Oh, tú eres Jesucristo. El que arma tantos líos. Te llaman rey de los judíos. Ya sé que eres popular. Pero ¿Eres rey, rey de verdad?
JESÚS: Tú lo dices...
PILATO: ¿Qué quieres demostrar? Esa no es respuesta. No quieres admitir. Que tal vez puedas morir. ¿Habéis visto de verdad? Me asombra su tranquilidad. Qué singular, ja, ja, ja, no quiere hablar. Galilea es tu región y no es de mi jurisdicción. No soy tu juez. Herodes es.
CORO: Ho Sanna, Hey Sanna, Sanna sanna ho, Sanna hey sanna ho. Jesús, Puedes explicar, Si este es tu final, Si viniste solo para morir...
PILATO: ¿Qué pasó? Herodes no es su juez. Roma será quien juzgue al Nazaret porque matar no existe en nuestra ley.
CORO: Hay que crucificarlo, Pilato, tú lo tienes que hacer. Queremos verle en la cruz, tú lo debes hacer.
PILATO: Jesús, háblame; te han traído a mí maniatado por tu propio pueblo. Tú debes saber cuáles son los motivos. Si quieres la muerte, muere por fin. Pero de esta acción lavo mis manos de sangre inocente…
Lo anecdótico fue que “Jesús” le metió un cachetadón al “soldado” que le metía látigo por las huevas y bien “juerte”. En el momento de parar la cruz, hubo un suspenso circense, por poco se cae la cruz con Jesús bien amarrado. Todo terminó como un buen partido de fútbol, se ganó por goleada. El señor productor nos pidió que trabajemos hasta el domingo de resurrección. Aceptamos. En plena conversación llegó una señorita actriz, radiante y bonita, que nos interrumpió y nos felicitó por lo bien que habíamos trabajado.
—¡Qué bonito has trabajado! ¿Eres actor? Lo has hecho muy bien como un verdadero profesional. ¿Cómo te llamas? —preguntó con un linda sonrisa.
—Tino. ¿Usted?
—Yo soy María Magdalena... tratémonos de tú.
Salimos de la oficina hablando sobre la obra. En su carromato pasamos la noche como buenos pecadores. Después de toda esta linda experiencia regresé a Lima con mi maleta llena de problemas, volví a mi realidad, a mi Vía Crucis de todos los días.
*Letra de la Opera Rock Jesucristo Superestrella, Palacio de Poncio Pilato (Versión Original en Español, Camilo Sesto).
NICOLÁS DANIEL LEÓN CADENILLAS.
Karlsruhe, 2010