En las vacaciones útiles de verano en el MALI (Museo de Arte de Lima) mi nietita Mariajosé de siete años de edad escogió dos cursos, dibujo y ballet clásico. Y su mamá, o sea mi hija Alejandra, astutamente me escogió a mí para que recoja puntualmente a la artista de la familia. En la primera oportunidad de regresar a casa en microbús, cuando paró la movilidad, ayudé a mi nieta con un ligero envión a subir a la volada, sujetándome en el pasamano la cargué y me dejé caer en el asiento rojo reservado para los ancianitos, mamás con bebe o con barriguita. Mi nieta sorprendida me miró con sus lindos ojazos negros almendrados y con una perfecta pronunciación me llama la atención:
- ¡Abuelito, este asiento es para los viejitos!
- ¡Yo soy viejito!
- ¡No, tú eres mi abuelito! ¡Párate!
Regresé a casa contento, jovial y rejuvenecido.
Nicolás Daniel León Cadenillas.
Lima, febrero, 2016.