----- Original Message -----
From: David Brandariz Santibañez
To: Nicolás Daniel León Cadenillas; …
Sent: Wednesday, August 25, 2010 4:22 PM
Subject: Ugartino, Cumpleaños de "MOCO".
Muchachos les estoy reenviando el siguiente correo con adjunto, la tarjeta de invitación que nos ha hecho llegar su hija Erika. Este fin de semana vamos a hacer unas filmaciones para llevarselas a José Moya "MOCO". Una pequeña delegación vamos a viajar y estar presente el Día del Cumpleaños (11 de Set). Algunos de ustedes lo conocieron o han escuchado de él. Este sábado nos vamos a reunir a partir de las 3:30 p.m. en la cancha de fulbito del Colegio, luego de jugar a partir de las 6:30 hasta las 8:00 pm. en mi casa. Pásenle la voz a los deportistas de la época de los 60. Pensamos llevarle como regalo una filmación donde estén la mayoría de exalumnos que conocieron al "MOCO". Por favor, no me fallen. Saludos. David Brandariz Santibañez.
From: Nicolás Daniel León Cadenillas
To: David Brandariz Santibañez
Subject: "Cumpleaños de "MOCO" "Ugartino Valiente".
Date: Mon, 30 Aug 2010 03:10:35 +0000
David!! Qué sorpresa la aparición del popular "Moco"!!
Y qué coincidencia! José Moya y mi señor padre son del mismo signo zodiacal, mi papá cumple años el Diez de Septiembre. Cómo son las coincidencias? Nunca me olvidé de Moquito, por favor envíale mis saludos y mi página blog – leonadas.blogspot.com - con el cuento sobre el partidito de fulbito en el colegio: Gol a lo Pedro 'Perico' León; incluye en el vídeo fotos mías de mí, por fa.
Siempre he tenido presente en mi corazón y en mi mente a José Moya “Moco”. Que Dios lo bendiga. Bendiciones para él, para toda su familia y para sus nietos queridos.
Una pregunta, la dirección del local de la fiesta sorpresa para Moco es verdaderamente un local o es la dirección de su casa? Quiero mandarle una Postal con cartero, a la antigua, con estampillas y calor a camarín Ugartino.
Lamentablemente no puedo asistir a la fiesta sorpresa porque estoy con mi esposa en el pueblito de Baja (Hungría) de vacaciones activas y forzadas: Estudio, trabajo, turismo, paseo, charlas y ensayos de teatro.
A mediados de septiembre estaremos regresando a Karlsruhe, tenemos que seguir ensayando la obra teatral para el estreno que será en el mes de Octubre, Mes Morado y de mi Cumpleaños; ya les haré llegar el número de mi Cuenta Corriente para que se apunten con los regalos correspondientes y donaciones. La obra será en dos idiomas: Alemán y español. Primero la presentaremos a los amigos de la comunidad latina y después al público en general.
Ahora, para no aburrirte, te cuento una anécdota que ocurrió en nuestro querido Colegio cuando éramos estudiantes y usábamos el uniforme color kaki:
- “Había una vez en la GUE Alfonso Ugarte, Cuna de Basquetbolistas Campeones y de otras artes y disciplinas; un gordito muy bonito, muy chancón, honrado, obediente y respetuoso; disciplinado, bien peinadito con el corte de pelo reglamentario del chino de la peluquería del cole; con las uñas de las manos limpias, se lavaba los pies y se cortaba las uñas para los miércoles de revisión, estudioso, siempre con los deberes al día, con sus cuadernos impecables; no mataba una mosca; piadoso y bondadoso. Respetaba a sus mayores. No levantaba la voz por la excesiva educación que venía de sus padres, especialmente de su querida y amada madrecita, su mamita. Para variar se sabía de paporreta el Decálogo Ugartino, el Padre Nuestro, el Himno Ugartino y la Marcha Ugartina. Arduo defensor de los débiles, desposeidos; amante de la justicia y de la buena música. Fans de Los Saicos. Léctor empedernido y gran jugador entretenido. Él fue un mudo testigo de como se transgredía en sus propias narices una Ley del Decálogo Ugartino, vio como tomaban el bien del prójimo injustamente y como perjudicaban al inocente estudiante que llevaba en esos momento la AU en su pecho defendiendo los colores, granate, blanco y dorado de su querido salón de clase, …”.
Por mi parte la última vez que ví al popular "Moco" fue en la cancha número Dos (N° 2), donde ahora está la cochera y la piscina; fue un sábado a medio día. Yo estaba jugando fútbol en el puesto de Back Central ósea de Marcador Central; los maletines lo habíamos dejado detrás del arco y de vez en cuando volteaba para darle una ojeada a mi maletin color rojo bandera con cierres dorados y con una etiquetaza con mis Nombres y Apellidos: “Nicolás Daniel, León Cadenillas”; Año de Estudio: “1° Primero”; Grado: “Secundaria”; Número de Orden: “29”; y por supuesto el nombre de nuestro queridísimo Colegio: “GUE. Alfonso Ugarte", “San Isidro”, “Lima - Perú”.
En una de las tantas jugadas la pelota se fue al córner y "Moco" nos alcanzó la redonda, muy bueno el jovencito. Así sucedió varias veces consecutivas. Cuando el partido se puso difícil y tenía que usar todas mis artimañas y habilidades para despejar la pelota, botarla al lateral, salir jugando, entregar con precision la de cuero con disparos de media y larga distancia sin usar mis disparos de gran potencia como buen amo y señor del area chica; voltié de reojo y NO ví a Moco, tampoco ví mi maletita cargada hasta el tope con mis útiles escolares y mi uniforme; salí corriendo como un ciclón hasta la puerta, miré a todos los lados, corrí hasta el Centro Comercial Todo's, revisé el paradero de los tranvia, regresé sudando frío al Cole, antes de entrar pedí fíado un chepete al chupetero que estaba cagándose de la risa, y éste sin saber mi drama me cuenta que había visto a "Moco" salir embalado con un maletín rojo con cierres dorados, bien bacán.
- A quién habrá cagado ese pendejo de Moco?, me preguntó el chupetero.
- A mi! A mí me ha cagado! Conchasumadreeeeeeee! Ya me cagó este rechuchasummmre!
Lo dije con indignación y lágrimas en los ojos rojimios por el llanto, por el odio y por rentimientos. Ya no había que darle más al partido, con mi chupete y mi rabia me dirigí al paradero del tranvia y subí al acoplado, me colgé de la trompa hasta mi paradero de la avenida Cánada.
Lo que quedaba del sábado y domingo fue una correteadera de aquí para allá, todo el movimiento fue en secreto y en complicidad con mi señora madre que me había dado el dinero para comprar todo lo necesario; compré las cosas en La Parada y en el Mercado Central; y el día lunes llegué como si nada hubiera pasado; con maletín barato, uniforme, zapatos, útiles , libros y cuadernos, todo nuevamente nuevecito de tienda. Pero mi alma había envejecido, gris, turbada y triste había perdido su color de inocencia, de aurora y de alegría; yopo mepe volpo vípi taciturno, ligeramente introvertido, sustancialmente maquiavélico.
Me quedé mudo, no conté nada a nadie, no conté a nadie mi desgracia. Estaba herido por el gran trabajazo que me costó ponerme al día en mis deberes; tuve que escribir y dibujar como cancha, nuevamente desde el principio. Escribir! Escribir todos los cuadernos que se habían levantado, mejor dicho que se habían ido con el maletín. Fue un martirio, un castigo, escribir sin ayuda de nadie, pues, no quería que nadie se entere, ni se enteren los sapos de mi salón de clase, ni mis amigos de barrio y mucho menos mi papá, era un secreto sólo para mi. Ese mortal trabajazo no se lo perdonaba a nadie.
Craneaba la vil venganza; tu sábes que la carne es débil, la tentación nefasta, la imitación agradable, y la venganza … la venganza: “Es Dulce la Venganza”.
En el colegio está demás decir que el auxiliar, los profesores, el Regente, el Sub Director y el Director, nadie se preocupaba, ni les interesaba si a un alumno "se le perdía u olvidaba sus pertenencias" o “por equivocación alguien se lo llevaba”. No teníamos el cuaderno al día:
- Zuácate! Cero de nota! Caga’o! Frito pescadito!
Pero! Siempre hay un pero, siempre hay una prueba del más allá hacia el más acá. Salí del colegio llenó de experiencias, gratas y bonitas, pero siempre con el recuerdo de mi maletín deportivo de educación física de color rojo. Ese acto no lo olvidé, y no lo perdoné y por muy buena cantidad de años no me entraba en la cabeza la mínima idea de perdonar.
Había pasado como doce años desde que dejé el colegio, tenía que ir urgente a la carpintería de mi tío Tito Cadenillas, ubicada entre el límite de Lince y San Isidro, para que me entregue la cuna de mi hijito, y me dí una sorpresa, me encontré al señor Hernán De la Fuente, secretario de la Cámara de Comercio de Lince y antiguo amigo de mis padres, lo saludé y cuando le doy la mano veo que tiene un porta libro de cuero color negro, miré el porta libro y era identico al que se había ido con mi maletín rojo, que se había cargado “Moco”. Pregunté al señor De la Fuente como consiguió ese portalibro y me contestó que lo tenía de varios años. Le dije que el portalibro en su interior era rojo, y que decía Hecho en Arequipa, que tenía dos portafotos carné, y dos portalapiceros, y un portahojas. Abrió el portalibro y reconocí la mini yaya en la costura superior, era mi portalibro. Nuevamente me acordé de las horas que tuve que escribir como loco para entregar los cuadernos al día. Esa era la ofensa, la causa de la indignación, no me importó lo material, ni las cosas. La escribidera fue mi enfermedad que me hacia renegar cada vez que me acordaba de “Moco”.
Mira como da vueltas las vicisitudes de la vida, ahora escribo y escribo. Escribo sin obligaciones, y escribo lo que me gusta y lo que le gusta a la gente; actualmente tengo muchos pedidos que me piden encarecidamente que no escriba, que descanse, porque cada vez que agarro el lápiz y el papel o mi laptop es para joder. Jajajajajajajja! Será que todo esto lo que me está ocurriendo actualmente fue una premonición de "Moco?" Creo que si. En el colegio tuve que escribir como castigo y aprendí. Ahora escribo los momentos felices y no tan gratos de los recordados amigos! Y siempre con el lema:
- „Sálvese quien pueda!!“ “Alfonso Ugarte, Triunfará!!“
El tiempo nos alegra y nos reímos de nuestras travesuras, la osadía de Moco me sirvió de experiencia en la época escolar y profesional. A ésta altura del gran partido de nuestras vidas que nos toca jugar con los descuentos del suplementario rodeado de cariños de nietos y de la familia no tengo rencores contra nadie, mucho menos contra "Moquito".
Por el daño causado “psicológicamente hablando”, y para que todo quede saldado, cuando viaje a New Jersey con mi esposa y visite a José Moya “Moco”, espero que me invite la botella de la paz, un Whiskey Jack Daniel's Single en las rocas para brindar por los tiempos pasados y presentes.
Ahora me despido con un fuerte abrazo entonando nuestra Marcha Ugartina. Saludos a los muchachos. David, me olvidaba, trata de no hacerla larga, la presente que quede entre nosotros, que sea un secreto de a tres: “Moco, tú y yo”. Nadie más. Sí se enteran los integrantes del “Circulo Ugartino” son capaces de publicar el E-Mail en la página granate del Internet. Te pido mucha discreción. Discreción! Esa es la palabra que estaba buscando.
- “ … y pasaron muchos años, con el tiempo ese gordito lindo y educadito después de tantas malas y peores, buenas y raras experiencias, sufrió un cambio metamorfosiano y se fue convirtiendo en un dramático actor para llorar y en el terrorífico escribidor de pluma de ganso; discípulo del Marqués Donatien Alphonse François de Sade; implacable enemigo de los tumba las fiestas, puentes rotos y aprovechadores; hipócritas é hijos de la guayaba, etcétera. Ahora ese gordito respetuoso que se sabía de paporreta el Decálogo Ugartino y el Padre Nuestro es conocido como Niky León ósea como "Yo, Niky".
Nicolás D. León Cadenillas.
GUE “AU”. Promoción 1969.