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¡BASURA!

¡BASURA! - Tributo a la canción: "A mi manera".
Dedicado a mi gran mancha de amigos de mi lindo Pasaje José María Corbacho, Cuadra Uno.

"Lo que es para Juan, no es para Pedro, entonces no es para nadieS"
 Niky León.

El gran Juez de la Tremenda Corte estaba cabezón, no dormía lo que debía, su cabezota le dolía y tenía los sesos como granos de raspadilla que se le derretía. Saltaba en las noches y caminaba sonámbulo en el día. El vecino ejemplar, magistrado modelo del Tribunal Supremo estaba por perder el juicio. Estresado y tenso quería mandar todo a la gran pú. Por facebook recibió los peores insultos de su vida, afiebrado abría el ordenador y releía las injurias, una y mil veces al día, no lo podía creer. Desde América de Norte los saludos cachacientos le habían quebrado su conciencia, sí es que tenía.

- Eres un pichi, caca, poto, nunca fuistes ni lo serás.

Como toda la vida trabajó para los políticos más corruptos y para jefes miembros de la PIP, se sintió capaz de responder el insulto. Esperó respuesta. Y nada. Miraba su lindo Parque Miguel Dasso y veía que la gentita se organizaba, vió como colgaban el cartel de la Gran Pollada Bailable, empilaban las cajas de cervezas y prendian el fuego y carbón.


Llegó la noche, música chicha del Faraón Chacalón. Los vidrios sonaban al compas de los estridentes parlantes de callejón; bulla, jolgorio, amigos, trampas, tramposas y vecinos; juntitos por una causa desleal de enrejar el paraíso terrenal, conocido como el Parque de los Tubos. Pidió permiso a su esposa, ella aceptó y le aconsejó.

- Esposo mío, a mí no me gusta que te juntas con gente de segunda clase. Tú eres un señor profesional. Pero sí deseas ir, es puro capricho por parte tuya. Por favor demuestra que eres todo un gentleman, un caballero. Te quiero ver juntito a la Santísima Cruz. Cuídate mi tesoro. Hay gente mala, pecadora, libertinos, poetas y locos en esas fiestas populacheras.

El permiso se escuchó bonito, en lenguaje femenino aburguesado, significó:
- ¡No quiero que vayas, mierda!


Con los tragos que iban y venían, calmaba su sesasa y su angustia; como pasaba la rica chela helada, que bonito era encontrarse con los amigos de antaño. Esperaba para más tarde empujarse la segunda presa de pollo, mientras tanto gorreaba los traguitos que se le cruzaban. Con su bonito floro encandilaba, no daba consejos sólo escuchaba y repartía su tarjetita personal dando cita para terminar la jornada. Por los buenos tragos tambaleó, chupó nuevamente los pellejos y huesitos que separó. Desvariando se sentó en la rotonda central, comenzó hablar cojudeces con frases inteligibles. Habló con el parlante y con el árbol más cercano. Sus amigos huyeron, lo dejaron solito para que descanse. La esposita podía hacer roche y les jodía la noche.

"Saltó al ruedo a mover el esqueleto con chicha, perreo y el famoso teteo. Zapateó, brincó, cantó, tarareó, era su fiesta y su pollada. Él era otro. Adiós al cuello duro de cojudo, era su lindo parque que lo había visto nacer y crecer, y rechazar el querer? Comenzó a levitar, flotó, se elevó por los aires como un globo gordo, se agarró del poste central, del gran parlante, bajó lentamente y pisó tierra. Miró a las mujeres, a los hombres, volvió a mirar a las mujeres y la más bonita de ellas con una angelical sonrisa lo miró, también. El abogado del diablo pensó y en su neblina mental, no recordó nada: - ¿Será mi esposa, mi querida, mi amante, mi trampa o mi tramposa, mi musa, la secretaria?  ¿Dios mío, quién es? Señor, sácame de esta duda de una vez. – La ninfa, la muñequita más bonita, la más tramposa y venenosa. Le contestó: - ¡Soy la broder ángel de la guarda del saltamonte que vive en el Polo Norte, él que te escribió. ¡Basura! A ver pues, respóndeme a mí cabrón, vuelve a meterte con los míos y vas a saber quienes soy, arrastrado, vividor, mal padre, mal hijo. Por más lejos que estés la justicia llega, pobre y triste caca. ¡Basura! Tú no tienes conciencia, tú no tienes corazón, no tienes corazón, corazónnn. - El abogado del diablo nunca pensó que el pequeño saltamonte tenía madrina, fue un impacto de duro golpe de macana. - ¡Pero él tiene la culpa, él empezó! - balbuceando opinó. Sin poder soportar la mirada de terror de la terrible jugadora tramposa endemoniada viperina. Rezó. Salió corriendo por el pasajito bonito de Jota Eme Corbachito; en el quinto piso vio a Jesús, llamó, gritó fuerte, Jesús le dio la espalda y siguió bebiendo y comiendo su crocante y rico presón. Sudoso como marrano, embrutecido y desquiciado, con la camisa abierta manchada de cenizas de carbón y del juguito de la pollada siguió corriendo hasta la avenida Palermitana, llegó a la carretilla de sánguches, papas fritas y choripán. Una despampanante rubia lo saludó, se miraron profundamente, y con la ayuda de unos cien dólarillos el coqueteo se transformó en amor. Solapadamente camuflado regresó a su casa de la mano con la gringaza, no había nadie, estaba vacía, la pollada seguía, dio riendas sueltas a su pervertida pasión, con lujurías, drogas y alcohol. - ¿Dime, amor mío, tú que haces cuando se acaba el amor? - Me visto y me voy a mi casa. - Despertó. Se enteró que se habían llevado su mejor terno plomo rayadito completito y a cambio le dejaron una peluca gringa, tetas postizas y un suspensor. Nuevamente desde la azotea escuchó la conocida vocecita, los pelos se le pararon de punta, su cabezota casi explotó. - ¿oe perro quién es ese viejo, habla lo ajustamos? - También escuchó los cacareos del corral barra brava de Ate. - De miedo se hizo la pichi, sudó frío, no habló, se acobardó, se aventó al vacio, cayó en la tolba del camión de Juancito Roque cargado de algodón, llegó al centro del parque, saludó, nadie le prestó atención. Dio tres vueltas a la rejita de la Cruz. Pasaron las horas, se volvió a meter a su cuarto. Le rompieron las puertas, era la Policia Fiscal, la Policia Nacional, el Prefecto en persona y un empleado de la SUNAT, lo interrogaron, lo insultaron, no le creyeron ni un bledo. Tenía que presentarse al Tribunal Superior Supremo de Rey Salomón. Con tanta injusticia, jarana y ajetreo perdió la reunión de los Mitrones-UB-Club del Jirón Toribio Ureta. Que les iba a decir a sus compadres, a Mickito, Huguito, Rolito, El Pera, Jaimito Lértora, Ramoncito Mifflin, Juanito Reynoso. Derrotado, su cabezota llena de triquinuelas y tintirilladas estaba en nada. Escuchó nuevamente la vocecita de su coleguita malvada que repetía e insistía: - Que sea la última vez que sé de tí cagada humana, yo por mi familia mato, cabrón. Repugnante, ajjjj, toma chocolate y paga lo que debes. Y dale uuuuu de Surco y del Perú. - El mefistofélico abogado se sentía morir, derrotado y con los brazos en alto con las justas contestó: - Si, yo soy un mal ladrón ... un mal hijo y mal padre, adónde iré, robo porque es mi profesión. Tengo jefes, trampas y familia. ¿De algo tengo que vivir, no? - Se mofaron de él. - Me das risa pobre y triste infeliz. Al menos eres sincero y sabes que eres lo que eres una buena eme y una gran caquita así que nunca más vuelvas a escribir cojudeces y menos en el face de mi broder, yo estoy más que segura que larga vida tendrás para pagar todo lo malo que has hecho en tu vida maldito mequetrefe porque aquí en esta tierra está tu verdadero infierno. Espero no tener que ver tu despreciable humanidad porque la verdad siempre me diste repulsión ajjjjjjj aquí termina todo. Adiós, basura de michi Fuji-Montesinista, pofff".

El brillante solazo sin permiso entró a su casa a las seis de la mañana del día lunes, retumbaron las campanitas del reloj despertador, sonó el celular, unas cachetaditas con amor lo sacudieron y despertaron. El señor doctor, Teofórico Jokanaan Nándo, atontado miró a la ventana y vio su querido y rico Parque Miguelito Dasso limpio y azulado. Se peñiscó, sonrió a su pía mujercita. Saltó de la cama. Toda la historia, calumnia y persecución había sido producto de su imaginación. Malditos recuerdos y engaños aparecieron en el fragor y calor que dan los diablos azules. Pesadillas por culpa de la borrachería, pollito, vino y sangría.

- ¡Qué escándalo, Dios mío! ¡Qué triste espectáculo! ¡Te has comportado como un ser repugnante! ¡Qué bajeza tan baja! ¡Ay, Virgen de Guadalupe! ¡Ay, San Nicolás de los Bares! No quiero hablarte, vistete y lárgate al trabajo, cumple con tu misión, trae el pan de cada día. No importa como. Dios te perdonará. Estamos en la Fiesta de San Juan Bautista. ¡Tenemos que ir a Misa, rezar y comulgar!

Fin

Fotos: Pirateadas, corregidas y coloreadas de los archivos del Grupo "Mi gente querida del parque MIGUEL DASSO" de Facebook.

Karlsruhe. Junio. 2012.
Nicolás D. León Cadenillas.
Teatrólogo - Fabulina Erzähltheater.

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